Mientras muchos celebran sus aportes, otros ven en la Inteligencia Artificial (IA) una amenaza que se expande sin control. No vino a quitar empleos, argumentan, sino que es solo un asistente de lo predecible. Pero en sectores como la medicina, el derecho o la salud mental, empieza a reconfigurar roles y asumir responsabilidades.
Un sondeo de McKinsey sostiene que para 2030, el 30% de los empleos actuales podrían automatizarse y un 60% ser reformados a través del predominio de la IA. Mientras que Goldman Sachs estimó que 300 millones de puestos se perderán debido a la IA.
Más allá de la crueldad numérica, habrá que entender que la IA no es un cuco del que haya que huir. Hoy, menos del 5% de las ocupaciones están constituidas por tareas que la tecnología puede realizar sin intervención humana.
Y aunque también hay que reconocer que algunos roles pueden verse afectados, hay que entender que surgirán nuevos puestos que hoy ni siquiera existen. Más que reemplazar, la IA redefine y abre puertas para quienes estén dispuestos a atravesar ese umbral.
El informe Habilidades del Futuro, elaborado por Banco Santander junto a Ipsos, sostiene que, 6 de cada 10 argentinos creen que las próximas generaciones desempeñarán cargos que hoy ni siquiera imaginamos.
Por este motivo, la IA aparece como el principal factor de transformación del empleo. A nivel local, un 58% considera que dominarla será esencial para acceder o mantenerse en su puesto. A nivel global, 1 de cada 3 personas teme que esta tecnología pueda reemplazar su empleo actual.
Abogacía
Las tareas monótonas del ámbito legal, como la redacción de contratos o la investigación de antecedentes, están siendo transformadas por Harvey. Está plataforma con ADN de GPT de OpenAI, se entrena a pedido, para cada firma de abogados y opera como un miembro más del equipo, absorbiendo conocimiento y aplicándolo de forma precisa y eficiente.
Además, evalúa riesgos legales mediante el análisis de fallos previos y la identificación de patrones en casos con características similares. A diferencia de otros modelos instruidos con un conocimiento general, Harvey -desarrollado por Winston Weinberg y Gabriel Pererya- lo hace a partir de un modelo lingüístico de gran escala, alimentado con jurisprudencia y datos jurídicos especializados.
Aunque la más avanzada en este rubro es Capita, fundada por Ben Su, considerada como el primer abogado de IA. Entrenado con millones de documentos legales es capaz de redactar demandas, analizar casos y brindar asesoramiento jurídico básico en segundos. También está CoCounsel, desarrollada por Casetext (hoy parte de Thomson Reuters), que agiliza lecturas, interpretación y resumen de documentos con una precisión del 90%, según un estudio de Stanford publicado en 2025.
Sin embargo, no todo es substitución: la interpretación estratégica, la argumentación en juicio y el asesoramiento ético siguen siendo terreno fértil para la mente humana. La lógica jurídica exige no solo precisión técnica, sino sensibilidad contextual, intuición social y capacidad de persuasión. Habilidades que, por ahora, escapan al algoritmo. La IA no reemplaza al abogado, pero sí obliga a repensar qué tareas justifican su intervención y cuáles podrían delegarse sin perder el alma del oficio.
Medicina
Microsoft desarrolló un agente de IA capaz de diagnosticar enfermedades con una precisión cuatro veces superior a la de cualquier especialista. Esta capacidad se basa en el empleo de modelos de lenguaje que analizan historiales clínicos, síntomas y otros datos para generar dictámenes más certeros.
Fue adiestrado con millones de registros médicos y validado con pruebas clínicas reales, lo que le permite identificar patrones complejos que a menudo escapan al ojo humano. Esta IA tampoco pretende desplazar al médico, sino que actúa como un asistente que mejora la calidad de las decisiones, en escenarios de alta demanda o escasez de personal.
El encargado de prestar estas evaluaciones es MAI Diagnostic Orchestrator (MAI-DxO) que recurre a varios modelos como ChatGPT, Gemini, Claude, Llama y Grok de una forma que imita a varios expertos trabajando en colaboración. “Este mecanismo de orquestación, en donde trabajan juntos en este estilo de debate en cadena, es lo que nos acercará a la superinteligencia médica”, afirma Mustafa Suleyman CEO de Microsoft AI.
En sus ensayos, MAI-DxO alcanzó una precisión del 80% frente al 20% de los médicos. Además, redujo los costos en un 30% al seleccionar pruebas y procedimientos más accesibles.
Psicología
La IA está transformando los cuidados de salud mental, no solo en el acompañamiento inicial, sino también en la selección, diagnóstico y definición de protocolos de intervención, ayudando a ampliar el acceso y a aliviar la presión sobre los sistemas de salud tradicionales.
Therabot es un chatbot terapéutico desarrollado por la Geisel School of Medicine en Dartmouth que demostró resultados superiores a la intervención humana en ciertos contextos. Está concebido para asistir a personas con síntomas de depresión, ansiedad o trastornos alimentarios emergentes.
El prototipo propone una modalidad de apoyo psicológico continua, accesible y basada en evidencia clínica. Fue probado en 210 participantes y sus resultados fueron asombrosos: logró una reducción del 51% en síntomas depresivos, 31% en ansiedad y 19% en preocupaciones relacionadas con la imagen corporal.
Abby es otro terapeuta IA que brinda apoyo y orientación 24/7 para ayudar a los pacientes a enfrentar los desafíos cotidianos. Ofrece un espacio seguro y empático para discutir problemas frecuentes y explorar pensamientos.
Además de ofrecer contención emocional, una de las funciones clave de este tipo de herramientas es actuar como primer punto de consulta, con capacidad para derivar al usuario hacia especialistas humanos, según la complejidad del caso.
En muchos casos, estos chatbots están entrenados en enfoques como la terapia cognitivo-conductual (TCC), guiando al usuario en la identificación y reestructuración de pensamientos negativos.
Reclutamiento
En el ámbiro del reclutamiento, la IA ya no se limita a filtrar currículos o automatizar entrevistas. Comienza a tomar decisiones clave en la selección de talento, desplazando instancias que antes dependían exclusivamente del juicio humano.
Un estudio de Jobscan indica que el 99% de las empresas de Fortune 500 utilizan IA para filtrar a los solicitantes, aunque su influencia va más allá de la etapa inicial de las solicitudes. Una encuesta de Resume Builder reveló que, en 2024, más del 40% la usan para entrevistar y “hablar” con los candidatos.
En este campo destaca OptimHire, cuyo agente de IA, OptimAI Recruiter, puede hallar a los candidatos idóneos, realizar llamadas de selección y programar entrevistas para los responsables de contratación, lo que reduce el tiempo y el coste de cubrir los puestos vacantes.
En enero, la startup ConverzAI recaudó 16 millones de dólares en una ronda Serie A con el objetivo de desarrollar headhunters virtuales basados en IA. Un mes después, Mercor —una empresa de mayor escala que emplea IA para analizar currículums y vincular talentos con oportunidades laborales— logró levantar 100 millones de dólares en una ronda Serie B.
SL