SEMANA DE LA MODA
En un contexto geopolítico y sectorial convulso, la moda se ha volcado para ofrecer espectáculo y exclusividad en las dos principales fashion weeks del mundo que presentaban la temporada primavera verano 2026
Chanel inaugura en París la era de Matthieu Blazy con una moda de aplauso. / EFE
- Un broche de oro. La última semana de la moda en el calendario de pasarelas para presentar las propuestas de primavera verano 2026, París, clausuró excepcionalmente con Chanel. La casa, sin director creativo desde que Virginie Viard abandonó sorpresivamente el buque en junio de 2024, presentó la primera colección de Matthieu Blazy. Tras su alabado trabajo al frente de Bottega Veneta, el galo cubrió de planetas el Grand Palais (y de estrellas de cine y de la moda) y redefinió los archivos de la casa insuflánsoles de un aire no sólo moderno, si no también alegre. De hecho, se dice que existe una foto de Coco Chanel vestida con un traje flamenco. Posiblemente de ahí la inspiración para las preciosas faldas de volantes. Hubo mucho color (naranja, rojo…) y líneas limpias (esas camisas blancas…), sazonados con códigos de la casa imperecederos. Desde el tweed pasando por el zapato bicolor destalonado o el bolso 2.55, siempre con un giro muy actual y fresco.
- Más debuts estelares. El estreno de Blazy en un imperio de moda no ha sido el único de esta temporada, marcada por el baile de sillas de diseñadores. Por citar varios de los más relevantes. Demna, quien revolucionó Balenciaga, presentó su primera colección para Gucci, opulenta entre marabús, lentejuelas y animal prints; Louise Trotter debutó en Bottega Veneta, con una línea continuista respecto a su antecesor, sofisticada y claramente intelectual, y pasó a ser la única directora creativa mujer en el poderoso conglomerado Kering; Versace, tras la marcha de Donatella, presentó la colección del ex Miu Miu Dario Vitale, que recordó ciertos códigos de la citada marca de Miuccia Prada (mucho menos sexy que su actual enseña), con referencias al fundador, Gianni Versace. Tras elevar Loewe a una de las casas más deseadas del universo, Jonathan W. Anderson se ha convertido en el diseñador más pluriempleado del momento. Despacha colecciones de su marca propia (JW Anderson), para la democrática Uniqlo y, ahora, todas las que salen de Dior; Alta Costura, hombre y mujer. Su puesta de largo aquí, en la que llevó a su terreno el legado de los diseñadores que le han precedido y de piezas y referencias míticas de la casa (la corola, la silueta New Look) fue ovacionada por el respetable. Adorado en su amplia etapa en Valentino, Pierpaolo Piccioli en Balenciaga retomó el espíritu arquitectónico del disruptivo creador de Guetaria; El dúo fundador de Proenza Schouler, Jack McCollugh y Lázaro Hernandez, pasó a Loewe , y se estrenó con un tributo a España, origen de la marca, a la artesanía de este país con un gran trabajo sobre cuero y, de manera muy evidente, con looks de bloques de color vivo (sobre todo , el conjunto rojo y amarillo).
- Adiós, Maestro. Entre tanta novedad, añoramos la estabilidad y la lealtad a su propia idea de la moda del recientemente desaparecido Giorgio Armani. Milán rindió homenaje a la leyenda, que nos dejaba el 4 de septiembre. 24 días después, la pinacoteca de Brera acogió el desfile que celebraba el 50 aniversario de la enseña, que cobró un significado infinitamente más emotivo. La marca invitó a los asistentes a visitar, en el mismo museo, una maravillosa retrospectiva en la que pueden contemplarse algunas de las creaciones más bellas de Armani rodeadas de obras maestras del Renacimiento italiano (Rafael, Mantegna, Piero della Francesca, Botticelli, Tiziano…). Sólo unas jornadas antes asistimos al primer desfile sin el Maestro, el de su línea Emporio Armani, en la sede habitual de la casa, una muestra de cómo Armani entendía que una mujer real puede vestir funcional y sofisticada. La elegancia puesta en pie. El desfile acabó con las modelos aplaudiendo la obra inmortal del italiano.
- Fendi deja Fendi (la dirección creativa). Pocos días después de celebrar su desfile, la casa romana anunciaba la marcha en la dirección creativa de hombre y mujer de Silvia Venturini Fendi, quien pasa a ocupar la presidencia de honor de la enseña romana, fundada por sus abuelos en 1925 (cumple ahora 100 años). La creadora del mítico bolso Baguette se despidió del cargo que ocupara durante décadas con una colección alegre y colorista, de las pocas presentadas esta temporada que parecen pensadas para llevar cuando haga bueno.
- Otra forma de presentar las colecciones. Si bien los desfiles siguen siendo la principal apuesta para mostrar las nuevas propuestas de las casas de moda, algunas optan por otros formatos. Es el caso de Loro Piana, la marca de lujo silencioso de LVMH, que expuso sus sofisticadas propuestas en maniquís en medio de obras de arte de Filippo de Pisis, Arturo Martini, Giovanni Boldini, Pierre Bonard o Amadeo Modigliani.
- Viralidad en las pasarelas. Como no sólo de elegancia discreta vive la mujer, destaquemos la notoriedad que cobran en redes sociales ciertas creaciones. Excéntricas, como los bolsos del Moschino de Adrian Appiolaza, con forma de envase de manzanas de un supermercado o de caja de paquetería; surrealistas, como el vestido confeccionado con cabezas de pinceles que podrían pasar por flecos o plumas, obra de Daniel Roseberry para Schiaparelli; o teóricamente feístas, como las propuestas vistas en París de Matières Fécales ( Materias Fecales en francés). La marca de Hannah Rose Dalton y Steven Raj Bhaskaran escenificó en un opulento y clásico hotel parisino (lámparas de araña, paredes doradas, excesivos arreglos florales: todo el paquete de lo que se entiende por buen gusto afrancesado) su estética impactante, que cuestiona los cánones de belleza aceptados por la sociedad: maquillaje que emula aliens, toques góticos, y, a lo que vamos, prendas mucho más comerciales de lo que el nombre de la marca pueda dar a entender (incluyendo femeninas faldas de tubo o impecables blazers de grandes hombreras).
- Siempre virales, los invitados vips para epatar. Y hubo muchos, desde Gwyneth Paltrow en Gucci, Kerry Washington en Prada, a Iman o Naomi Watts en Tod’s, Madonna y Kate Moss en Saint Laurent, Johnny Depp, Charlize Theron, Carla Bruni, Rosalía o Brigitte Macron en Dior, donde el debutante Anderson estuvo respaldado por la presencia de otros colegas de profesión insignes como Alessandro Michele; Blanca Suárez en el precioso show de Nina Ricci, muchas estrellas patrias en Chanel, como Penélope Cruz, quien se fundió en un cálido abrazo con una embarazada Úrsula Corberó y con su querido Pedro Almodóvar, y por supuesto, internacionales como Nicole Kidman (se anunció que volvía a ser embajadora de la maison a pocos minutos del arranque del show, en el que irrumpió radiante) o Sofia Coppola. Y, despidiendo a Mr. Armani, Cate Blanchett y Richard Gere, a quien el maestro vistiera en el filme “American Gigoló”.
- Y es que las sinergias entre cine y moda siempre funcionan… Y estos días han dado un paso más. Gucci empezó fuerte, proyectando en Milán una sesión exclusiva del cortometraje “El Tigre”. Filmado por Spike Jonze (“Cómo ser John Malkovich”) y Halina Reijn (“Babygirl”) el reparto estelar del mismo, con Demi Moore a la cabeza secundada por Edward Norton, Elliot Page o Ed Harris, vestía la primera colección para la casa del nuevo director creativo, Demna. Gran sorpresa supuso la entrada en el desfile de Dolce & Gabbana de tres de los protagonistas de “El diablo viste de Prada 2”, caracterizados de sus personajes principales; a saber, Stanley Tucci, Simone Ashley y, sobre todo, Meryl Streep como la icónica y perversa directora de revista de moda Miranda Priestly.