Con el Gobierno que salió a jugar fuerte y el radicalismo partido, el oficialismo corre con ventaja para alcanzar los dos tercios y bloquear en la sesión de este miércoles la posibilidad de revertir el veto de Javier Milei y volver a instalar la ley que recompone jubilaciones. Pero conscientes de la adversidad en la oposición no descartan un «plan B» de último momento.
«Todas las opciones están sobre la mesa», asegura un opositor. La decisión final terminará de tomarse minutos antes de la sesión, con el poroteo fino. Algunos apuestan al «todo o nada», mientras otros van a intentar ir por opciones intermedias, como la insistencia parcial o que se vote el emplazamiento a las comisiones, para discutir primero el tema en comisiones y mantener viva la amenaza.
Como contó Clarín, la sesión, convocada para las 11, fue pedida por una veintena de legisladores, entre ellos los jefes de bloque Rodrigo De Loredo (UCR), Miguel Angel Pichetto (Encuentro Federal), y Juan Manuel López (Coalición Cívica).
Se necesitan dos tercios sobre los presentes para abrir el debate -porque el proyecto no tiene dictamen- y otros dos tercios para insistir con la ley. Los números nunca estuvieron garantizados, lo sabían, pero la idea era presionar -con el tema caliente en las calles- para lograr torcer la balanza a su favor.
Sin embargo, la foto de este martes de cinco radicales junto a Milei en la Casa Rosada y el anuncio de que votarían en contra del proyecto -que su bloque había redactado originalmente, aunque sufrió modificaciones para la aprobación- terminó de hundir las esperanzas.
Fueron a posar con el Presidente el tucumano Mariano Campero, el correntino Federico Tournier, el cordobés Luis Picat, el neuquino Pablo Cervi y el misionero Martín Arjol. Habían sido invitados otros más que no acudieron porque consideraron «innecesaria» e «inoportuna» esa imagen.
Salvo Tournier, que en junio -cuando se votó la media sanción- todavía no era diputado, los otros cuatro habían votado a favor del proyecto vetado, que recompone e instala una nueva fórmula jubilatoria.
«Se agarran de temas nobles para golpear el equilibrio fiscal«, argumentó Campero para explicar su giro, aunque sí acompañó los $ 100 mil millones para la SIDE y el paquete fiscal de la Ley Bases que bajaba Bienes Personales.
«En su momento apoyamos este proyecto de ley, pero también el veto está dentro de los derechos constitucionales que tiene el presidente y él lo ha ejercido”, reconoció Cervi y consideró que «el bono que se está dando de $ 70 mil es más que la recomposición del 8,1% que se daría al que gana la mínima”.
A esto se sumó la renuncia del radical entrerriano Pedro Galimberti, que dejó su banca en horas previas a la decisiva sesión tras ser nombrado por el gobernador Rogelio Frigerio como Delegado de la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande. En el bloque de la UCR se sorprendieron porque no estaba previsto que deje su banca en este momento. Pierden un lugar porque lo reemplaza Nancy Ballejos, del PRO.
En este clima, el bloque radical entró en ebullición, con pases de factura y hasta pedidos de expulsión. En la tensa reunión de bloque no escaló a tanto pero hubo quien les exigió que si quieren ser oficialistas se pasen al bloque libertario.
La Convención Nacional de la UCR -que preside Gastón Manes- sacó un comunicado de rechazo al veto, con advertencia de que a quienes no cumplan con lo resuelto por la mesa, iban a ser sometidos al tribunal de ética del Partido. El Comité Nacional -que conduce Martín Lousteau- compartió el comunicado reafirmando esa postura.
El Comité de la UCR bonaerense, que preside el senador Maximiliano Abad, también pidió insistir con la ley. «La fórmula permite recuperar lo que perdieron este año”, afirmó.
Números y especulaciones
En el oficialismo confían en que el bloque de La Libertad Avanza y el PRO estarán firmes prácticamente en su totalidad. En el PRO va a haber alguna fuga por ausencia y hay un legislador que tiene ganas de votar contra el veto. Igualmente, con aliados libertarios, más una porción radical, en LLA calculaban llegar a 88. Si estuvieran los 257 legisladores sentados ese número les sobra para garantizar el tercio más uno que bloquea la movida opositora.
En la Unión Cívica Radical empezaron a plantear alguna opción intermedia que permita ganar acuerdo y sobre todo, unir a la bancada: la insistencia parcial. Es decir que se vote artículo por artículo, que algunos se aprueben y otros no. Concretamente: quieren avalar la recomposición del 8,1 % y la actualización por inflación, como rige ahora, pero quedaría impuesta por ley. Son dos puntos que los propios libertarios en el Senado habían avalado en su dictamen.
La idea de De Loredo es mocionar para que se habilite la votación sobre tablas y se vote artículo por artículo. Si esa moción cae, el proyecto automáticamente vuelve a comisión.
Son claves los seis legisladores de Innovación Federal -que responden a gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro- y habían votado a favor de la ley de jubilaciones. No ven con malos ojos esa opción salomónica.
«La suerte está echada», aseguró un legislador de Encuentro Federal, el bloque que conduce Miguel Angel Pichetto, donde tras la reunión de bloque primó la idea de ir «a todo o nada».
Ellos también habían barajado la posibilidad de votar el emplazamiento para que el proyecto vaya a comisión y se debata ahí. Eso permite seguir insistiendo con el tema y si la discusión se mezcla con el Presupuesto tal vez tengan más chances de negociar. La decisión final la tomarán con la postal de la mañana.
En Encuentro Federal son 16 y van a tener posiblemente tres ausentes: Ricardo López Murphy no está en el país, el chubutense Jorge Avila (del gobernador Ignacio Torres), está recuperándose de una internación y el entrerriano Francisco Morchio (de Frigerio) tal vez tampoco sea de la partida.
En Unión por la Patria estuvieron reunidos hasta altas horas de la noche. Había distintas posturas pero la conducción del bloque iba por el «todo o nada». Ellos son clave para cualquier decisión porque aportan 99 votos, si están todos.