19 agosto, 2025

Sinner y el calor que abrasa al tenis: “Si la temperatura sube, es como el motor de un coche. Dejas de funcionar”

Tras mandar la bola a la red por una doble falta, Jannik Sinner se va a la silla cabizbajo. Pensativo. Agotado. Va 0-5 abajo en el marcador, mientras en la Lindner Family Tennis Center el calor acecha: el termómetro supera los 32 grados de temperatura y la humedad empapa la camiseta del italiano. Se echa las manos a la cara. Pide la asistencia médica y -sin contemplar ninguna otra opción- se retira. No tengo energía. Lo siento, vocea el número uno del mundo a los doctores, antes del cambio de lado.

“Quise salir a la pista para intentar disputar algo del partido, pero no pude resistir más. Desde ayer no me sentía bien. Pensé que me recuperaría durante la noche, pero empeoré”, dice el número uno del mundo, tras ser testigo de cómo el clima marca el desenlace de la final del Masters 1000 de Cincinnati ante Carlos Alcaraz (0-5, en 0h y 23m). También del transcurso del torneo. Porque en la ciudad de Ohio, estas dos últimas semanas, se han vivido días de incertidumbre, dudas y sudor.

La pista central del Masters 1000 de Cincinnati durante la final entre Alcaraz y Sinner. / MATTHEW STOCKMAN / Getty Images via AFP

Tanto en las gradas, como en la pista. Para algunos, “un horno”. Así definió Auger-Aliassime la sensación pelotear sobre el sintético de Cincinnati, después de superar en tercera ronda a Arthur Rinderknech. El francés sufrió un golpe de calor en el segundo set del encuentro. Acabó por retirarse (7-6 y 4-2, en 2h y 01m). “A pesar de los mecanismos de hidratación y regulación, si un deportista no puede expulsar el calor que tiene al exterior, porque aún se genera todavía más, su temperatura se eleva. Si lo hace más de lo debido, es como el motor de un coche: se para y deja de funcionar”, explica Jordi Bañeras, cardiólogo de la Vall d’Hebron, a EL PERIÓDICO.

Una situación “de emergencia” que también vivió Alexander Zverev, durante los cuartos de final del mil estadounidense frente a Ben Shelton. El número tres del mundo, diabético, pasó a las semifinales, pero también estuvo cerca del desmayo por las altas temperaturas. “Al final del primer set empecé a sentirme mal y fui empeorando”, manifestó el alemán al acabar el encuentro, cuya participación en las semifinales contra Carlos Alcaraz se llegó a poner en duda por su agotamiento físico. Por contra, el murciano, dice, está acostumbrado al bochorno americano.

En parte, porque “soy de Murcia y ahí hace mucho calor”; —bromeó tras superar a Medjedovic en segunda ronda— en parte, por la preparación realizada para paliar las sofocantes condiciones meteorológicas. “Mi equipo y yo, hemos entrenado en horas punta para adaptarme a los partidos. Este torneo es uno de los más exigentes en cuanto a condiciones. El calor y la humedad son extremas. Jugar en ciertos horarios, como las dos o las tres de la tarde, hace todo más complicado. Ahí el sol golpea más duro”, comentó el murciano en rueda de prensa, ya con su octavo mil en su haber.

“Necesitamos una temperatura constante para vivir y es el cerebro quién nos la regula. Si la cambias, las arterias se vasodilatan y comienzas a sudar. Ese es el mecanismo que tiene el cuerpo para enfriarse, pero a la que te deshidratas, la temperatura interna sube. Es entonces cuando pueden derivarse nauseas, vómitos o esa sensación de mareo”, explica Bañeras que entiende que este estado depende de varios factores, entre los que influye la humedad. En algunas jornadas, en Cincinnati, se excedió el 50%.

Carlos Alcaraz sirve ante Jannik Sinner, en la final del Masters 1000 de Cincinnati 2025 / MATTHEW STOCKMAN / Getty Images via AFP

Sin descanso, el US Open arranca este martes su versión de dobles mixto, en la que iba a participar Jannik Sinner formando pareja junto a la checa, Katerina Siniakova, ante Alexander Zverev y Belinda Bencic. Un encuentro al que no se presentó el jugador de San Cadido, después de su retirada en Ohio. No obstante, la organización del cuarto Grand Slam de la temporada sí aguarda a Carlos Alcaraz para disputar esta disciplina.

El español, emparejado con la británica Emma Raducanu, jugaba este martes contra la dupla formada por Jack Draper y Jessica Pegula. Mientras tanto, a Sinner le toca esperar para comenzar su andadura en el cuadro individual del ‘major’ estadounidense. “Ahora toca descansar un par de días antes de volver al trabajo”, aseguró en sus redes sociales, consciente de que defiende título, en la Gran Manzana. Y el número uno del mundo: condición que perderá, si Alcaraz gana o mejora su resultado en el US Open.

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