La Viña del Arroyo, una pequeña parcela propiedad del Lagar Los Raigones ubicada en una ladera de la Sierra de Montilla con orientación noroeste, entre el Cerro Macho y el arroyo Benavente, dio la pasada madrugada el pistoletazo de salida a la vendimia 2024 con la recolección de las uvas de la variedad Sauvignon Blanc con la que esta firma de referencia de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles y de la Asociación de Lagares de la Sierra de Montilla elaborará el vino blanco joven Cerroverde.
«La recolección de la uva se lleva a cabo de madrugada, de forma manual, utilizando cajas de 15 kilos en las que se depositan cuidadosamente los racimos», explicó Santiago Jiménez Luque-Romero, responsable del Lagar Los Raigones, junto a sus hermanas Ángela y Charo. «Así evitamos las horas centrales del día, ya que las altas temperaturas pueden tener efectos negativos sobre los trabajadores y, también, sobre la propia uva», añadió.
Viñedo albarizo
Provistos de linternas frontales para poder ver en la oscuridad, las cuadrillas de cortadores de uva se despliegan por un viñedo albarizo, rico en carbonato cálcico que, según Jiménez, «se ha convertido en un lugar prácticamente perfecto para el cultivo de la vid», gracias también al singular microclima del que goza este paraje, enclavado en la Zona de Calidad Superior del marco Montilla-Moriles.
Tras una breve maceración en frío por espacio de entre seis y diez horas, el mosto lágrima que se obtiene a través de los racimos recién recolectados se fermenta en pequeños depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada de entre 12 y 15 grados centígrados para que conserve toda la expresión varietal. Así, los vinos obtenidos permanecen en contacto con sus lías en depósito durante cuatro meses para preservar los aromas varietales y dotarlos de mayor armonía. Todo este proceso da como resultado el vino blanco joven Cerroverde, que presenta en copa un color amarillo pálido, con reflejos verdosos.