La Policía de la provincia de Santa Fe detuvo este sábado al simpatizante de Rosario Central que habría arrojado la piedra que hirió al futbolista de Peñarol Maximiliano Olivera tras el final del encuentro que ambos equipos disputaron hace 16 días en el Gigante de Arroyito por la primera fecha del grupo G de la Copa Libertadores.
La noticia fue confirmada por el club rosarino a través de un comunicado publicado en su sitio web. “Esto se dio en virtud de la denuncia que oportunamente realizara nuestra institución en la Fiscalía correspondiente apenas acontecidos los hechos de público conocimiento”, remarcó la dirigencia del Canalla.
La detención del simpatizante (un hombre de aproximadamente 50 años) se concretó durante un allanamiento ordenado por el fiscal Fernando Dalmau, quien tiene a su cargo la investigación de los hechos ocurridos el 4 de abril en el Gigante de Arroyito antes, durante y después del encuentro que Central ganó 1 a 0 con un gol de Carlos Quintana.
El hincha auriazul fue identificado gracias a la revisión del material fílmico generado por las cámaras de videovigilancia del estadio, que fue puesto a disposición del Ministerio Público de la Acusación por la dirigencia de Central, y la verificación de su número de socio, que se logró porque había quedado registrado en el molinete de ingreso que había atravesado.
Durante el operativo que se efectuó en la vivienda del hincha apresado se secuestró material probatorio de interés para la causa, entre otras cosas la indumentaria que el hombre vestía en el momento en que habría arrojado la piedra en el Gigante.
Maximiliano Olivera camina junto a sus compañeros rumbo al vestuario visitante del Gigante de Arroyito tras ser agredido con una pedrada. Foto: Marcelo Manera / AFP.Esos elementos serán importantes para la audiencia imputativa a la que el simpatizante será sometido la semana próxima. Allí será acusado de haber cometido dos delitos: intimidación pública, que contempla una pena de entre dos y seis años de prisión, y lesiones leves (entre un mes y un año de prisión).
“Durante este tiempo nuestra institución estuvo realizando un trabajo denodado en la producción y recolección de pruebas con todos sus equipos de tareas aportando elementos y colaborando activamente con la Fiscalía en la identificación de los agresores y de los infractores”, valoró Rosario Central en su comunicado, en el que adelantó que el Tribunal de Disciplina del club aplicará sanciones en caso de que el o los responsables de los incidentes sean socios.
En paralelo con la investigación penal que lleva a cabo el Ministerio Público de la Acusación santafesino, la Confederación Sudamericana de Fútbol abrió un expediente disciplinario para evaluar lo sucedido aquel día en el Gigante de Arroyito y, eventualmente, aplicar sanciones.
Agentes de la Policía santafesina reprimen a simpatizantes de Peñarol antes del inicio del partido frente a Rosario Central en el Gigante de Arroyito. Foto: Marcelo Manera / AFP.Si bien antes del pitazo inicial del árbitro colombiano Wilmar Roldán ya se habían registrado incidentes entre ambas parcialidades (los hinchas de Peñarol habían arrojado bombas de estruendo hacia un sector en el que había público local y los de Central habían respondido lanzando vallas metálicas desde la bandeja superior), el hecho más grave ocurrió tras el final del partido.
Cuando los futbolistas de Peñarol se acecaron a la tribuna donde se encontraban sus simpatizantes para saludarlos, una piedra que partió de una de las plateas del Gigante impactó en el rostro de Maximiliano Olivera, quien sufrió un corte. El futbolista, con el rostro ensangrentado, volvió al vestuario visitante, donde sufrió un desvanecimiento. Luego fue trasladado a un sanatorio, donde le suturaron la herida.