Hace justo un año, por estas mismas fechas, Europa vivía una de las olas de calor más intensas y duraderas jamás registradas. Desde finales de mayo y hasta prácticamente inicios de septiembre, los termómetros del viejo continente marcaron temperaturas muy por encima de la media durante semanas, registraron varias olas de calor extremo y, además, dejaron constancia de cientos de récords de temperatura máxima. Según apunta un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’, los extremos de calor del verano pasado causaron más de 61.600 en toda Europa, de las cuales al menos 11.324 ocurrieron en España.
Estas cifras ilustran, una vez más, cómo el calor extremo se ha convertido en un verdadero «disparador de enfermedades» que, en los casos más graves, provocan la muerte prematura de miles de personas. Según apunta este último análisis, liderado por el instituto ISGlobal, el año pasado entre el 11 de julio y el 14 de agosto, en tan solo un mes las altas temperaturas provocaron un total de 38.881 muertes alrededor de 35 países de toda Europa. Se trata de una de las cifras más altas jamás registradas por esta causa (y un fenómeno que, tal y como apuntan los expertos, podría marcar un futuro donde estos extremos climáticos se convertirán en algo cada vez más recurrente).
La situación vivida el año pasado «puso de manifiesto la falta de planes de prevención y la fragilidad de los sistemas de salud para hacer frente a emergencias relacionadas con el clima», explica Joan Ballester Claramunt, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio. «El hecho de que en el verano del 2022 muriesen más de 61.600 personas en Europa por calor (pese a que muchos países ya ncon planes de prevención activos) sugiere que las estrategias de adaptación de las que disponemos en la actualidad pueden ser insuficientes«, añade, en la misma línea, Hicham Achebak, experto del Inserm y de ISGlobal.
Muertes por calor en España
Según destaca este último estudio, aunque el calor extremo invadió todo el continente europeo a lo largo del verano, la zona del Mediterráneo es la que sufrió los efectos más devastadores. El país donde el calor extremo causó más muertes fue Italia, donde las altas temperaturas provocaron 18.010 decesos. España destaca como el segundo más afectado, con 11.324 muertes, y Alemania como el tercero, con 8.173 más. Los expertos también destacan el caso de países como Grecia y Portugal, donde proporcionalmente también se registraron algunas de las cifras más altas de toda Europa en cuanto a muertes por millón de habitantes.
En el conjunto de España, según apunta el análisis de las cifras recogidas entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre, en prácticamente todas las áreas estudiadas se observaron muertes relacionadas con el calor extremo. Las ciudades que registraron más muertes por las altas temperaturas del verano fueron Madrid (con 1.374 decesos atribuibles a las altas temperaturas), Barcelona (con 1.327) y Valencia (679). También preocupa el caso de provincias Zamora, Ourense y Cáceres, donde se han registrado las mayores tasas de mortalidad por millón de habitantes.
Las mujeres, las más afectadas
Los colectivos más afectados por el calor extremo son las personas mayores y, en especial, las mujeres. Según el análisis publicado este lunes, durante las olas de calor del verano pasado se produjeron 4.822 muertes entre menores de 65 años, 9.226 muertes en la franja de personas de entre 65 y los 79 años y 36.848 entre los mayores de 79 años en el conjunto de Europa. Estas cifras confirman, una vez más, la vulnerabilidad de las personas mayores ante los extremos climáticos. Sobre todo en el caso de personas que viven solas y en situaciones vulnerables, que muchas veces no pueden permitirse mantener su hogar a una temperatura adecuada y acaban expuestas a temperaturas aún más extremas.
Otro de los colectivos más afectados por el calor extremo son las mujeres. Sobre todo en el caso de las mayores de 80 años. «Los datos apuntan a que la mortalidad prematura atribuible al calor a lo largo del verano pasado fue un 63% superior en mujeres que en hombres, con un total de 35.406 fallecimientos prematuros de mujeres en el conjunto de Europa», concluye la investigación. En el caso de España, entre mayo y septiembre se registraron 7.190 muertes de mujeres vinculadas a las altas temperaturas y 4.250 de hombres por la misma causa.
Hace justo un año, por estas mismas fechas, Europa vivía una de las olas de calor más intensas y duraderas jamás registradas. Desde finales de mayo y hasta prácticamente inicios de septiembre, los termómetros del viejo continente marcaron temperaturas muy por encima de la media durante semanas, registraron varias olas de calor extremo y, además, dejaron constancia de cientos de récords de temperatura máxima. Según apunta un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’, los extremos de calor del verano pasado causaron más de 61.600 muertes en toda Europa, de las cuales al menos 11.324 ocurrieron en España.
Estas cifras ilustran, una vez más, cómo el calor extremo se ha convertido en un verdadero «disparador de enfermedades» que, en los casos más graves, provocan la muerte prematura de miles de personas. Según apunta este último análisis, liderado por el instituto ISGlobal, el año pasado entre el 11 de julio y el 14 de agosto, en tan solo un mes las altas temperaturas provocaron un total de 38.881 muertes alrededor de 35 países de toda Europa. Se trata de una de las cifras más altas jamás registradas por esta causa (y un fenómeno que, tal y como apuntan los expertos, podría marcar un futuro donde estos extremos climáticos se convertirán en algo cada vez más recurrente).