«El pirómano nunca puede ser luego el bombero«. Con extrema dureza la conducción de la CGT, alineada a pleno con la candidatura del ministro Sergio Massa, achacó a Javier Milei la responsabilidad total por la corrida cambiaria que llevó este martes la cotización del dólar informal por encima de los 1.000 pesos.
Desde la formalidad de un pronunciamiento oficial, los sindicalistas acusaron al libertario de actuar como un «incendiario y terrorista electoral» que en el afán de «rescatar algún voto más» busca instalar un clima de incertidumbre que solo genera «angustia» en la sociedad. Pero más duras fueron aún las advertencias lanzadas por los caciques sindicales en las charlas e intercambios permanentes de las últimas horas a la par que escalaba la crisis y la inquietud por sus efectos sociales.
La coincidencia general dentro de la central obrera sostenía que la corrida de los últimos días tiene un fundamento puramente político y que el candidato de La Libertad Avanza es el responsable mayor por haber llamado a los ahorristas a retirar sus depósitos porque «el peso vale menos que un excremento».
«Hay que meterlo en cana por sedición y desestabilización«, lanzó uno de los principales referentes de la central obrera en diálogo con Clarín.
El mismo dirigente insistió en que la gran apuesta de Milei es «que explote todo y terminemos en una hiperinflación» antes de la definición electoral, pero le advirtió que «se le va a venir en contra tanto empeño por generar el caos». Y fue todavía un poco más allá en ese desafío: «Si gana las elecciones no va a poder asumir. No hay sociedad que aguante tanta irresponsabilidad», aseguró el jefe cegetista.
Tras el segundo debate presidencial, Milei aconsejó a los ahorristas desarmar sus plazos fijos en pesos.El clima hostil contra la actitud del libertario ganó el ánimo de la primera línea de la central obrera que, tras el segundo debate presidencial del domingo, se autoimpuso un esquema de deliberación permanente a media que se aceleraba la corrida y el temor por el futuro económico se amplificaba a menos de dos semanas de la elección presidencial.
En la línea trazada por Massa
Con un canal de diálogo directo abierto con Massa y los principales asesores de su campaña, los sindicalistas decidieron pasar a la ofensiva pública contra el líder de LLA en paralelo a la propia embestida lanzada por el ministro contra su adversario electoral.
Así acordaron el mensaje público de hoy, que reforzaron con mayor dureza en sus comentarios informales y hasta deslizaron la posibilidad de movilizarse en los próximos días si se acelera el deterioro del escenario cambiario.
El mensaje de la CGT contra Milei se alineó con el discurso de Massa.«Si hace falta vamos a salir a la calle, no se puede aceptar que un incendiario juegue con el sufrimiento de la gente», alertó ante este diario otro dirigente de la cúpula sindical. Y en la misma línea de su colega insistió en que si Milei pretende que «explote todo, no va a poder gobernar».
Inquietud por los salarios
En los intercambios reservados entre los sindicalistas, varios referentes también machacaron en la creciente preocupación social por el impacto de la escalada del dólar sobre la inflación y su efecto en el deterioro de los salarios, pero rechazaron que se evalúe por el momento una exigencia de reapertura masiva de paritarias.
Al respecto, plantearon su pretensión de mantener el esquema previsto de revisión de los respectivos convenios y volvieron a reclamar «sensatez y prudencia» de la dirigencia política para tranquilizar la situación económica y evitar un desenlace de caos.
«Nosotros no vamos a ser los que incentivemos el caos porque los trabajadores después son los que sufren las consecuencias de cualquier descalabro», explicó uno de los gremialistas más enojados por los dichos de Milei.
También el jefe de la Uocra, Gerardo Martínez, el único de los referentes de la conducción cegetista que se entrevistó con Milei días después de las PASO se quejó de las declaraciones del libertario sobre los depósitos en pesos.
«Sus mensajes no dan un panorama para calmar la situación y poner un límite. Hay que tener responsabilidad social y no jugar con el sufrimiento y la angustia de la gente», reprochó el dirigente en diálogo con Clarín.