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18 noviembre, 2024

Sergio Massa sufre un giro en la tendencia de votos: busca arrasar en el Norte y el GBA o teme que gane Javier Milei

El verdadero golpe anímico que Sergio Massa tuvo que superar en estos últimos años de su carrera política seguramente habrá sido reponerse al 22% de votos que sacó en las PASO. Y lo logró, de la mano de un equipo de consultores brasileños encabezados por Edinho Silva que le envió y financió Lula Da Silva tras una reunión que tuvieron en Brasilia, donde el presidente del PT lo encomendó: «Sergio, dejá de buscar dólares y salí a buscar votos».

La algarabía llegó con el batacazo de casi 37% que obtuvo el Ministro de Economía en las Generales. «Lo que más disfrutó es quemarle los papeles a todos, sobre todo a Cristina y esos pendeviejos de La Cámpora, que siempre parecen dispuestos a jugarnos en contra», indica ante Clarín un eterno integrante de la mesa ratona donde le gusta sentarse a Massa cuando logra relajarse.

Como todo lo que sube irremediablemente baja (aunque en Argentina la metamorfosis suele tener ritmo de montaña rusa), Massa estaría de vuelta sufriendo un peligroso cambio de tendencia en el electorado argentino.

«Las alertas las empezamos a ver la semana pasada y en esta se terminaron de consolidar: es cierto que se nos inclinó en contra la tendencia. Por eso estamos viendo a un Sergio más antikirchnerista y suplicándole a los cordobeses que perdonen la política kirchnerista de la última gestión. Algo similar hará en otras grandes provincias. Un perfil un poco más agresivo contra Milei y lejos de Cristina y La Cámpora», indican.

«Hace unos diez días sólo el 20% del votante de Patricia Bullrich pasaba a Javier Milei. Ahora superaría el 60%«, describe un famoso periodista que accede a los últimos números que reciben en Unión por la Patria. La misma inclinación sucedería con el botín del 7% de votos que obtuvo Juan Schiaretti. «Hasta principios de mes, sólo el 10% de Schiaretti se iba a Milei y ahora está en 40% y creciendo», resalta. Esto explicaría al renovado «tajaí culiao» del líder del Frente Renovador, pero esta vez en tonada cordobesa. Un Massa bebedor de Fernet y cuartetero de alma.

El debate puede ser fulminante o inspirador para las expectativas del ministro. Y aunque en general se asegura que este tipo de contiendas televisivas no agrega ni quita ningún voto, en el mano a mano de un balotaje, sí podría incidir si hay un gran ganador o un gran derrotado. A eso apostaría el equipo de profesionales que moldea y remoldea la figura de Massa.

Otros peronistas, en cambio, sonríen. Creen que el «Sergio desesperado» es otro de los trucos del candidato para evitar que su entorno y la cadena de transmisión a la militancia se relajen, y que tal vez los sondeos no sean tan negativos.

«Nos asustan que estamos entre 4 y 8 puntos abajo. Sería una catástrofe. Hasta Seba (por Galmarini, cuñado de Massa), difunde esas encuestas desde su consultora. Les creo poco y nada», dispara otro jefe comunal que «cuando Sergio hace estas cosas, soy más kirchnerista que peronista».

Horas frenéticas

«No hay demasiados secretos. Cuando se corre de atrás, como está ahora Sergio, es probar y medir. Es decir, ofrecer algo nuevo y ver si devuelve un impacto positivo. Son horas frenéticas«, explican cerca del ministro.

En el Instituto Patria parecen disfrutar la desesperación de Massa. Y hasta lo chucean con lo de Córdoba. «Fue un error que Cristina se lo dice a todo el mundo. Quedó como un tibio. No arregló con el Gringo que terminó reforzando la figura de Milei al salir rápidamente a pegarle a Sergio. Ese tropiezo es de principiante y blanquea la desesperación, que nunca veremos en Cristina», sostiene alguien que, «cree», todavía mantener su oficina en un Instituto Patria que, como la Casa Rosada, padece de una desolación quizás premonitorio de un fin de ciclo.

Es tal el desapego del kirchnerismo duro con el esfuerzo de Massa, que en el Conurbano aseguran que Cristina estaría hasta disfrutando que Massa pierda. Eso sí, «por poco».

A la vice se la ve renovada en medio de un país con cifras sociales y desajustes económicos de Africa Central. Se muestra alegre, relajada y se viste como una adolescente, con monos estampados y zapatillas blancas. Pide que la graben y muestren divertida, en visitas en confiterías históricas como una reciente que hizo en El Molino.

«También recibió en su despacho a Julito (por Alak, que tendrá su quinto mandato como Intendente de La Plata). No hace nada de nada, ni dice nada de nada, sobre la elección de Sergio. Está en su país de las maravillas. Disfruta que sus enemigos la vean disfrutar. Lo que no me queda claro donde encuadra Sergio en la valoración de Cristina», reflexiona ante este diario un poderoso jefe del Gran Buenos Aires que fue reelecto con bastante más del 50% de los votos.

En el Conurbano, a diez días del balotaje, no andan con vueltas. «O logramos aceitar el aparato que funcionó bárbaro en las Generales o Sergio está jodido», anticipan. Massa necesitaría arrasar en la Provincia más grande del país y también hacerlo en el corredor norte. Para eso ya sumó a Juan Urtubey, alianza que no le gustó nada a su socio gobernador Gustavo Sanz.

En el massismo aseguran que Gerardo Morales sigue siendo «un gran amigo». Y que, a diferencia de la última elección donde no movió un pelo en favor de Patricia Bullrich, esta vez desplegará todo el aparato de Jujuy (donde ganó Milei sin haber pisado nunca la provincia) en favor del ministro.

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