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25 noviembre, 2024

José Ignacio López: se le animó a Videla, fue el vocero de Alfonsín y protagoniza un documental que invita a hacer historia

El 13 de diciembre de 1979, plena dictadura militar, el periodista José Ignacio López, en una conferencia de prensa en el Salón Dorado de la Casa Rosada, se animó a preguntarle por los desaparecidos a Jorge Rafael Videla. Decir “desaparecidos”, en ese contexto, en esa época, era una expresión que nadie se atrevía a mencionar.

-¿Esto fue realmente así?

-Exactamente así. Se va a a poder ver bien en el documental (que se estrena este sábado). Esa pregunta la hice yo, pero nunca salió al aire. Cuando se terminó la conferencia de prensa, que se transmitió por Canal 7, esa parte se editó y también sacaron la respuesta de Videla. El material se fue recuperando a partir de publicaciones de agencias internacionales. Felipe Pigna también hizo un trabajo de recuperación del material para su programa de televisión. La respuesta de Videla fue ésa de que los desparecidos no son, no están, no tienen entidad….

El motivo de la charla es porque José Ignacio López es el responsable de Memoria para Construir, una serie documental de cuatro capítulos que se estrena este 7 de octubre a las 22 por el canal Somos, frecuencia 7 de Flow (luego, el documental estará disponible en la plataforma).

El envío, en el marco de los 40 años de la recuperación de la democracia, tendrá su presentación de adelanto este jueves en la Biblioteca Nacional, en el auditorio Jorge Luis Borges.

En la serie, Nacho López pregunta y responde. Y también repasa su intenso recorrido como periodista.En la serie, Nacho López pregunta y responde. Y también repasa su intenso recorrido como periodista.Más que una autobiografía del periodista, se apunta a la memoria de la historia reciente en conversaciones que él lleva adelante con distintos interlocutores. Se apunta a su rol en los hechos destacados como la dictadura, los desafíos en la recuperación de la democracia, la crisis de 2001 y, entre otros, los cambios de época para el ejercicio de la profesión desde la arremetida de la tecnología.

«Le diré que frente al desaparecido en tanto éste como tal es una incógnita, mientras sea desaparecido no puede tener tratamiento especial, porque no tiene entidad. No está muerto ni vivo…está desaparecido«, le dijo Videla en una de las frases más perversas y cínicas de la historia argentina.

-¿Recuerda la manera en que formuló esa pregunta?

-Juan Pablo Segundo, el Papa de entonces, había hablado de la Argentina y los detenidos sin causa. Videla hacía ostentación de que era católico. Yo también. Todo esto se podrá ver en el documental. Videla termina una larga alocución y me dice que no sabía si había respondido a mi pregunta. Lo del Papa me sirvió para continuar con el planteo.

José Ignacio López conversa con personalidades de diferentes ámbitos. José Ignacio López conversa con personalidades de diferentes ámbitos. -¿El periodismo se animaba a esas cosas?

-En ese momento yo estaba en la agencia NA, Noticias argentinas. No, el periodismo no se animaba.

-¿No tuvo miedo por su vida?

Miedo teníamos todos. Habían puesto una bomba en mi casa de José Mármol, en el ’76. Fue el 10 de noviembre. Mi mujer y yo no estábamos, pero sí mis cinco hijos. ¿Por qué la pusieron? No sé, supongo que fue porque me hacían figurar como tercermundista de la Iglesia, un marxista infiltrado. Yo escribía el panorama religioso sin firma en La Nación. También lo hice en el diario La Opinión, donde además hacía comentarios de tipo político, y en Clarín

-Los que saben dicen que usted es el periodista más respetado por sus colegas. ¿Esto tiene que ver con aquella pregunta a Videla o por su desempeño como primer vocero presidencial de la democracia en el gobierno de Raúl Alfonsín?

-Yo creo que lo de la pregunta a Videla ayuda. Cuando fui vocero, nadie sabía lo de la pregunta. Y yo no sacaba pecho. Alfonsín quizás sí debía saberlo, la verdad que no sé: jamás hablé con él de esa pregunta. Pero leí en un libro de Pablo Gerchunoff que en el ‘79 Alfonsín ya había comentado algo acerca de tenerme cerca. Después me llamaron. Yo he contado, y sigo contando, que el llamado de Alfonsín a trabajar con él fue la sorpresa de mi vida. Pensé que no me conocía, pero resulta que no era tan así: Raúl me tenía porque yo estaba con Magdalena (Ruiz Guiñazú) en Radio Continental.

José Ignacio López nació en 1936. Es dueño de una memoria envidiable.José Ignacio López nació en 1936. Es dueño de una memoria envidiable.

De qué va la serie

Se tratará de cuatro capítulos de 50 minutos cada uno: la idea es hacer memoria de más de 60 años de ejercicio del periodismo.

En la primera entrega, uno de los ejes más importantes está puesto justamente en la pregunta que le formuló a Jorge Rafael Videla el 13 de diciembre de 1979. También toca su rol como vocero del presidente Alfonsín y los desafíos que enfrentaron en esos años de la recuperación de la democracia.

Para finalizar, el foco está puesto en la figura del Papa Francisco y su pontificado, así como en los afectos de López, sus primeros años en el periodismo y algunos hitos importantes vividos entre la década del ’60 y la actualidad.

Para hacer este ejercicio de memoria, el documental ofrece testimonios de testigos y protagonistas de los distintos sucesos que aquí se desarrollan.

Por ejemplo, hablan Norma Morandini, Jorge Casaretto, Martín Balza, Chrystian Colombo, Mónica Gutiérrez, Fabián Bosoer, Raúl Alconada Sempé, Víctor De Gennaro, Víctor Bugge, José Luis Machinea, Jesús Rodríguez, Jaime Malamud Goti, Horacio Jaunarena, José Claudio Escribano, y los autores de La verdad los hará libres, Carlos Galli, Federico Tavelli y Luis Liberti.

Una vida dedicada al periodismo

-¿Cuándo empezó a ejercer el oficio de periodista?

-En el ’61, entré en La Nación en calidad de aspirante. Había egresado del Instituto Grafotécnico. En esa época las redacciones no querían saber nada con los estudiantes de periodismo. En realidad, el periodismo no se estudiaba y el Grafotécnico fue la primera escuela. Había sido creada en 1934.

-¿Periodista se nace o se hace?

-Las dos cosas. Por más formación que tengas, no sé si podés ser periodista sin esa llamita…

-¿Sin curiosidad?

-Sin vocación. Cuando tenés vocación es un placer, porque no te das cuenta de que estás trabajando.

-¿Es verdad que empezó trabajando con Horacio Verbitsky?

-Horacio estaba en Noticias Gráficas la noche de marzo del ’62 cuando derrocaron a Frondizi. Era un pibe, más pibe que yo. Nos cruzamos ahí como dos cronistas de calle.

«El llamado de Alfonsín para trabajar con él fue la sorpresa de mi vida. Pensé que no me conocía», confiesa López.-Sin internet y redes sociales, ¿era más fácil ejercer el poder?

-No sé, la preguntan me la hacen por ahí vinculada a mi rol de vocero. No se puede comparar. Ya nada se puede comparar. Un periodista sin celulares, sin internet, sin redes, es hablar de un mundo totalmente distinto, tanto para ser vocero de un presidente como para ser periodista. La honestidad, el cumplimiento de las reglas mínimas, el chequeo, la confianza en las fuentes… Yo creo que ahora hay que replantearlo todo. Como periodistas nos debemos una reflexión para poder cumplir debidamente con el derecho a la libertad de expresión.

-¿Cree que un caso como el que se destapó alrededor de Martín Insaurralde se hubiera podido mantener en secreto cuando usted era vocero?

-Sólo en dictadura podría ocurrir semejante cosa. Sólo en la inestabilidad democrática, mejor dicho, en la inexistencia democrática. Ahí sí podría ocultarse. En mi época de vocero algo como esto hubiera explotado igual. La crisis moral de las dirigencias argentinas es un gran tema. Esto es la crisis moral de las elites. Además no puede existir una democracia con 40 por ciento de pobres. No es digno de la democracia.

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