No es habitual que Pedro Sánchez replique a través de las redes sociales declaraciones de otros líderes políticos. Sin mencionar directamente a Vox, este martes lo ha hecho para cargar contra la polémica propuesta de los de Santiago Abascal de cara a impulsar deportaciones masivas y defender su política migratoria. “España fue durante décadas una tierra de partida, de esfuerzo fuera de nuestras fronteras. Hoy es tierra de acogida, y quienes llegan contribuyen con su esfuerzo a construir una mejor España”, respondió para concluir que “no olvidemos de dónde venimos para entender quiénes somos”.
En un momento marcado por la crisis del PSOE y el Gobierno ante el caso Cerdán, los socialistas vuelven a recurrir como principal pegamento con sus socios, que la alternativa a un Gobierno progresista pasa por el PP de la mano de Vox. En esta dicotomía ya centró buena parte de su intervención tras la ejecutiva socialista su nueva portavoz, Montse Mínguez. “Los socios de coalición, Sumar, pero también los de investidura, han sido partícipes de todas las medidas que decimos que han mejorado la vida de la gente en los últimos siete años. También saben que si la alternativa es [Alberto Núñez] Feijóo, que ha pegado un volantazo para irse hacia la ultraderecha, es lo contrario a todo lo que hemos conseguido juntos”, avisó.
El líder de Vox salió este martes a matizar su plan para negar que quiera deportar a ocho millones de inmigrantes, incluidos sus hijos. Según subrayó, Vox no ha dicho el número de los que deberían ser expulsados, “simplemente porque no lo sabemos”.
La intención del partido ultra, de la que también se ha desmarcado el PP, pasaría, según han concretado en un comunicado, por expulsar a todos los que hayan venido a delinquir o vivir del esfuerzo de los demás, pretendan imponer una religión “extraña”, maltraten o menosprecien a las mujeres y todos los menores inmigrantes no acompañados, porque “tienen que estar con sus padres”. “No sabemos cuántos son. Cuando lleguemos al Gobierno lo sabremos. Y se irán todos”, añadía el líder de Vox, convencido de que los primeros en celebrarlo, junto a los españoles, serán los inmigrantes legales que cumplen las normas y respetan al país que les acoge.