Javier Milei volvió este lunes a defender la vigencia del mega decreto que desregula la economía, deroga leyes laborales y abre la puerta a nuevas privatizaciones, al hacerse eco de una frase de Arturo Frondizi -en la que el difunto expresidente respalda el uso de la misma herramienta legal para terminar con los contratos petroleros- y aprovechó la ocasión para asegurar que quienes se oponen a la medida lo hacen «por sadismo» o por «corruptos».
El Presidente, en los hechos, repitió la misma estrategia que había adoptado en el programa de Mirtha Legrand del último sábado, en la que ponderó su primer decreto publicado el pasado jueves, y cuestionó elípticamente a quienes participaron de los cacerolazos callejeros por padecer una suerte de «síndrome de Estocolmo» por supuestamente depender de los dirigentes que mantienen sus propios intereses corporativos.
Fue en este contexto que el jefe de Estado emitió su único mensaje navideño, a través de sus redes sociales, para replicar un texto de Frondizi en el que éste argumentaba los motivos por los que a fines de la década del 50 también evitó mandar su paquete de leyes por el Congreso: «El plan de drásticas reformas y de rápida movilización de recursos que estamos ejecutando impone el quebramiento de la rutina administrativa. Si no hubiéramos eludido esa rutina, todavía estaríamos discutiendo los contratos de petróleo y las radicaciones de capitales que fueron el ariete que abrió el rumbo para la transformación profunda de nuestra estructura económica».
Subiéndose a esta publicación, Milei aseguró que «pareciera que algunos por sadismo y otros por corruptos quieren mantener encadenados a los argentinos que desean salir de la miseria». Este comentario también fue validado por Patricia Bullrich quien, a través de su cuenta de X, afirmó que el plan de reformas que plantea la manda presidencial «es el camino» para que Argentina salga de la «decadencia». Ambos habían hecho una cerrada defensa del «DNU desregularizador» en el programa de la «Chiqui».
Javier Milei en Cadena Nacional desde el Salón Blanco de Casa Rosada, al anunciar el DNU la semana pasada.El mentado decreto, que comenzará a tener vigencia desde este viernes 29 de diciembre, pretende desregular distintos sectores de la economía entre los que se incluyen alquileres, normas laborales, beneficios industriales además de importaciones y exportaciones. También cambia el status jurídico de las empresas públicas -abre la puerta a su eventual concesión- al tiempo que modifica la estructura del Estado.
El jefe de estado había anunciado los principales puntos del decreto el miércoles la noche en un discurso emitido por cadena nacional que, desde entonces, gatilló movilizaciones y cacerolazos nocturnos en contra de las reformas.
La iniciativa abroqueló en su contra a un peronismo aún en shock por la derrota electoral del 19 de noviembre. También despertó el cuestionamiento de sectores del radicalismo y de Horacio Rodríguez Larreta y otros dirigentes moderados del PRO, que criticaron que tales enmiendas no sean debatidas por el Parlamento.
En el Gobierno salieron a rechazar la posibilidad que los cambios puedan ser tratados mediante una ley espejo y, de hecho, el temario de la convocatoria a sesiones extraordinarias no incluye las reformas incluidas en el DNU. Lo cierto es que mientras que mientras ambas cámaras del Parlamento no lo rechacen, el decreto tendrá vigencia.
Tampoco fue confirmada la integración de comisión bicameral de trámite legislativo, que pueda autoconvocarse cualquier día del año, y en los papeles podría rechazar el decreto. Pero en el oficialismo descansan en la Historia reciente: desde la reforma constitucional de 1994 ningún DNU fue rechazado por el Congreso.
Por eso no son pocos los dirigentes opositores y juristas como Roberto Gargarella que aducen que la única vía para frenar estas reformas es la judicial. La semana pasada se presentaron dos recursos de amparo en contra de la ordenanza presidencial: la primero fue iniciada por la CTA Autónoma y su brazo político, Unión Popular, y el segundo por el constitucionalista Andrés Gil Domínguez. La CGT, además, prometió en los próximos días hacer su propia presentación al igual que varios dirigentes del peronismo.
»