El Gran Premio Jockey Club se corre hace 140 años y es el clásico más añejo del turf argentino, con cientos de historias, mitos y leyendas. Nació en el hipódromo Nacional, pasó por el Argentino y en 1955 llegó a San Isidro, allí donde este sábado buscará un nuevo campeón y se pondrá en juego una ilusión que mantiene en vilo al público «burrero» desde hace años, la chance de ir por la “triple corona”.
La “triple corona” consiste en llevarse las tres citas más importantes del año, las llamadas “gemas” del calendario, exclusivas para potrillos de tres años. En septiembre se disputa la Polla de Potrillos, en el hipódromo de Palermo (arena, 1.600 metros); en octubre es el turno del Jockey Club (césped, 2.000 metros) y en noviembre llega el último “grande” con el Gran Premio Nacional, otra vez en Palermo pero con una distancia de 2.500 metros, lo que obliga a mantener el ritmo y explotar sobre el final.
El mundo es otro si se lo compara con aquel de 1883 en que se disputó el primer Jockey Club, y es cierto que el turf ya no está en el día a día de los argentinos como en otras épocas.
Pero atención: la pasión se mantiene y el hipódromo de San Isidro (Av. Márquez al 800) vibrará este sábado en una jornada que promete ser de fiesta y arranca a las 12 horas con varias carreras interesantes, entre ellas el Longines GP Latinoamericano, con caballos de todo el continente, “una Libertadores” en términos hípicos. La TV Pública transmitirá en vivo desde las 17.30, y el GP Jockey Club, el clímax de la tarde, se larga a las 18.30. Se esperan 20 grados de calor, un sol radiante, fanáticos y muchísimas familias desparramadas en las 100 mil ubicaciones que ofrecen las tribunas. ¿La entrada? Gratuita.
La carrera regala gloria pero también dinero, claro, siempre teniendo en cuenta que los caballos que mejor se destaquen se convierten automáticamente en objeto de deseo para el mercado, ya sea para correr a nivel local o en el exterior, o para la crianza como padrillos. La bolsa a repartir está dividida en dos y se calcula en unos 46 millones de pesos por un lado y 37.800 dólares por el otro, y el equipo vencedor se llevará de parte del hipódromo poco más de 16 mil dólares (a precio oficial del 2 de octubre).
Todos con El Kódigo
El ganador de la Polla de Potrillos fue El Kódigo, lo que lo convierte en el único con chances de repetir en San Isidro para volver a Palermo en busca de la gloria, la ansiada “triple corona”. Montado por Gustavo Calvente, el representante del stud Juan Antonio dio la sorpresa en septiembre y se llevó la carrera de arremetida, por un hocico, en una definición de película.
🏆Gran Premio Polla De Potrillos (G1)
🇦🇷Palermo
El Kodigo (ARG)
(3C Equal Stripes – İ’m Moving On , by Not For Sale)
J : Calvente Gustavo Emiliano
T : Saldivia Juan Franco
O : Juan Antonio
B : Haras Marovi pic.twitter.com/Q2kPaxY377
— 𝙒𝙤𝙧𝙡𝙙𝙍𝙖𝙘𝙞𝙣𝙜 (@WorldRacing1) September 2, 2023 Pasó mucho tiempo (demasiado) desde que Refinado Tom se llevó la triple corona en 1996, y lo hizo con la monta de Jorge Valdivieso, considerado el mejor jockey argentino de todos los tiempos. “El crack y el mejor piloto, en una conjunción perfecta, plasmaron su obra maestra. El rigor de Valdivieso y la guapeza de Refinado Tom, le devolvieron la alegría a la afición, que ahora puede hablar de ‘otro triple coronado’”, escribió el recordado periodista Osvaldo “Campi” Campilongo para Clarín, tras esa gesta.
#Turf#TurfRetro
Refinado Tom fue el último gran héroe. Ganó la Triple Corona de 1996, la última conseguida en la Argentina, viajó a USA y, ya de regreso al país, otra vez en un gran nivel siguió sumando en 1999, entre ellas el inolvidable Estrellas Classic, su sexto G1. pic.twitter.com/cAJHkzBN6d
— Carlos Delfino (@CarlosGDelfino) March 26, 2020 Allí en Palermo estuvo Diego Maradona, quien en los noventa encontró refugio a sus vaivenes con el fútbol en el mundo de los caballos. Tuvo varios, algunos de ellos con nombres insólitos, desde la yegua Dalma Nerea a los que fue bautizando Diegol, Guillote y Cani, entre otros. Era amigo de Valdivieso, claro, y se preocupó por ir abrazar a Valdi en la zona de premiación.
Habían pasado 10 años del último “triple”, El Serrano, en 1986; y este 2023 se cumplirán 27 de sequía: los amantes del turf esperan por esa “alegría” que se sigue postergando, a pesar de que el año pasado la ilusión terminó en escándalo.
Fue el 15 de octubre pasado. El Musical ya había ganado en la Polla, y cruzó el disco de San Isidro en primer lugar pero el reclamo de un rival y la revisión de los comisarios le terminó sacando el triunfo, provocando un bochorno inédito, con piñas, acusaciones de estafa por cifras millonarias e imágenes que dieron la vuelta al mundo. ¿Lo peor? Se frustró la oportunidad de ir al Derby por el triple coronado.
En definitiva, la racha negativa se sigue estirando. En total, fueron 19 los “triples coronados”, lista que inició Pippermint en 1902, y que cuenta con caballos que se metieron en el corazón de los argentinos: Yatasto, llamado “el caballo del pueblo», Forli, que se retiró invicto, o Telescópico, el último en ser “cuádruple” coronado, en 1978, con la monta de la jocketa Marina Lezcano, mención de honor que logra quien además triunfa en el GP Carlos Pellegrini de diciembre, ya con caballos sin límite de edad.
Ahora, la esperanza es El Kódigo, aunque su gente elige la cautela en la previa de la cita de este sábado. “Quedó sano y en muy buen estado de ánimo, creemos que llega de la mejor manera a la prueba”, le contó a Clarín Emiliano Varesi, en representación del stud Juan Antonio.
El potrillo no fue exigido en estas semanas, a la espera de un GP que se presentará muy duro y con rivales difíciles que ya saben con quién se enfrentan. «Los potrillos pueden sorprender en cada minuto y siempre debemos estar muy atentos”, avisa Varesi. Y agrega: “Se trata de una cancha nueva para él, el césped es un interrogante, pero confiamos en su clase y espíritu«.
El Kódigo y Escalante, la dupla que va por otro triunfo a San Isidro. Foto: Gentileza Adri Domínguez.Entrenado por Juan Franco Saldivia, El Kódigo volverá a cargar sobre su lomo a Calvente, un jockey de 36 años nacido en Rojas, que ya sabe lo que es ganar en San Isidro. Y claro, también cargará con la presión de los que quieren llegar a noviembre con el deseo de volver a ver un “triple coronado”.
El propio Varesi repite la misma respuesta como si fuera un mantra: “Ya ha sido una locura haber ganado la Polla y soñar con el Jockey Club es enorme. Por supuesto que nos ilusiona el Nacional, pero vamos paso a paso”. Paso a paso, y al galope.