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23 noviembre, 2024

El Pollo Álvarez y el Chino Leunis: intimidades de una dupla que jugará de tarde

“Fue raro lo que hicimos recién”, expone de antemano Joaquín el “Pollo” Álvarez, que, este lunes 31 del julio a las 17, estrena dupla televisiva con Leandro el “Chino” Leunis en Poco correctos, nuevo magazine de actualidad por El Trece.

El comentario al pasar, que más tarde harán vox populi en el ensayo -en presencia del colorido panel que integran Ronnie Arias, María Belén Ludueña, Estefi Berardi y Agostina Scalise– se deja adivinar casi con mirarlos.

“Teníamos que hacer tiempo y nos fuimos a San Telmo a caminar”, relata Álvarez, enmarcando la previa al debut mientras su actual compañero, ex anfitrión de El hotel de los famosos, redondea la anecdótica tarde de viernes: “Estacionamos, nos bajamos y había una parilla donde paramos a almorzar. Dimos media vuelta para bajar la comida, había una peluquería y, como nos quedaban 25 minutos, entramos a cortarnos el pelo”.

Antes de la entrevista con Clarín, este viernes, los conductores pasaron por la peluquería. Foto Martín Bonetto.

Antes de la entrevista con Clarín, este viernes, los conductores pasaron por la peluquería. Foto Martín Bonetto.
Aunque de fashionistas no tienen nada -dirán después de una extensa ronda de coca-light y amena charla “entre amigos”-, las nuevas caras de la tarde y ex colegas de la señal de deportes TyC Sports se excusan en el improvisado cambio de look para afilar, todavía más, su simbiosis.

“Tenemos buena onda y no somos de ésos que se llevan mal pero al aire salen bien. Confiamos mucho en esta empresa que estamos iniciando. Aprendiendo a poner la energía de cada uno al servicio del otro. Como una danza, pero de trapecistas, donde nos tenemos que agarrar en el aire y el que se asusta cae a la red”, aclara la dupla que en pleno update personal ajusta motores para salir a la cancha con un osado panel “nivel Champions League”.

“Al ser un programa en vivo es ensayar como un equipo de fútbol que está practicando para entenderse bien”, coinciden.

-Prometieron transpirar la camiseta.

-Álvarez: Es hermosa la frase, pero no conozco a nadie que trabaje en televisión y no transpire la camiseta. Si querés que te vaya bien, tenés que dejarlo todo. Ni en un kiosko nadie que no deje todo le va bien.

¿Amigos o paciente y analista? El juego de roles de Leunis y Álvarez para la producción de Clarín. Foto Martín Bonetto

¿Amigos o paciente y analista? El juego de roles de Leunis y Álvarez para la producción de Clarín. Foto Martín Bonetto
-Llegan ustedes y se va «Bienvenidos a bordo», ciclo emblema del canal. ¿Les pesa a la hora de las expectativas a cumplir en esa franja?

-Álvarez: No, en principio no está bueno que se vaya ningún programa. A Laurita (Fernández) la queremos y el productor, “Peluca”, también es amigo. No se festeja.

«Después, es la tele. Hay una expectativa, pero no en base a lo que hizo el que se fue».

-Leunis: En nuestro caso, estamos atentos al feedback de la gente y al número que nos devuelve para ver por dónde vamos.

-¿Dejarle un buen piso promedio de rating a Barassi ya se festeja o son muy ambiciosos?

-Álvarez: Hay que hacer un promedio alto, el mejor posible. Nos importa ganar, nos importa el número y el promedio. Yo estoy muy pendiente de mi rating y el de los demás. Miro todo el tiempo el minuto a minuto.

-Leunis: Obviamente queremos ganar. En mi vida soy una persona ambiciosa.

Atentos al rating

-¿Un mala medición les puede cambiar el día?

-Álvarez: No, no me cambia el humor. Pero mejor que los viernes me vaya bien, porque puede que el fin de semana…

-Leunis: Pero hay revancha todos los días. Hoy te va muy bien y no sos Gardel. Mañana te va un poco mal y no sos el peor. Eso te quita la desesperación.

-Contrario al titular del ciclo, ustedes se asumen bastante correctos. Aunque da la sensación que vos, Chino, tal vez un poco más que el Pollo.

-Leunis: Creo que puede haber muchos prejuicios dando vueltas. Sí está claro que soy una persona a la que no le gusta demasiado la sorpresa o que te va a salir con una polémica, pero con el Pollo puede que se empiece a ver un lado mío más flexible, no tan encorsetado. Si fuésemos los dos iguales sería un embole.

-Álvarez: Mirá, Verano del 98 salía en 2002 y era un éxito. El programa es Poco correctos, pero puede ser poco correcto un tape, un tema, el móvil o Ronnie Arias. No necesariamente tenemos que estar diciendo: “No nos olvidemos que somos poco correctos”, porque, en líneas generales, los dos somos personas muy correctas, por lo menos televisivamente.

«En la vida somos un poco más dispersos», reconoce El Pollo Álvarez. Foto Martín Bonetto.
-Televisivamente hablando…

-Álvarez: Bueno, sí. En la vida somos un poco más dispersos.

-Leunis: Por ahí alguien que es políticamente correcto llega a un lugar y trata de pasar desapercibido, nosotros no.

-Álvarez: No lo sé, ya no lo tengo claro. Ya no sé ni qué soy, me perdí. Ahora quiero saber qué soy. (Piensa) Yo creo que soy más correcto, pero no me busquen…

Sembrar frescura sin perder de vista la noticia es parte del recambio que el distendido magazine “multirubro” de hora y media diaria buscará instalar en la franja vacante de las tardes.

Si algo de actualidad pasa durante el aire va a estar en el programa. Pero tenemos como base una historia que contar, con una entrevista”, aclaran los nuevos capitanes de la pantalla vespertina, que no descartan salir a la calle si la noticia lo amerita. “Simplemente queremos darle el valor agregado y que cada uno de nosotros pueda salir a hacer una nota a ponerle el cuerpo”.

La grieta del panelismo

-¿Cuánto adhieren a los comentarios de Jorge Lanata, cuando habla de una tele “más berretizada” y ganada por el panelismo?

-Álvarez: Para mí la palabra panel no es negativa, todo lo contrario. Hoy el panel hace al 90 por ciento de los programas. Entonces bajarle el precio al panelista es bajarle el precio a la televisión. Valoro mucho al panelista porque es periodista -pasó con Mariel Di Lenarda que trabajaba conmigo y ganó el Martín Fierro-, conductor, conductora y tienen especialidades, una carrera, o no, y saben hacer show. Y en tanto eso siga pasando, yo voy a seguir hinchando por ese equipo.

El equipo completo de

El equipo completo de «Poco correctos».
Y aclara: “Lo único que no me gusta es el no chequeo. El tirar fruta, por tirar. Puede que te mientan, pero hay que ir a las fuentes”.

-Y si estuvieran del otro lado del mostrador, como productores. ¿Dónde sienten que hace agua la tele o qué tuerca ajustarían?

-Leunis: Tenemos que ser más creativos para que se pondere cada vez más. En la tele está todo inventado, pero la clave está en la energía que uno le pone.

-Pollo, ahora que cambiaste el chip de las mañanas, con tu despedida de otro clásico del canal (Nosotros a la mañana). ¿Es verdad que te da culpa dormir?

-Álvarez: Me da culpa no hacer cosas. Soy de la old school (vieja escuela) de trabajar todo el día. Y, después de 4 años y medio, me encontré con las mañanas libres. Y no sé qué hacer.

-Leunis: Empezó a tejer crochet a la mañana…

-Álvarez: Me da vago… Para mí la mañana es para trabajar. Pero dejame que pasen unos días, que van pocos.

-A vos, Chino, ¿sí te puedo encontrar en modo avión de vez en cuando?

-Leunis: A mis 42 años, estoy aprendiendo a disfrutar de la vida. Este proyecto me ordena un montón mi rutina, con un horario fijo y eso a mi Virgo le viene bárbaro. Yo entreno a la mañana, llevo a mi hija al colegio y para venir al canal saldré de mi casa a las 14, lo que me da tiempo de almorzar ahí.

De no ser por la suntuosa oficina -por completo vidriada, que expone en tiempo real la inmensa maquinaria del canal que los contrata- la charla con Álvarez y Leunis podría ser la de una sobremesa más. Donde además de los pormenores a pulir para el vivo, se entrelazan perlitas de la vida misma, como un audio de Whatsapp a carcajadas de la esposa de Leunis, derivado de la foto a dúo con corte nuevo.

“Ya nos estamos poniendo al día con cuestiones de la vida, matrimonial, económica, de todo un poco”, confiesan.

-Hace unos años, Pollo, estuvo en tu radar el proyecto de una librería propia. ¿Hay algo de la cultura del trabajo que comparten, viniendo de familias tan trabajadoras?

-Álvarez: Somos de clase media, media baja. ¿No? (Lo mira y chequea) Yo laburé toda la vida en librería con mi tío. Mi hermano hoy tiene la suya, que en su momento íbamos a poner juntos. Pero en algún momento la vamos a poner. No está en mi mente ahora. De hecho, abrí mi productora el año pasado y ahora está mi socio, porque quiero estar acá.

«Con el tiempo tuve que ajustar, porque me excedía con las horas de trabajo y entendí, hace poco, que no todo es por ahí. Creo que fue mi esposa, Tefita (Tefi Russo), que me ordenó mucho la vida».

-Leunis: Mi viejo es contador, siempre se levantaba temprano y lo he visto planchándose camisas. Tuve una infancia de mucha plata en un momento y después todo se fue a la mierda. Nunca me faltó para comer, pero había cosas que tenía que bancarme no tenerlas. Pero eso me forjó lindo y estoy bastante amigado con mi historia. Lo que sufrí lo capitalicé con mucho diván y análisis personal. De chico tuve mucho amor, de adolescente mucha batalla, pero el promedio me dio positivo.

-¿Sos muy analítico?

-Leunis: Sí, pero también bastante sentimental. Hay veces que apago un poco la computadora y trato de disfrutar, sobre todo ahora. Por eso nos estamos juntando mucho con el Pollo, almorzamos solos, cenando en su casa, después toca la mía…

-Álvarez: Todo lo hacemos juntos y nos contamos todo. Necesitábamos ser uno.

-¿Ya fueron a la cancha?

-Álvarez: No podemos, somos de Independiente-Racing. Sólo podemos ir a ver a la Selección argentina.

-Leunis: Vamos a ir.

-¿Tienen alguna aptitud escondida que no hayan monetizado?

-Leunis: Creo que los dos cantamos muy bien. Yo toco la batería también. La actuación, Pollo…

-Álvarez: No soy bueno, boludo. Pará, puede que el día de mañana meta un par de bolos igual.

-Leunis: Vos sos bueno actuando, no digas eso. ¿Hacemos teatro?

-Álvarez: Pero ya lo hacen Lussich y Pallares. Ah, pero vos decís una actuación. No, no soy bueno. Tampoco digo que sea un buen conductor.

-¿Y un Late night show?

-Álvarez: Es el sueño de cualquier conductor. Yo iba a hacer uno en Fox, pero me vine para acá. El de Fer Dente es hermoso (por América), es lindo ir y verlo.

-Leunis: Yo creo que esa energía va a estar, el nuestro va a ser un Afternoon show.

-Álvarez: Pero no va a ser un “club de amigos”, como se dijo. Hay que tener cuidado con eso. Porque es un programa para la gente y no se puede gritar o pisar. Las internas son divertidas, pero para cuatro o cinco.

-Leunis: Pensé que éramos amigos…

-En redes sociales los piropeaban como los nuevos “Chueco y Bermúdez (Gustavo)” de la tele, en referencia a la percha de galanes.

-Álvarez: La palabra galán es muy fuerte. Me parece que lo que nos define es la empatía, después podemos conducir mejor o peor, ser estéticamente más lindos, menos lindos.

-Pero un poco fashionistas son.

-Leunis: Y, venimos de la peluquería… A mí me gusta vestirme bien y sentirme cómodo con lo que tengo puesto, me re importa y me ocupo de eso. Pero es algo más.

-Álvarez: Sí, no es lo que más me importa, ni cerca. No creo ser fashionista.

-Cerca del debut: ¿Qué auguran que puede salir de esta dupla entre un fan de Messi y uno de Luis Miguel?

-Álvarez: Pará. Él también es fanático de Messi y yo a “Luismi” lo banco. Yo soy muy Messista, de hecho, lo tengo acá (Señala el fondo de pantalla de su celular y desliza una serie de imágenes de Leo). Acá está Messito. ¿Vos lo tenes también?

-Leunis: Lo tenía, pero la semana pasada lo cambié por una foto de la familia. ¡Pero aguante Luismi!

-Álvarez: Yo ya tengo mi ticket. Lo pagué. (Se ríe)

-Leunis: ¿Sí? Yo también. Voy a la primera función. No lo conozco en persona, pero sería un sueño de mi vida poder entrevistarlo. Hacerlo sentir bien, porque es un tipo que tiene mucho respeto por su intimidad.

-Álvarez: Yo con Boneta (Diego, el actor que lo interpretó en la serie) estoy bien.

-Leunis: Creo que puede salir una buena sociedad entre Messi y Luis Miguel. ¿Le gusta Luis Miguel a Messi?

-Álvarez: Le gustan más Los Palmeras, pero cien por cien.

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