Nicolás Tagliafico es sinónimo de entrega, lucha, pasión, entre otras tantas características que ha demostrado tener el lateral izquierdo de la Selección argentina. Su muestra fehaciente de estas cualidades es la camiseta que usó durante la final de la Copa del Mundo 2022 ante Francia en el estadio Lusail, donde levantó el prestigioso y codiciado trofeo tras lograr el título con el combinado nacional. Una mancha de tierra en la parte de la espalda que quedó grabada en la albiceleste por una barrida en el césped del estadio es la principal marca de guerra que quedó de aquella batalla.
La muestra fue ante las cámaras del programa «Llave a la Eternidad», que se emite por la TV Pública, donde se animó a hablar del proceso que vivió, junto a sus pares en la Selección, mientras se desarrolló el certamen ecuménico en tierras qataríes. En el programa, difundido este martes pero grabado hace unos meses atrás, Taglia habló sobre la presión de vestir la Albiceleste, el momento crítico en el torneo, la final ante Francia, y el rol de la familia y la hinchada para escapar a momentos de turbulencias.
La presión, un obstáculo superado para conseguir tranquilidad en la Selección
Sin dudas vestir la camiseta de tu país genera una vibra particular. Quizá porque está en juego el sueño de 45 millones de argentinos que desean volver a festejar un título deportivo con tal de utilizarlo para distraerse de los problemas cotidianos, pero es un tema en el que los jugadores no tienen que poner el foco para no cargarse de presión. Tagliafico trabajó a lo largo de su carrera sobre este punto, que suele ser un problema para muchos jugadores, y actualmente está dando sus frutos.
«Hasta la gente que no mira fútbol se detiene a ver partidos. Hay que abstraerse un poco, porque si te llenas de carga por vestir la camiseta de la Selección y que hay 50 millones de hinchas, empezás a sentir presión», explicó Taglia y agregó: «Hay que tener mente ganadora»
En continuación de su relato, el ex jugador de Ajax afirmó que hay que tratar «superarse todo el tiempo». Este trabajo mental para fortalecer su mirada comenzó en 2017 cuando defendía la camiseta de Independiente, donde consiguió levantar la Copa Sudamericana cuando Ariel Holan era entrenador del plantel.
Diferencias entre Rusia 2018 y Qatar 2022
El debut de Nicolás en la Selección se dio en uno de los momentos más críticos que vivió en la última etapa. Fue en el Mundial de Rusia en 2018 con Jorge Sampaoli como entrenador del equipo. Allí la Albiceleste consiguió una victoria agónica ante Nigeria para meterse a los octavos de final, donde recibió una derrota categórica ante Francia por 4-3.
Claramente se encontró con dos equipos diferentes entre el de Sampaoli a este entrenado por Lionel Scaloni que se consagró campeón. Pero las principales diferencias que notó en si mismo, son porque ya existía un mundial jugado en su palmarés y llegó a Qatar con más experiencia: «Se vive diferente. En el primer mundial era todo nuevo. No me daba cuenta que estaba en un Mundial. En Rusia estabamos lejos, veía muy poco a la familia, era todo nuevo, las cosas no iban bien tampoco. Este segundo mundial tomé más dimensión de lo que significaba, la calidad y nivel del equipo era diferente también»
Y agregó: «Antes me asombraba. Ahora vine con la sensación de que tenía que hacerlo bien, estamos nosotros y tenemos que ganar».
Arabia Saudita, el fin del invicto y el regreso a la realidad
«Lo tomamos como un cachetazo, como que tenía que pasar. Lo mejor era que suceda en ese partido y no en el segundo», relató el lateral izquierdo sobre la sorpresiva derrota de la Selección argentina que estaba fuera de todo pronóstico.
Pocas veces le había tocado sufrir en un partido a la Selección y era toda una aventura enfrentar una tormenta de tal magnitud. «Los primeros 10 o 20 minutos fueron de silencio total y empezás a autocriticarte, a pensar por qué empezamos así, qué hicimos mal. Te genera dudas y te preguntas: » Veníamos tan bien y por qué nos pasa esto... ¿no?’ En el momento no tomás dimensión, pensás que está todo mal, pero sin embargo fueron tres años que hicimos las cosas bien», contó el jugador de Olympique de Lyon.
La respuesta fue inmediata y al siguiente encuentro consiguió una gran victoria ante México que volvió a prender a la selección en la pelea por el torneo. Pero previo a dicho encuentro, la derrota llevó más de un día para asimilar: «Al otro día seguíamos con la calentura. El cachetazo nos hizo entender que era ganar o ganar. Desde el primer día lo vimos como una final, pero después de Arabia realmente te quedabas afuera».
México, el partido más dificil
Cerrado, con poco juego y la obligación de tener que conseguir la victoria para que el sueño -que finalmente se concretó- no sea truncado antes de tiempo. «El más difícil fue el de México. Tuvo que hacer el gol Leo (Messi) para que se destrabe porque era un partido raro, no se estaba jugando bien, había mucha tensión»», contó.
Al ver que el partido no se abría y el marcador seguía cerrado en cero, la cabeza empezó a preguntarse cuál era la respuesta: «Al minuto 50 dijimos: «Esto se va a hacer muy largo». Y empezás a analizar los resultados que se tienen que dar después, pero con la confianza de que dura 90 minutos y un gol tenía que llegar. Alguna aparición de leo o una jugada casual. Era un momento muy tenso».
El desahogo del equipo fue tan grande que al ayudante de campo de Scaloni Pablo Aimar, se desplomó sobre su asiento a tal punto de derramar una lágrima. «Lo festejamos mucho porque nos volvíamos a reencontrar con el momento que queríamos, de arrancar festejando el Mundial. Tuvimos que atrasarlo tres días para arrancar. Te da un plus la victoria, y te das cuenta después viendo que el partido con Polonia fue totalmente diferente», contó sobre aquel partido.
Tras ese encuentro, el camino empezó a allanarse. «Hablé con compañeros que me dijeron que en 2014 había un gran ambiente, pero no era el mismo que este de 2022. Se sentía que se podía lograr. Es fútbol también, errar un penal te puede hacer perder la final. Pero la sensación de que estabamos para pelear existía, siempre con los pies sobre la tierra, sabiendo que había muchas selecciones increíbles. Pero estabamos confiados con nuestras armas», explicó.
La importancia de su familia para olvidar por un rato la presión del torneo
«Ayudaron a liberar, desconectarse del mundial. Uno como hincha va a disfrutar, pero como jugador siente que tiene la obligación de ganar por el país», contó. La Selección comandada por Scaloni tuvo la posibilidad de recibir a los familiares de los jugadores en la Universidad de Qatar, donde habitaba la Selección en el transcurso del torneo.
A pesar de esto, hay momentos donde «se disfruta y en otros no«. «En la concentración, cuando te das cuenta lo que estás viviendo, los mensajes en redes… pero en otros momentos no se disfruta tanto, porque hay mucha gente atrás tuyo que deposita la fe en vos. El argentino es pasional», contó.
Y agregó: «Esto de los asados, la familia y la gente es desconectar. Disfrutar charlando cosas distintas al fútbol»
«La gente nos apoyó siempre»
Claro que había presión, pero no por tener que logar un título por obligación o porque la gente le pedía a gritos al seleccionado que triunfe en tierras qataríes, sino por querer demostrarle el compromiso a los hinchas argentinos: «La presión de querer hacer el bien, ayudar, demostrar que Argentina lo puede hacer increíble y generarle felicidad a la gente. Si en el fútbol le va bien el argentino está bien y cuando va mal es todo un desastre».
Había un objetivo en Tagliafico: «Tenemos que llevarle felicidad en este momento tan malo. Lo sentíamos pero no lo estábamos diciendo entre nosotros». Haber conseguido otros títulos quitó presión: «El mundial es lo máximo, pero sentíamos que lo que habíamos hecho estaba bien. Era ponerle la frutillita al postre».
La idea de Leo que se cristalizó en el Himno
«Empezamos a abrazarnos cada vez que suena el himno. Fue idea de Leo. Influye mucho, te hace sentir conectado con el compañero. Cuando sentís el grito desde adentro ni nos escuchamos, pero al estar conectados te carga de energía», explicó el método de Messi para afrontar en los encuentros y que sirvió para el resto de sus compañeros.
En ese aspecto, la Selección transmite una energía especial cuando suena el himno de fondo en el estadio. «El himno es aparte. Te genera el deseo de arrancar el partido, pensas en la familia, los seres queridos, la gente, los compañeros. Sin decir nada decimos todo. Es decir: » Lo voy a dar todo por vos, acá estoy yo y quiero gritar más fuerte el himno para mostrar que voy a dejar todo«.
La idea de Lio «fue antes del Mundial». Quizá en consecuencia del liderazgo absoluto que consiguió en la Selección en esta última etapa, donde dejó varias charlas motivacionales que se viralizaron en las redes sociales. «Una de las tantas ocurrencias que tiene él como algunas charlas que tuvo. Son cosas que le salen y fue clave».
Y agregó: «De las charlas de Leo me queda la confianza, la visión que tenía, lo sentía. Lo loco es que ya lo viviste en la Copa América en Brasil y eso te da más confianza en el ambiente. No son solo palabras, esa misma sensación la tenías y lo lograste. Entonces si sentís lo mismo lo podes lograr. Fuera del ámbito del fútbol lo decíamos: «Se siente, nosotros lo sentimos».
Una final en un nivel altísimo
«Hasta último minuto no sabía si jugaba, cuando me vi supe que tenía que entregarme y hacerlo bien. Era el partido más importante, como son todos», relató Nicolás. Pero saber que era uno de los partidos más importantes en su vida no lo condicionó ni tampoco lo puso nervioso.
«No era consciente. Era un partido más, pensando en que tenía que hacerlo bien y ganar. No estaba pensando que era la final del mundo, después si. Empecé a caer después», contó.
Ni siquiera pasó por su cabeza el ingrato recuerdo de haber perdido en el pasado mundial ante el mismo rival que enfrentaría en la final del certamen disputado en Qatar.»Nunca pensé en lo que pasó contra Francia en 2018, al contrario. Jugamos semifinal con Croacia y habíamos perdido 3-0. Nunca pensé en eso. No estaba pensando en el otro, sino en nosotros. Si hacíamos las cosas bien lo ganábamos, y es genial porque fue como pasó hasta los 70 minutos, sabíamos que teníamos que hacer», se sinceró.
Y agregó: «Era un partido increíble lo que estabamos haciendo, soñado. Incluso lo estabamos disfrutando. Muchas veces no lo disfrutas por la presión, pero en ese se disfrutó. Quizás por que estábamos jugando a gran nivel y siendo ampliamente superiores«.
A veces tener un resultado holgado produce muchos problemas porque se puede caer en la tranquilidad de tener, por el momento, el resultado controlado. Pero lograron no caer en ese error: «En el entretiempo éramos consciente de lo que habíamos hecho pero nos mentalizamos en no arrancar el segundo tiempo mal. Es muy emocional el fútbol. Eso fue clave, arrancamos la segunda parte igual».
Países Bajos: el único partido que le generó miedo
«Tuve miedo contra Países Bajos. El empate fue terrible porque se terminaba el partido, no había vuelta atrás. Tenerlo tan cerca y que te lo arrebaten en una jugada increíble te da temor. La cabeza empieza a preguntarse que hacer», contó.
Esta situación, similar a lo sucedido en el empate durante los 90 minutos de la final, ayudó para afrontar el encuentro decisivo ante Francia de otra manera. «Con Francia lo habíamos experimentado. Salimos de algo muy duro y lo podíamos hacer de nuevo«, contó.
Las lágrimas tras obtener el título
«Me saqué la pechera, corrí a saludar al Dibu (Martínez) para abrazarlo y agradecerle. Ahí me bajó todo. También cuando miré alrededor. Se escuchaba gente llorando, no había gritos de euforia«, relató sobre el emocionante momento que se vivió luego de que Gonzalo Montiel convierta el tanto que decretó el título mundial en Qatar. Además, afirmó que fue la única vez que le pasó durante el torneo.
Y agregó: «Vi muchos videos de gente viendo la tele y dejaban de gritar porque era llanto. Creo que pasó también en la cancha, no fue como contra Paises Bajos que eran gritos. Contra Francia sentí desahogo. Ahí caí».
El agradecimiento por un título y una carrera soñada
«Siento que hay algo arriba que nos está guiando, Le agradecí por un montón de cosas, no por haber ganado. Me fortalezco entendiendo que las cosas pasan por algo«, afirmó.
Más allá de la guía a la que refiere Taglia, hay una parte importante que es la disciplina que requiere una carrera como la que va fomentando Tagliafico. «Uno empieza a analizar los inicios y se da cuenta de las cosas que tuvo que pasar para estar donde estoy. Si tengo que volver el tiempo pienso que es una locura lo que tengo que hacer. Madrugar, salir en el colectivo, entrenar bajo lluvia, cansancio, a veces faltar al colegio, y así todos los días. Uno empieza a darse cuentas que es un sacrificio enorme, se ve el pico de la montaña pero no lo de abajo. El motor fundamental es la pasión», asumió.
El grupo fue lo más importante que tuvo la Selección para lograr el título. La relación entre los jugadores generó una energía especial para convivir de la mejor manera durante el certamen. «La unión fue clave. Recordaba una foto en Ibiza junto de cinco meses antes del mundial. Te da la pauta de que no es un equipo que solo va a jugar a la Selección, hay unión afuera también. En cualquier trabajo es mucho más llevadero», afirmó Taglia como el resto de los jugadores que pasaron por «Llave a la Eternidad».