Cuando comienza el frío, hay situaciones que, pese a las reiteradas advertencias, se repiten todos los inviernos.
Ante la necesidad lograr calefaccionar rápidamente un ambiente, la gente recurre a soluciones peligrosas como tirar combustiles sobre superficies calientes.
En esas condiciones, si las llamas están encendidas, al tirar el combustible sobre el fuego puede hacerse una verdadera “cadena de fuego” que lleve las llamas hasta el recipiente con combustible y provoque la explosión del mismo.
Pero también se da el caso de tirar el combustible sobre superficies calientes o con brasas, con combustibles que no llegan al estado de combustión. Estos casos también son peligrosos porque, por la conjunción de las altas temperaturas y la volatilidad de los combustibles, se acumulan rápidamente vapores explosivos, que pueden detonarse espontáneamente o bien cuando desprevenidamente se arroja un fósforo.
No se sabe exactamente cuál de las peligrosas opciones fue la que condujo a otro terrible episodio, esta vez en la sureña localidad cordobesa de Alcira Gigena.
A un domicilio ubicado en la intersección de las calles Pedro Caviglia y Roque Sáenz Peña, convocados por los vecinos llegaron los bomberos para extinguir un incendio que se había declardo alrededor de las 20.45 del jueves.
Los uniformados sofocaron el fuego y encontraron en el interior de la vivienda a un hombre de 66 años con el 80 por ciento de su cuerpo quemado. Todo lo que lograron reconstruir es que el hombre habría intentado prender una estufa hogar con alcohol medicinal, según consignó la Policía en un comunicado.
Luego de las intervenciones de urgencia y verificando la gravedad del cuadro, un servicio de emergencias lo trasladó al Instituto del Quemado de la ciudad de Córdoba para su mejor atención.
La Fiscalía de turno I, a cargo de Pablo Javega, interviene en el caso para tratar de determinar las circunstancias exactas del accidente.