Jonatan Chivirino Monteros nació en Mar del Plata, pero su vida cambió cuando tomó la decisión de irse de vacaciones al Morro de San Pablo. Nunca más volvió y creó un emprendimiento con el que busca llegar al mejor jugador del mundo.
07 de junio 2024, 05:50hs
Jonatan Jeremías Simon Chivirino Monteros, conocido como “Jony Milanesas” en el Morro de San Pablo, creció en el barrio Villa Primera de Mar del Plata. Hijo de una modista y de un vidriero, su vida cambió por completo cuando tomó la decisión de dejar la Argentina y viajar a Brasil en 2009 junto a un grupo de amigos. Aunque sus compañeros regresaron, él optó por quedarse. “Lo que me motivó fue buscar algo mejor para mi vida, no estaba bien”, reveló en un diálogo con TN el joven que jamás pensó que la solución a sus problemas serían los sánguches de milanesa, especialmente uno con el nombre de Lionel Messi.
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La idea de vender sánguches de milanesa en la playa surgió mientras se jugaba el Mundial de Brasil en 2014. “Fue cuando mi hermana vino de vacaciones a visitarme”, contó Jony, que lleva 15 años viviendo en Brasil. Allí formó una familia pareja con una brasileña y tienen dos hijas que nacieron en la isla.
La historia detrás de los sánguches de milanesa
En aquel entonces, Jony trabajaba de camarero y, al recibir a su hermana que finalmente se quedó durante tres meses, tenía que hacer algo para darle más comodidades. “Fue así como surgió la idea de vender sánguches en el Morro, que en ese momento era conocido como Bristol. En el primer día empezó mi hermana y luego me sumé yo”, relató.
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Y, en ese contexto, agregó: “La demanda superó nuestras expectativas: triplicamos la producción y vendíamos entre 150 y 200 sánguches por día. Inicialmente, los comercializábamos en la playa y luego ampliamos el servicio con entregas a domicilio por la noche. Con el tiempo, esta iniciativa evolucionó y pudimos abrir nuestro propio restaurante”.
La llegada de la pandemia y la salvación con la milanesa de Lionel Messi
La llegada del Covid-19 marcó un punto de inflexión en la vida de Jonatan. Con la disminución de turistas argentinos en la playa, se vio obligado a reinventarse para mantener sus ventas. Decidió llamar la atención disfrazándose mientras vendía sus milanesas adoptando diferentes personajes. “Iba de vaca, de Papa Francisco, de policía, de ladrón, de pirata y hasta de hippie. Y entonces empecé a vender sánguches con nombres de jugadores de fútbol y fue un éxito”, explicó.
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Actualmente, Jonatan cuenta con el privilegio de ser el único vendedor ambulante extranjero en la playa. “Lo logré a través del esfuerzo y la simpatía. Me van a tener por toda la eternidad en estas playas”, contó.
Con una lista que incluye nombres como Messi, Neymar, Ronaldinho, Pelé y Tevez, sus sánguches se convirtieron en una atracción imperdible para los turistas que visitan las playas.
“Las milanesas de Messi me salvaron la vida”
La pasión por el fútbol y las milanesas se juntaron en este proyecto que Jonatan continúa junto a su esposa. Para ellos, la playa es un campo de juego: “Son 300 metros donde se concentra todo el mundo”.
De ser camarero con un salario básico, el argentino logró mejorar su calidad de vida y hasta pudo comprarse una casa en la isla.
Proveniente de una familia de recursos limitados, Jonatan nunca tuvo muchas oportunidades. “Nunca me pudieron dar muchas cosas, pero gracias a los sánguches que empezaron a ser suceso, especialmente el de Messi, lo logré”, contó emocionado.
Sus famosos sánguches también los disfrutan los futbolistas: ya los comieron Román Martínez, Gonzalo Castellani, Lautaro Acosta, Emmanuel Gigliotti y Darío Benedetto, entre otros.
“La milamessi”, un gol de media cancha
La milanesa de Messi es la principal estrella del menú. “Es la más cara, la más grande y completa que cualquier otra opción”. Con un precio de 40 reales (unos ocho dólares), el sánguche está elaborado con pan casero y doble milanesa napolitana. “Lo fuimos cambiando a lo largo de los años para hacerlo más rico, acompañado con salsa de tomate casera. Me salvóla vida”.
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Jonatan no se queda en su éxito y va por más: “Esperamos algún día tener el honor de que el propio Messi lo pruebe”. Gracias a su éxito, el marplatense pudo abrir dos restaurantes. “Si no fueran por las milanesas, no sería lo mismo. Messi es Messi. Es el que más se vende, el que todos quieren. Te lo compra hasta un japonés”, recalcó.
Algunos clientes, según cuenta Jonatan, incluso lo eligen solo por el nombre, sin importarles lo que contiene. “La ´Milamessi´ es como un gol desde la mitad de la cancha, una sinfonía de buen gusto y calidad que deja a cada cliente satisfecho y deseando volver por más”.