Ricky Rubio está de vuelta y el básquetbol festeja. El base español se había retirado y había abandonado la NBA para cuidar su salud mental porque había tocado fondo. Fue suya la decisión de regresar de a poco a lo que lo hace feliz. Sin presiones. Primero fue citado para la Selección en un gran gesto de Sergio Scariolo y ahora firmó para Barcelona. Y cuando lo presentaron en el auditorio del Camp Nou sonrió y contó todo lo que vivió. Porque hablar es parte del proceso de recuperación y ayuda a otros y a otras como ejemplo de que se puede.
“Desarrollé un estrés crónico y tenía que regularlo. No le puse etiqueta de ansiedad o trastorno. Tenia síntomas de problemas de salud mental, pero quería entenderlo. Mi psicóloga me ayudó a trabajar en mí”, confesó.
“Pensé que el básquetbol se había acabado. Pero trabajé y espero que ayude a las personas que lo pasan mal. Estuve en la oscuridad y se sale con ayuda”, continuó.
“Vivo el día a día. Intentamos controlar lo incontrolable y no sabes cuando la vida te va a llevar por otro camino. Debes vivir el día a día”, agregó.
Ricky Rubio y el presidente del Barcelona, Joan Laporta. Foto EFEA comienzos de este año, el base posteó en sus redes sociales una carta cruda con su decisión de jugar de jugar y rescindir el contrato con Cleveland. “El 30 de julio fue una de las noches más duras de mi vida. Mi mente se fue a un lugar oscuro. En cierto modo sabía que iba en esa dirección, pero nunca pensé que no estaba bajo control de la situación. Al día siguiente decidí dejar mi carrera profesional. Cuando sea el momento adecuado, me encantaría compartir mi experiencia completa con todos ustedes para poder ayudar a otros que están pasando por situaciones similares”, escribió.
Ese momento llegó y Rubio pudo hablar largo y tendido sobre la experiencia vivida: “Cuando dejé el básquetbol, me sentí la persona más cobarde del mundo. El jugador se había comido a la persona y no sabía muy bien quién era. Fue una lección de vida. Dramatizamos y no nos damos cuenta del daño que vivimos. Saco positivo que me mimo más”.
¿Cómo toma ahora entonces su regreso a la alta competencia? “Me lo tomé como un juego. Tuve sensaciones raras, porque normalmente jugamos automatizados y pensamos en el día de partido, el entrenamiento pasa… y pensamos en el resultado final cuando ya pasó el partido. No disfrutas y ahora voy jugando”, sentenció.
Ricky Rubio, en un entrenamiento de la Selección española. Foto EFEUna de las claves que lo hizo volver fue saber que su caso puede ayudar a los anónimos que andan por ahí sufiriendo y sin poder charlar sobre lo que los aqueja.
“La ayuda es clave en un proceso así. La salud mental, sí. Hablar de ello es una victoria para la sociedad, algo que llegó a la NBA con jugadores como Kevin Love o DeMar DeRozan. Pero puedes ayudar a la gente. Todos en algún momento necesitamos ayuda. Una palabra, un abrazo, un ‘estoy aquí’, todo ayuda. Me he salvado y ahora estoy a gusto. Estoy orgulloso de mí. Le doy una nueva chance al básquet
HS