Juan José Campanella volverá a la animación. Después de Metegol (2013), el realizador de El hijo de la novia y El secreto de sus ojos va a producir y dirigir una serie sobre Mafalda, el mítico personaje de Quino, que se verá por Netflix.
-¿Cómo venís con “Mafalda”?
-Venimos muy bien. Mirá, estamos en la etapa del desarrollo. Queremos hacer la prueba de animación, así está prácticamente definido, porque nos está gustando a todos. Imaginate, hicimos un montón de estilos de animación. Yo no quería hacer CGI volumétrico, no quería sentir como cuando hicieron a Bugs Bunny en CGI, en la película Space Jam, que se sentía como traicionado. Es la clave, entonces, encontrar alguna cosa un poco más moderna que la animación chata. Y creo que encontramos algo muy lindo trabajando con luces.
“Vos sabés que, curiosamente, Quino se inspiró mucho en Charlie Brown, y Peanuts, para el dibujo de Mafalda -sigue Campanella, desde su departamento en Nueva York-. Él mismo lo dijo muchas veces. Y entonces tenemos los mismos desafíos de pasar a la animación que tenían las cosas de Charles Schulz. Y estuvimos viendo algunas cosas de ahí, de la última película, y fueron en la dirección que íbamos nosotros, que era poner un poquito volumétrico, mínimamente, la cara, que sean nada más las luces y las líneas de la boca. Y que sean dibujadas con tinta, como si fuera animación. Queda muy bien. Felipe es el único que tiene mandíbulas. Entonces esto es un desafío técnico, pero está muy lindo.»
Mafalda, que este año cumple 60 años. Fotos Archivo Clarín-¿Y la historia va a ser en viñetas, como las tiras, o habrá un eje?
-Claro. El humor de Quino es buenísimo, pero tiene el timing de la tira. Que es pa-pa-pa, remate. Y en el cine o en una serie, es un timing distinto. Entonces, yo lo que pensaba que todavía teníamos que encontrar era una historia en la que ese humor se pueda “decir”, pero como parte del diálogo. Y que pase de una manera más dinámica.
Quino, observado por su criatura más curiosa.-¿Cuántos capítulos van a ser?
-Por ahora pensamos diez capítulos de 20, 22 minutos, como si fuera un episodio de media hora de tele con esa estructura, y va a tener una historia basada siempre, tirando del piolín, de algunas cosas de Quino. En la cual habrá, no sé de 100 gags, 20, 25 de Quino. Y después los otros van siguiendo ahí los guiones escritos.
Sentadita y esperando la serie. La escultura de Mafalda, en su banquito de Chile y Defensa, en San Telmo.-¿Y la acción la mantenés en la década del ‘60?
-No. La acción transcurre ahora, es otro de los desafíos. La cosa era cómo no hacer una cosa totalmente alienígena a Mafalda. Y por suerte, los chicos tienen siete años, así que no usan celular ni nada. Ya viste, son chicos chiquitos. Así que, un problema menos.
Mafalda siempre estuvo del lado bueno de la vida. Foto: Editorial de la Flor-Los chicos hoy tienen celular a cualquier edad.
-Bueno, pero no tienen (risas). Y en vez de escuchar la radio, los noticieros los ven en la tele o los podrán ver en YouTube. Y temáticamente no hay ningún problema. Todo lo contrario, es increíble. Vos sabés que las tiras yo me las leí mil veces, pero hacía como 15 años que no las leía. Y los problemas de Mafalda, en las primeras 20 tiras, son sobre irse al extranjero. Y la preocupación eterna de Mafalda, que son los chinos.
-Es verdad.
-Geopolíticamente estamos casi prácticamente igual. Volvimos a estar igual.
Quino y uno de los gags de su personaje.
Los desafíos de Campanella
-¿Y algún otro desafío?
-El desafío más grande de guion eran las traslaciones. No queríamos perder el Citroën 2CV del papá (característico de la clase media argentina de los años sesenta y setenta). Entonces, encontramos una cosa muy linda, que yo creo que el público lo va a recontra comprar. Es que Alberto, como se llama el papá, lo tiene hace 30 años y es uno de esos fanáticos que cree que es un tesoro. No tiene un mango para cambiarlo, va a buscar el repuesto a cualquier lado. Y todos le piden que por favor lo cambie. Pero el tipo, no. Para el papá de Mafalda, es su tesoro. Así que…
-Así que el cambio de época no se siente.
-No se siente por lo menos en los primeros dos capítulos. No se siente para nada el cambio de época.
Mafalda y un par de sus tiras.-¿Hay alguna fecha de estreno en Netflix?
-No, no, no, no, no. La animación está especialmente en la etapa de desarrollo, ya cuando vienen las próximas temporadas lo podés planear mucho mejor, pero en la etapa de desarrollo, en donde hay mucho ida y vuelta sobre qué nos gusta, qué no nos gusta, es mucho prueba y error. Una vez que uno tiene los personajes y los decorados armados, el estilo buscado y todo eso, ahí sí podés empezar a planear, pero esa búsqueda la queremos tener con libertad de tiempos para poder hacerla bien.