El flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostuvo esta semana que nunca fue peronista aunque trabajó para varias administraciones del PJ. “Qué jugador”, ironizó un cacique peronista que compartió con él funciones en la gobernación bonaerense de Daniel Scioli y en la Cámara de Diputados.
La unción de Francos en lugar de Nicolás Posse -que desde que fue despedido sigue acudiendo a su despacho para cerrar su gestión- le imprimió otra música a la gestión más cercana a su perfil. Eso explica en parte que dos ministros de Axel Kicillof y un intendente del conurbano se apersonaran en su despacho. “Se lo notaba con otro aplome. Puede cambiar algo de la gestión, lo otro era un elefante en un bazar”, afirmó uno de los protagonistas del encuentro a propósito de la salida de Posse y del dictamen del proyecto de la Ley Bases que Francos consiguió el miércoles por la noche.
El encuentro con los ministros de la Provincia –Gabriel Katopodis, de Obras Públicas, y Javier Alonso, de Seguridad- ya había sido pautado hace diez días por insistencia de Patricia Bullrich, que también fue de la partida en Balcarce 50 junto al secretario de Interior -con rango ministerial- Lisandro Catalán, quien en las próximas semanas empezará a levantar su perfil.
Los delegados de Kicillof piden que la Autopista Perón -que atraviesa, entre otros, los municipios de La Matanza, Merlo, Ezeiza y Almirante Brown y cuyas obras están paralizadas desde el año pasado- sea trasladada de Nación a la Provincia para que pueda ser finalizada.
La autovía de 83 kilómetros ya tiene 52 en uso y hay 21 que están listos para ser terminados, pero las obras están frenadas desde diciembre. Además, la Provincia y/o los municipios deberían desalojar los terrenos que fueron tomados y comprar y colocar cámaras de seguridad.
A Bullrich y a otros funcionarios de los tres niveles de gestión les preocupan las salidas y retornos informales improvisados por vecinos y por bandas delictivas que operan en la zona “Tenemos la posibilidad de que el Conurbano crezca de manera ordenada”, señaló uno de los bonaerenses presentes en la Rosada.
La reunión de casi una hora del jefe de Gabinete con los enviados de Kicillof no significa que se plasmarán nuevos puentes con la gobernación del principal distrito del país, aunque todos enfatizaron que el clima del encuentro fue cordial y auspicioso. “Francos siempre dice que está dispuesto a dialogar con los que quieran hablar”, señalan en su equipo, aunque no creen que el gobernador bonaerense tenga real voluntad de diálogo. En el mismo lote se ubican el riojano Ricardo Quintela y el pampeano Sergio Ziliotto.
El intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares -que fue viceministro de Desarrollo Social en la Provincia cuando Francos era titular del Banco Provincia- fue en representación de los 12 intendentes -todos del peronismo- por los que pasa la autopista y que esta semana conformaron un consorcio para hacerse cargo de la autovía.
El reclamo para que Nación traslade rutas nacionales a las provincias crece a lo largo y ancho de todo el país. Desde Córdoba a Neuquén y Río Negro, desde Vaca Muerta al Gran Buenos Aires.
Katopodis había mantenido contactos con el despedido ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro, pero desde que Obras Públicas pasó a la órbita de Economía nunca tuvo una respuesta ni siquiera informal por parte de Luis Caputo. Reclaman por más de mil obras paralizadas: desde cloacas y cordón-cuneta, a la ruta 3 y obras en universidades nacionales. Estas últimas serán finalizadas por Kicillof. La autopista Presidente Perón pretende ser un caso testigo. Los intendentes están particularmente preocupados por la posible privatización de Aysa.
Axel Kicillof y Javier MileiA Alonso, sucesor de Sergio Berni, no le cayeron bien las críticas de dirigentes libertarios a Kicillof, que prestó en comodato patrulleros y camionetas de la policía provincial a Santa Fe. Hoy algunas de esas camionetas son utilizadas por fuerzas federales -que estaban a pie- en Rosario.
La senadora bullrichista Florencia Arietto pidió en Twitter juicio político a Kicillof y Alonso por el préstamo y Javier Milei validó esa idea con un like. De todos modos, como su predecesor, Alonso trabó un vínculo aceitado con Bullrich.
El Presidente no se priva de cuestionar al mandatario bonaerense porque sabe que -a diferencia de los radicales- no tiene nada que esperar del peronismo de la Provincia en el Congreso. Los dichos de Katopodis de hace pocas semanas -todavía vigentes- cristalizan esa idea. “Vamos a estar convocando a una gran movilización para abrazar el Congreso. Si hay un millón de personas ese día movilizándose seguro vamos a evitar que esa ley (la Bases) sea sancionada”, señaló el ex ministro de Obras Públicas de Alberto Fernández. En la administración nacional y en la provincial descartan un posible acercamiento aun con la gestión como excusa.
Bullrich, por ahora, no tiene previsto desplazar más gendarmes en el Conurbano de manera definitiva ni distribuirlos por distritos. “Eso no sirve para nada”, señalan en la cartera de Seguridad, donde prefieren disponer de los efectivos según operativos específicos -que según dicen en el ministerio- explican un aumento del 160% en el decomiso de cocaína.
El adelgazamiento forzoso de la Ley Bases eliminó la emergencia en Seguridad que le hubiese permitido a la ministra realizar compras rápidas para subsanar la falta de camiones y de helicópteros que hoy sufre Gendarmería. Bullrich, por ahora, no tiene previsto correr a los jefes de las fuerzas que habían sido designados por Posse y el brigadier Jorge Antelo, aunque no se descartan cambios operativos y administrativos a pedido de la comandancia. «Las fuerzas están funcionado y no se hacen cambios a la mitad del río«, señalan en el equipo de la última candidata presidencial de JxC.