El seleccionado argentino masculino de vóleibol ya firmó una actuación histórica en la edición 2023 de la Liga de Naciones: por primera vez desde el nacimiento del torneo, en 2018, consiguió superar la primera fase y se dará el gusto de disputar el Final 8 en Gdansk, Polonia, entre el 19 y el 23 de julio. Pero los dirigidos por Marcelo Méndez no se conforman y buscarán algo más en esa fase final. Y este domingo, se confirmó el rival que enfrentarán en los cuartos de final: Italia.
Los resultados del cierre de la acción del último fin de semana de la etapa inicial en Pasay City, Filipinas -victorias de Canadá sobre China, Eslovenia ante Países Bajos y Polonia frente a Japón-, determinaron que los argentinos (5°, con 26 puntos, 9 victorias y tres derrotas) enfrentarán a los italianos (4° con el mismo récord) en uno de los choques que abrirán la acción de los playoffs, el miércoles 19, con horario aún por definir.
Italia aparece en los papeles como un rival durísimo para Argentina. El seleccionado europeo es el vigente campeón europeo y mundial -derrotó 3-1 a Polonia en la final del torneo ecuménico que se disputó el año pasado en Polonia y Eslovenia-. Y está segundo en el ranking mundial de la Volleyball World, federación internacional de este deporte. Sin embargo, hay un par de antecedentes bien frescos que alimentan la ilusión del conjunto albiceleste, séptimo en esa clasificación.
¿El otro? Nada menos que aquel choque por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokio, que quedó en manos del equipo celeste y blando por 3 a 2 (21-25, 25-23, 25-22, 14-25 y 15-12) y que fue un paso enorme en el camino hacia la conquista de la inolvidable medalla de bronce.
El 3 de agosto de 2021, en la capital japonesa, Italia aparecía como la gran favorita. Había finalizado segunda en su grupo con cuatro festejos y solo una caída (ante Polonia). Y tenía el historial a su favor: 3-0 en duelos decisivos en citas olímpicas.
Esa victoria de hace dos años en el Ariake Arena de Tokio tuvo sabor a hazaña. Hoy, el choque que jugarán dentro de diez días en Gdansk se perfila como un duelo más parejo. Es cierto que Italia sigue siendo un rival de cuidado, pero Argentina dio un paso adelante -o varios- impulsado por el bronce olímpico y hoy disfruta de un enorme presente.
Basta revisar las estadísticas de la Liga de Naciones para confirmarlo. Agustín Loser, por ejemplo, lidera la lista de los mejores bloqueadores del torneo, con un promedio de 4,25 por partido (segundo está el iraní Mohammad Mousavi, con 2,91).
Y Santiago Danani es el segundo mejor recibidor, con una eficacia de 32,34 por ciento, solo detrás del esloveno Jani Kovacic, con 36,28.
El enorme torneo que está haciendo Palonsky (24 años) deja en evidencia otra de las razones del buen momento que vive el seleccionado nacional: si bien después de Tokio se potenció el recambio y varios jóvenes talentos se sumaron al equipo mayor, esos jugadores se acomodaron bien en el grupo y ya se ganaron su lugar, guiados por los más experimentados.
Otros de los nombres «nuevos» es Luciano Vicentín, de 23 años, quien lleva anotados 130 puntos y es el cuarto goleador del equipo, detrás de Palonsky, Agustín Loser (158) y Bruno Lima (133), el tercer mejor atacante y el segundo mejor bloqueador.
De la mano de los «veteranos», con el capitán De Cecco a la cabeza, y de esa sangre nueva hambrienta de gloria, el seleccionado celeste y blanco completó una histórica actuación en la etapa inicial del torneo -en la que también venció a Francia, campeón olímpico en Tokio- y ahora buscará ponerle el broche de oro a una temporada inolvidable en el Final 8. Italia será un duro primer obstáculo en ese mini torneo. Los antecedentes más frescos ante ese rival y el gran presente de los argentinos ilusionan.