Después de perder su trabajo en Amazon, Denise Segler tomó una decisión radical: dejó Seattle atrás y se mudó a los Países Bajos. El cambio de vida no solo la alejó del estrés, también la impulsó a ahorrar dinero y a iniciar su camino como consultora independiente. “Mi negocio está prosperando”, aseguró la mujer de 54 años.
En enero de 2023, la empresa eliminó por completo el equipo de Denise Segler, donde trabajaba como Gerente de Proyectos. Esa reestructuración marcó un punto de inflexión. “Después de eso, me pregunté: ¿Qué quiero hacer con mi vida?”, recordó. Empezó a cuestionarse qué la retenía en Estados Unidos, tras la vuelta de Donald Trump al poder.
Quería emprender por su cuenta, pero hacerlo desde su país de origen le resultaba imposible. “El seguro médico en Estados Unidos es carísimo”, dijo en una entrevista con Business Insider. Fue entonces cuando comenzó a recordar sus viajes al Viejo Continente y la sensación que había tenido al estar allí: “Los europeos tienen una mejor calidad de vida y un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal”.
Durante un viaje a Irlanda en 2024, Denise pasó tres semanas fuera de su zona de confort. Los primeros 14 días estuvo completamente sola y luego se le unió su hijo mayor. Esa experiencia fue determinante. “Me di cuenta: ‘Bueno, puedo con esto. Puedo ir a un lugar desconocido y estar bien’”, explicó.
Así fue como su idea de mudarse a Europa tomó forma. Empezó a investigar visas para vivir en este continente y encontró una alternativa diseñada especialmente para estadounidenses: la visa del Tratado de Amistad Neerlandés-Estadounidense (DAFT, por sus siglas). Este visado le daba la posibilidad de establecerse en los Países Bajos como emprendedora, con el único requisito de mantener al menos 4500 euros (5200 dólares) en una cuenta bancaria comercial.
Contrató a un abogado local para gestionar los trámites. Presentó los documentos en agosto de 2024, y para septiembre ya tenía su visa aprobada. El 5 de noviembre aterrizó en Ámsterdam sin haberlo visitado previamente.
Segler encontró un departamento en el sur de Haarlem, una ciudad ubicada en la provincia de Holanda Septentrional. Comparó el entorno con algunas zonas de Seattle: “En cierto modo, la zona me recuerda a partes de Seattle, como el barrio de South Lake Union”.
El alquiler de su apartamento de un dormitorio asciende a 1735 euros mensuales (US$2015). Tuvo que pagar seis meses por adelantado, ya que no tenía historial de alquiler en el país europeo. A pesar del costo elevado de la vivienda, el resto de los gastos son mucho más bajos que en EE.UU.
“Pago 38 euros (US$44) al mes por internet y televisión, mientras que en Estados Unidos pagaba más de US$100”, señaló. El seguro médico, obligatorio en los Países Bajos, le cuesta 190 euros (US$220). “En EE.UU., tenía COBRA, que costaba más de US$800 al mes”, describió.
También se sorprendió por los precios de la comida. “Los productos agrícolas son bastante baratos”, dijo. “Voy a un mercado agrícola todos los miércoles y siempre vuelvo con todo tipo de papas y quesos”, contó.
Antes de mudarse, Segler obtuvo certificaciones avanzadas en gestión de proyectos. Una vez instalada, comenzó a desarrollar su emprendimiento de forma más activa. Se unió a dos redes de profesionales independientes, una en los Países Bajos y otra en el Reino Unido. “Estoy trabajando con un coach empresarial y contrataré a un experto en branding el mes que viene”, explicó.
Desde entonces, no solo consiguió sostenerse, también notó una mejora en su calidad de vida. “Estoy más relajada en Holanda porque, sinceramente, me siento más segura aquí”, expresó. Y agregó que también le genera tranquilidad saber que puede sostener sus gastos médicos, en caso de emergencia.
La visa actual de Denise vence en julio del próximo año, pero puede extenderla por tres años más. Si decide quedarse más tiempo, podrá solicitar la residencia permanente o, tras aprobar clases de idioma, incluso la ciudadanía. “No sé si quiero convertirme en ciudadana de los Países Bajos, pero por ahora estoy feliz de estar aquí”, concluyó.