El final del partido tuvo un cruce inesperado entre dos defensores de Manchester City y Fluminense que la transmisión oficial captó por apenas unos segundos y llevó la imagen a las tribunas. Mientras comenzaba la premiación, Felipe Melo y Kyle Walker cruzaron miradas, intercambiaron insultos e iniciaron un forcejeo que despertó la reacción de los compañeros para evitar que pasara a mayores.
Tras el pitazo final el brasileño y el inglés se empujaron en el césped, se encararon y se tiraron algunos manotazos. El primero en llegar fue Jack Grealish, no precisamente para separar.
Sin embargo, el resto de los jugadores y miembros del cuerpo técnico de ambos equipos se acercaron al lugar de la trifulca con la velocidad de los bomberos, separaron a los futbolistas y evitaron que la situación fuera más grave en Jeddah.
El experimentado brasileño tiene un historial lleno de este tipo de situaciones. Por ejemplo, La piña que le dio al uruguayo Matías Mier en un Peñarol y Palmeiras por Copa Libertadores de 2017. No por nada, atesora 14 expulsiones en su carrera.
En diciembre de 2015, cuando jugaba para Inter de Italia, le dio una brutal patada a Lucas Biglia, jugador argentino de la Lazio. Dos años antes, fue protagonista en una pelea con su compañero Sabri Sarioglu del Galatasaray en pleno partido de la final de la Copa de Turquía ante Bursaspor.
Cuando fue presentado en Palmeiras tuvo una presentación especial para definirse: «No sólo pego patadas, también tengo técnica. Por algo jugué 13 años en Europa. Pero si tengo que dar una paliza, la voy a dar. Si tengo que golpear en la cara a un uruguayo, se llevará una bofetada», dijo en relación a sus rivales de Peñarol.
Walker y Melo intercambiando manotazos y patadas. Foto: AFPLos uruguayos parecen ser sus rivales más odiados. Tiempo atrás, cuando supuestamente el futbolista de Peñarol Gastón Rodríguez lo había llamado «macaco», Melo se despachó con una lengua filosa. «Tal vez él tenga un problema personal porque quizá su mujer se acostó con un negro», supuso.
También cobró: en el clásico paulista ante Corinthians terminó con un corte en la ceja por el que recibió 13 puntos de sutura.