El Real Madrid tuvo claro que el primer fichaje de la temporada tenía que ser un central. Pero no valía uno cualquiera. El perfil que necesitaba el club blanco era el de un jugador con proyección, siguiendo la estela de otras incorporaciones, y con buen pie. Este dato era fundamental en un equipo ahogado en la salida de balón y sin un ‘5’ constructor. Por eso decidió pagar la cláusula de 58 millones por Dean Huijsen, que ha vivido una explosión meteórica, pasando de ser un jugador fuera del radar al central titular del conjunto blanco y de la selección española.
Líder de la nueva defensa
Pertenece a esa generación de JASP (Joven, Aunque Sobradamente Preparado) que ya dominan el fútbol mundial. Su preparación no es de títulos, se trata de un cambio de actitud mental que se salta cualquier jerarquía. Con 20 años, Huijsen será el defensa más importante del Real Madrid esta temporada. Por encima de Rüdiger, quien volvió contra Pachuca, donde vivió un incidente en el que denunció racismo de Cabral; Alaba, que está fuera de juego; Militao, cuyo regreso es una incógnita; y Asencio, que ha perdido todo el crédito ganado en los dos partidos del Mundial.
Huijsen es la antítesis del central que Carlo Ancelotti ponía como modelo: el pesimista, aquel que siempre se ponía en lo peor. Era el caso de Nacho Fernández, un zaguero comprometido con cualquier rol que le asignasen que siempre cumplía, precisamente, desde la premisa de no tomar riesgos innecesarios. Justo al revés que Militao, un futbolista que hasta sus lesiones era un ejemplo de autoconfianza y el encargado de liberar al Real Madrid en el primer pase. Ahora, ese rol lo cumplirá el internacional español.
El ejemplo está en la jugada del tercer gol de Valverde ante el equipo mexicano, que nace de un pase largo de Huijsen que pone a Vinicius en franca ventaja para servir el tanto al uruguayo. Todo nace en las botas del central, que mejora con creces la visión de juego de Tchoouaméni o Rüdiger, los compañeros que aparecen en este tramo inicial de la temporada. Aunque son, como reconocía en este medio Dani Medina, descubridor del neerlandés con alma de malagueño, los perfiles de futbolistas, más centrados en el corte, que mejor se complementan con Huijsen.
Líder en pases al último tercio
Contra Pachuca, con el Real Madrid en inferioridad por la autoexpulsión de Asencio, Huijsen dio un recital. En lo que va de Mundial ha filtrado 22 pases al último tercio, 11 por partido. Para entender la dimensión del dato, Nico Schlotterbeck, del Borussia, fue líder en esta faceta la pasada temporada, con 10,3 de media. En el segundo partido del Mundial de Clubes tuvo un acierto del 93% en el pase, con 97 toques y 83 movimientos de balón. Con su 1,95, es imponente por arriba y se maneja con elasticidad gracias a un cuerpo espigado.
No rehúye el protagonismo. Cuando no tiene el balón en los pies, se dedica a reordenar la defensa y, lógicamente, a pesar de su corta experiencia en el Real Madrid, alguno, en el seno de la afición blanca, se atreve a poner su debut a la altura de figuras mayores como Sergio Ramos o Fernando Hierro. Lógicamente, hay un abismo entre estas figuras y Huijsen, pero la comparativa nace de la necesidad de que el club blanco tenga un defensa dominante para aspirar a ganarlo todo, el objetivo para el que se ha construido esta plantilla.
Es un jugador que toma riesgos, como demuestran los dos de tres regates exitosos con los que se fue de un partido donde empezó sufriendo con la defensa adelantada que planteó Xabi Alonso y que corrigió tras la pausa de hidratación. La de Huijsen es una gran noticia para el futuro de la selección española, puesto que con Pau Cubarsí -ambos comparten virtudes- compondría una dupla que duraría décadas si las lesiones lo permiten. Errores habrá, pero el ‘chill guy’, ha sido preparado durante años para los contratiempos por un entorno que ha sabido acompasar su crecimiento, paso a paso, por clubes como la Roma o el Bournemouth, hasta llegar al equipo de su vida, el Real Madrid, donde en un par de partidos ha tirado la puerta abajo.