TAMARA MORILLO | MADRID
“Tu hija está bien. Ha dormido en casa. Ha comido aquí y ya va para allá”. Fue la primera mentira de las muchas que recibió Isabel Movilla, cuando su hija, Caroline del Valle, desapareció sin dejar rastro un 14 de marzo de 2015 en una discoteca de Sabadell. Han pasado ya más de diez años y Caroline sigue sin estar.
Las diligencias policiales, cuestionadas desde el arranque, y las contradicciones y silencios de los amigos de Carol, complicaron la investigación. Durante años, su familia creyó que la única hipótesis viable era que estaba muerta (“homicidio con ocultación de cadáver”, les dijeron). Un década después, el caso ha dado un giro y todas las hipótesis están abiertas: ¿le hicieron algo? ¿la sacaron del país? Lo único que se descarta es que Caroline se fuera por su propia voluntad.
1.
La mentira
Son las 21:30 horas del sábado 14 de marzo de 2015. Carol graba un audio y le da enviar. El mensaje es para su madre, Isabel, a quien pide permiso para quedarse en casa de una amiga a dormir.
Esta es la voz de Caroline del Valle la misma noche que desapareció. “Es la última vez que escuché a mi hija. Me quedé en esa fecha, todavía estoy en el 14 de marzo, en el año 2015. Me quedé allí”, revive Isabel.
Coincidiendo con su llegada al instituto, Caroline cambió. Conoció a amigas nuevas, dejó de vestir como una niña y empezó a salir. La investigación señala que en su nuevo grupo había chicos tutelados por la Generalitat que, día sí y día también, se fugaban de los centros de acogida. A menudo pasaban la tarde en la discoteca ‘In Time’, de la barcelonesa plaza Urquinaona. A su madre le dijo que, tras ir a esa discoteca de menores, se quedaría a dormir en casa de Silvia.
Caroline ya había pasado la noche del viernes en casa de su amiga. Isabel, aunque dudó, finalmente accedió a permitirlo también ese sábado. Antes había llamado al padre de la amiga de su hija para que le confirmase que irían allí. Confirmó el dato. La ruta era la siguiente: “me dijeron que iban a la Villa Olímpica, a una discoteca de menores, y luego irían a casa”. Diez años después Isabel lee y relee el mismo dato en un diario que tiene Caroline. Lo había apuntado con letras grandes en su agenda: “VILLA OLÍMPICA, IN TIME”.
La realidad de aquel sábado fue otra. No fueron a casa de Silvia, tampoco a la Villa Olímpica. Aquel 14 de marzo cogieron un tren para ir a la Zona Hermética de Sabadell. En ese escenario y en esa escena estaban la noche de la desaparición.
Una imagen de Caroline en una discoteca de la Zona Hermética en una salida previa a la del día de su desaparición.
2.
La desaparición
La noche del 14 de marzo, cientos de jóvenes bailaban en el botellódromo a las puertas de la discoteca de Bora Bora en la Zona Hermética. En el grupo de Carol se contaban 20, más o menos: las chicas formaban una hermandad que se hacía llamar ‘Las Nalgonas’ y con ellas estaban algunos invitados, chicos, que se habían escapado de centros de menores. La versión policial recoge que en una vuelta de control, los Mossos se acercaron a la zona donde estaba el grupo de Caroline, que se dispersó a la carrera al detectar su presencia.
Los jóvenes, incluida Carol, se fueron a una casa abandonada y cuando creyeron que estaba todo bajo control, volvieron a la zona. Error. Los agentes volvieron a aparecer y los jóvenes volvieron a salir huyendo. Durante esta segunda estampida, el grupo había quedado en que se encontrarían en un punto: la estación de Sants (Barcelona). Para ello, tenían que huir de la policía y llegar al tren en Sabadell, para coger un convoy rumbo a Barcelona. Llegaron todos menos Carol.
El recorrido que hizo el grupo de Caroline y en el que se perdió la pista de la joven.
El inicio de la segunda estampida fue convulso. Se dispersaron. Junto a Carol se quedó Yacine, apodado Jasthin. Es él quien testifica que, a los pocos minutos de comenzar la huida, Caroline no podía correr más. “Escóndete bajo ese coche y los atraigo hacia mí”, le dijo, según declaró ante los mossos. Él siguió su camino. Después, no hay más. Jasthin, según recoge atestado policial, llegó a Sants más tarde que el resto, a las 08:30 horas, con la ropa manchada de barro y alguna prenda puesta del revés.
3.
Las contradicciones
El domingo, 15 de marzo, a las 15:00 horas, se encendieron todas las alarmas. “No vino a comer y su teléfono daba apagado. Llamé a su amiga y me dijo que estaría a punto de llegar”, cuenta Isabel. “Bajé a ver si la veía”, no llegaba.
“Y sobre las 20:00 horas, volví a llamar a Silvia. Me dijo lo mismo, que estaba de camino, que se había quedado en su casa a dormir y comer”, revive la madre de Carol. Un poco más tarde, seguía sin llegar. “Nerviosa, subí a casa y fui su ordenador. Carol siempre dejaba su cuenta de Facebook abierta. Contacté con el resto de amigas. Todas me dijeron que habían ido a la Villa Olímpica. Todas menos una, que me dijo que era mentira. Que habían ido a Sabadell y que algo pasó, que mi hija no había vuelto. Además, recibí un mensaje de otra amiga que decía que, tras poner la alerta de búsqueda en redes, había recibido una llamada y le habían dicho que Carol estaba en una casa abandonada, lejos y en malas condiciones. Salí corriendo a denunciar”, añade Isabel.
Isabel Movilla, madre de Caroline del Valle, no ha dejado de buscar a su hija ni un solo día.
“Ya volverá”, fueron -afirma la familia- las primeras palabras de los agentes cuando acudieron a denunciar. Días más tarde, con la ausencia de noticias, el informe policial enviado al juez instructor cambió. Carol no se había ido. Arrojó poca duda: “no existe detonante que pudiera sugerir que se quisiera escapar (…) su teléfono no ha vuelto a tener actividad ni tiene recursos para poder sobrevivir sin ayuda. Consideramos que su ausencia no es voluntaria, sino forzosa”.
Desde entonces, los mossos apuntaron estar ante un posible homicidio con ocultación de cadáver. En el punto de mira estuvo Jasthin, la última persona con la que se vio a Caroline. El joven junto al que corrió en la segunda estampida.
Sus contradicciones no ayudaron. Que en la huida Caroline se agotara a escasos 50 metros de empezar a correr, y su argumento de que por eso se separaron, -como afirmó- fue lo primero que chirrió a los investigadores. Demasiado pronto para una chica tan joven, pensaron. Pese a todo, Jasthin ha sido citado como investigado. Jamás se halló nada contundente para imputarle la autoría del homicidio. Sí fue citado como testigo.
Las claves de la desaparición
LAS MENTIRAS
Las mentiras siempre fueron una losa para encontrar a Caroline. Las iniciales retrasaron búsqueda. Silenciar que la menor estuvo en Sabadell y que allí ocurrió algo, motivó que la denuncia se pusiera tarde. Las que vinieron después, impidieron a los investigadores seguir los últimos pasos de Carol la noche que desapareció, complicando el caso aún más.
4.
El coche rojo
Todo se fundió a negro. La investigación se enquistó. Los agentes de la Unidad Central de Personas Desaparecidas de los Mossos d’Esquadra encontraron un muro: los menores que acompañaban a Caroline aquella noche no colaboraban con la investigación. Cada vez que se acercaban a buscarlos a la zona donde se reunían huían en estampida. Cada vez que se les llamaba a testificar, no acudían. Los que lo hacían, divagaban. Además, muchos eran menores a los que no resulta fácil interrogar.
La familia de Caroline descartó -y aún lo sigo haciendo- que el único sospechoso como posible responsable de la desaparición tuviera realmente algo que ver. “El único que se ha acercado, precisamente, ha sido Jasthin. Me escribió preguntando cómo estaba”, afirma Isabel. “Me dijo que estaba recordando cosas. Que cuando desapareció mi hija, allí había tres chicos y un coche rojo”, narra la madre.
Algunos relatos apuntaron a la presencia de tres hombres marroquíes junto a un vehículo de color rojo. “Más tarde, Silvia (la amiga con quien se supone que dormía Caroline) es cuando me dice que a lo mejor le han hecho algo los tres chicos árabes del coche. Y entonces es cuando yo caigo: hay un video de aquella noche, que han grabado y subido aunque luego han eliminado de la red. Salen tres chicos árabes en un coche…”, revive Isabel.
El vídeo del coche rojo
Pulsa el botón para reproducir. El vídeo incluye controles y pista de subtítulos.
Para la familia, este vídeo se antoja clave: “Yo creo que mi hija se montó en el coche rojo. Creo que son los responsables. Se montó y ahí se la llevaron. Pienso que ya estaba todo planeado para venderla y sacarla del país”, lamenta Isabel.
¿Qué pasó? ¿Dónde esta Carol? Las preguntas siempre se repiten. La investigación familiar ha aportado, cree Isabel, una hipótesis factible de lo que pudo pasar: “Creo que llegaron a Sabadell, que estuvieron ahí haciendo el tonto hasta las tres de la madrugada”, reconstruye con dolor. “Los chicos dijeron que les extrañó lo del coche rojo, porque fueron muy directos a ellos, aunque había muchos más huecos. Que abrieron el coche, que se bajaron tres adultos marroquíes o franco-marroquíes, bien trajeados, y abrieron el capó y bebida gratis para todos… Creo que eran amigos de Niss (otra de las jóvenes que estaba junto a Caroline)”.
“Creo que mi hija tras la segunda estampida volvió al Bora Bora, y que ahí encontró a los chicos del coche rojo. Caroline no tenía dinero para volver a casa y eran las seis de la mañana. No había nadie, estaba ella sola. Que estos tipos del coche le dijeron ‘vente, somos los amigos de Niss… llámala para que veas que no pasa nada malo…”, supone Isabel. “Mi hija hizo una llamada a Niss por teléfono, está recogido en el sumario. Es la última llamada que hace antes de desaparecer. Ella no le cogió el teléfono y mi hija no volvió a estar”, explica.
Por si hay dudas, Isabel amplía: “En la cuenta de Niss de la red social ‘Ask’, antes de que la borrase, encontré un post, era una foto. Salía Niss y mi hija”. En los comentarios realizados en esa imagen en la citada red social, Isabel destaca uno, “un árabe mayor le pregunta a Niss si la chica del medio era virgen porque le gusta, le dice que se he enamorado de ella. Niss le contesta: sí, es virgen. La chica del medio era mi hija”.
5.
El giro en la investigación
Pese a que durante años la única hipótesis que se barajaba era que Caroline estaba muerta, un informe presentado en el juzgado dio un giro a la investigación. El nuevo dato coincidió, además, con el cambio de la unidad policial que llevaba el caso, que pasó de Desaparecidos a Homicidios, quienes dirigen la investigación a día de hoy.
El caso está ahora activo, confirman fuentes policiales a este periódico, y afirman, además, que se ha pedido colaboración a organismos internacionales, entre ellos Interpol. Por primera vez, todas las hipótesis están abiertas y, aunque sigue sobre la mesa la tesis del homicidio y de que el cuerpo de Carol pueda estar en una zona próxima a Sabadell, no se puede descartar que alguien hubiera sacado a la joven del país.
La ficha de Caroline del Valle en Interpol incluye una recreación de cómo sería hoy la joven y un apunte importante: “Marruecos, España, Portugal y Francia”, los países “probablemente visitados” según la Organización Internacional de Policía Criminal, después de su desaparición.
“Interpol está buscando a mi hija viva en 197 países. Google ayudará en la parte de tecnología; y un país extranjero, experto en estos temas, ha aceptado ayudar también”, cuenta Isabel. “A medida que fueron investigando vieron que había muchas incongruencias, que había muchas cosas que fallaban, muchos datos que no estaban… Analizaron el teléfono móvil también, ya vieron cosas que no casaban, hasta que empezaron a tirar y vieron cosas que les hace pensar que quizá Carol no se quedó allí”, explica la madre de la joven desaparecida.
Las diligencias policiales ven ahora viable que la joven catalana fuera sacada del país, entre otras posibilidades. “En el sumario se admite, además, que (la noche de la desaparición) la geolocalización del teléfono de Carol va muy rápido de una antena a otra, demasiado para ir andando. Entonces… Pues se supone que va en coche”, cuenta Isabel Movilla a este medio. “Además, su teléfono se apaga en la carretera que lleva a Francia”, afirma contundente Isabel. “Yo creo que estaba todo planeado para vender a mi hija y sacarla del país”.
6.
Una década de dolor
La familia sobrevive a una década marcada por el dolor, la incertidumbre, la impotencia. Libra una batalla por encontrar la verdad, que no llega. Junto a Isabel siempre estuvo Teresa Olivera, abuela de Caroline. Megáfono en mano, acudió a platós, concentraciones y manifestaciones, mostrando su dolor.
“A todo el mundo le hablaba de mi hija. Estuvo en cuidados paliativos y a todo el mundo le hablaba allí de Caroline”, revive Isabel. “Ni el cáncer pudo hacer que dejase de buscar a su nieta. Hasta el último día estuvo diciéndome que se la llevase, pero no lo pude hacer”.
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Sin Carol la vida es otra. “Ya no voy ni a los centros comerciales, me duele ver a otras madres con sus hijas…”. La desaparición de Caroline, paralizó todo, “yo aún vivo, y viviré siempre, en ese 14 de marzo”.
“Esto es una muerte lenta, egoísta, porque no te mata de golpe”, resume Isabel. “Llevaba construyendo mi castillo mucho tiempo, pero era de naipes. Alguien quitó la carta principal, la de mi hija, y se me calló todo”.
Todas las hipótesis están abiertas. Por primera vez, entre las diferentes opciones, no se puede descartar que, como apunta su madre, alguien la sacara del país. Isabel ha recobrado la esperanza. “Me consta que están trabajando. Sé que van a llegar respuestas. Más pronto que tarde, van a llegar”.
Para que nadie olvide la desaparición de Caroline y se agoten todas las posibilidades de investigación, Prensa Ibérica ha incluido su caso en el podcast ‘En Paradero Desconocido’, que puedes escuchar a continuación.
PODCAST | La desaparición de Caroline del Valle
RED DE CONTENIDOS DE PRENSA IBÉRICA
Texto: Tamara Morillo.
Podcast: Tamara Morillo y PI Studio.
Redes sociales: Patricia Morales.
Coordinación: Marian Navarcorena, Nekane Chamorro y Jorge Fauró.
Dirección: Gemma Robles.
