Sumar abre el curso político con nuevas sombras de ruptura. Al último revés de Yolanda Díaz en el Gobierno, tras el ya anunciado fracaso de la reducción de jornada que se materializará este miércoles, la vicepresidenta afronta también dificultades en su grupo parlamentario, deslavazado y cada vez más mermado tras todas las bajas sufridas. La coalición de partidos nacida al calor de las generales logró en 2023 un total de 31 escaños, pero la ruptura de Podemos y la salida en verano de una diputada de Compromís, Águeda Micó, al grupo mixto, hacen que Díaz sólo tenga ahora 26 diputados. Pero lo cierto es que la vicepresidenta segunda no puede tampoco dar por hecho el apoyo de todos ellos a la acción del Gobierno.
El último en rebelarse ha sido el diputado de Chunta Aragonesista (CHA), Jorge Pueyo, que en el arranque del curso ha exigido abrir negociaciones propias con el ala socialista del Ejecutivo a cambio de su apoyo a la condonación de deuda y que advierte que no dudará en oponerse a iniciativas tan relevantes como los Presupuestos Generales del Estado, en caso de que no respondan a los intereses de Aragón.
El dirigente de Chunta, integrado en el grupo parlamentario de Sumar, ha advertido de que su voto dependerá de la agenda aragonesa, y no sólo porque salgan del Consejo de Ministros. Una advertencia relevante que merma el peso parlamentario de Díaz, que tiene cada vez más dificultades para ahormar al grupo parlamentario que ella misma preside.
“Nos hemos cansado”
“Votaremos las medidas que salgan de este Gobierno por los intereses de Aragón”, defendió en rueda de prensa este martes en el Congreso, en una advertencia directa al Ejecutivo. En la última reunión enter PSOE y Sumar para el seguimiento del acuerdo de coalición, celebrada tras estallar el caso Cerdán, Pueyo acudió como representante de los partidos territoriales, Chunta (Aragón), Més (Baleares) y Compromís (Comunidad Valenciana) y trasladó las peticiones de estas fuerzas al ala socialista, representada por María Jesús Montero y Félix Bolaños. Dos meses después de aquella cita, el diputado aprovechó este martes para expresar su malestar y lanzar una advertencia directa al Ejecutivo. “En aquella reunión exigimos que se cumpla con la agenda territorial”, argumentó. Unas exigencias que, a su juicio, no han obtenido respuesta.
“Estamos decepcionados porque en estos dos años no se ha dado respueta a la agenda Chunta y ya nos hemos cansado“, continuó el portavoz de CHA. Un cansancio que, aseguró, quedó “”demostrado” en el último Pleno del anterior periodo de de sesiones, cuando hizo gala de su autonomía oponiéndose a una norma del Gobierno en la última votación parlamentaria en julio. Una ruptura que no descarta repetir.
Por entonces, Pueyo se opuso al real decreto antiapagones. Era la primera vez que el diputado rompía la disciplina del voto de la coalición de izquierdas, socio minoritario del Gobierno. Aquel episodio le llevó a un choque directo con la propia vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que trató de restar relevancia al asunto y aseguró que el voto en contra porque la medida no iba a salir adelante a causa del rechazo también de PP, Junts o BNG. Algo que después desmintió después el propio Pueyo, que reveló que había anunciado a nivel interno su rechazo al decreto, pero que fue el grupo parlamentario el que le pidió mantenerlo en secreto y que, antes de conocerse el rechazo del resto de grupos. “Nos pidieron que no lo hiciéramos público hasta después de la votación (y cumplimos). Que se diga ahora que votamos no porque sabíamos que no saldría no es cierto”, defendió en redes sociales.
Aquel episodio, según trasladó el diputado, fue solo el preámbulo de lo que está por venir, con una estrategia en la que Chunta Aragonesista exigirá negociar directamente con el Gobierno para ver colmadas sus peticiones territoriales. Así, este mismo martes Pueyo avanzó que mantendrían su rechazo al actual decreto antiapagones -“si llega otra vez así se encontrarán con el voto en contra porque queremos negociar este real decreto ley”, argumentó. Pero también mostró sus dudas en otras propuestas clave para el Gobierno de coalición y denunció los reiterados incumplimientos del PSOE, exhibiendo su fuerte desconfianza hacia el Ejecutivo.
Pide negociar con Hacienda
“Hemos visto que nuestros acuerdos con el PSOE se han ido incumpliendo de manera flagrante, como los 87.000 millones de euros de los que no sabemos nada“. El diputado se refería así a la iniciativa aprobada en febrero en el Congreso donde se pedía al Gobierno crear un fondo transitorio de 87 millones de euros para Aragón para compensar la merma de ingresos por el cálculo de población ajustada en el sistema de financiación autonómica. Una iniciativa que, a su juicio, fue desatendida en la propuesta de quita de deuda, que Pueyo definió como “un proyecto electoralista para Andalucía” por parte de la candidata del PSOE y titular de Hacienda, María Jesús Montero.
Ásí, el diputado de CHA amenazó con no dar su apoyo el proyecto del Gobierno, uniéndose así a la diputada de Compromís Águeda Micó, y anunció que había solicitado una reunión a Montero para abordar la situación de Aragón y trasladar sus propuestas en el plan para condenar la deuda autonómica.
Fuentes próximas al diputado apuntan a que no dudarán en rechazar los Presupuestos Generales del Estado si no responden a “los problemas de Aragón”, entre los que sitúan el problema de financiación. Apuntan además a que sus exigencias pueden aprobarse en muchos casos mediante reales decretos. Entre las peticiones que han venido lanzando en los útlimos meses al Gobierno está la inclusión de una treintena de localidades aragonesas como municipios beneficiarios del decreto que regula las subvenciones para la reconstrucción de infraestructuras dañadas por la DANA que asoló con mayor fuerza la Comunidad Valenciana.
Debate de ruptura en Mès
El diputado aragonés no es el único que ha amenazado con apartarse de Sumar en caso de que no se cumplan los acuerdos para su región. Més per Mallorca, con un diputado, también tiene este debate encima de la mesa. En julio llegó a debatir la ruptura con Yolanda Díaz y su paso al grupo mixto, pero finalmente pospuso la decisión ante la falta de consenso. Este otoño prevé abordar el debate de nuevo y tomar una decisión. El desenlace, advierten fuentes del partido, también vendrá “condicionado” por cómo se dé la negociación presupuestaria. El mecanismo en el grupo es que los partidos territoriales trasladan sus peticiones a Sumar para que éste negocie en su nombre.
Pero si el acuerdo final acordado entre PSOE y Sumar no reflejada sus exigencias -mejorar la compensación por insularidad o mayor inversión en infraestructuras hidráulicas y ferroviarias-, advierten que reclamarán a Hacienda una negociación propia, haciendo valer su voto y dejando en el aire su apoyo a las cuentas, que quedaría estrictamente vinculado a los compromisos territoriales. Una estrategia que esta legislatura se ha observado en otros partidos nacionalistas, como Junts o PNV, que plantean exigencias territoriales a cambio de apoyos, que se extiende ahora al segundo grupo parlamentario que sostiene al Gobierno.