7 junio, 2025

El truco infalible para conservar el perejil fresco por semanas

El perejil es una de las hierbas más versátiles y usadas en la cocina. Aporta sabor, color y frescura a una infinidad de platos. Sin embargo, su conservación puede ser un verdadero desafío: muchas veces se marchita al poco tiempo de haberlo comprado. ¿La buena noticia? Existe más de un truco simple y efectivo para mantener el perejil fresco por varias semanas, sin que pierda su aroma ni su textura característica.

El primer paso: elegir bien en la verdulería

Todo empieza antes de llegar a casa. Al momento de comprar perejil, es clave observar que el manojo tenga hojas de color verde intenso, sin manchas amarillentas ni tallos resecos. Aunque a veces los paquetes esconden las partes en mal estado, vale la pena revisar cuidadosamente para asegurarte de que estás llevando un perejil realmente fresco. Esta elección inicial puede marcar la diferencia en su durabilidad.

¿Lavar o no lavar? Esa es la cuestión

Un error común es lavar el perejil apenas se llega del mercado. Sin embargo, no se recomienda lavarlo hasta el momento en que se vaya a usar. La humedad excesiva puede acelerar la aparición de hongos y provocar que se pudra antes de tiempo.

Método 1: papel húmedo y bolsa plástica

Una de las técnicas más efectivas y populares entre cocineros es envolver el perejil en papel absorbente ligeramente humedecido, idealmente con un vaporizador. Se coloca el manojo extendido sobre el papel, se enrolla con suavidad y se guarda dentro de una bolsa plástica con cierre tipo ziploc. Lo mejor es dejarla apenas abierta o perforarla con pequeños agujeros para permitir que el aire circule y evitar la condensación. Este método mantiene la humedad controlada, previniendo tanto el resecamiento como la formación de moho.

Método 2: en recipiente hermético

Otra opción práctica es usar un tupper o recipiente con tapa. Se cubre el fondo con una capa de papel de cocina húmedo, se colocan las hojas de perejil (sin apretarlas) y se cubren con otra hoja de papel, también húmeda. Luego se cierra el recipiente y se guarda en la heladera. Este sistema es ideal si querés tener el perejil listo para usar y sin que se mezcle con otros aromas.

Método 3: como un ramo de flores

También podés conservar el perejil como si fuera un ramo. Solo tenés que cortar ligeramente los tallos y colocarlos en un vaso o frasco con agua. Para evitar que las hojas se resequen por el aire frío de la heladera, cubrí el manojo con una bolsa plástica (puede ser del tipo que se usa para frutas). Esto crea un pequeño microclima que alarga su frescura.

Una variante ingeniosa y muy efectiva de este método consiste en reutilizar una botella plástica: cortás la botella por la mitad, usás la base como florero y la parte superior —con cortes verticales a modo de flecos— se encaja encima como tapa. Así se crea un mini invernadero que se puede guardar en la puerta de la heladera.

Mantenimiento: el secreto para que dure

Más allá del método elegido, el mantenimiento regular es clave para prolongar la vida del perejil. Cada dos o tres días, abrí el envoltorio, revisá las hojas y retirá aquellas que estén marchitas o en mal estado. Esto evita que se descomponga el resto del manojo y asegura que siempre tengas perejil fresco al alcance de la mano.

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