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15 noviembre, 2024

Juegos Panamericanos: las luchas de Ramón Quiroga y Abraham Buonarrigo, los bronces que llegaron a puñetazo limpio para Argentina

Dos medallas de bronce le regaló el boxeo a Argentina en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Dos medallas que llegaron de las puños de Ramón Quiroga y Abraham Buonarrigo y con historias bien diferentes.

El boxeo le cambió la vida a Quiroga. A los 14 años, su hermano Gabriel lo llevó al gimnasio de Escuela Municipal de su Orán natal para alejarlo de la “vagancia” y de algunas amistades que lo estaban llevando por mal camino. A él le costó tomarle el gusto a este deporte, pero terminó enamorándose del ring y los guantes. Y hoy, Hormiga es doble medallista panamericano.

El salteño, de 26 años, estuvo muy cerca de meterse en la final de los 51 kilos, pero cayó en una reñida pelea ante el brasileño Michael Da Silva Trindade por puntos en fallo dividido (4 a 1) y se quedó con un bronce. Así, repitió su actuación de Lima 2019, cuando consiguió una presea de ese mismo color y en la misma categoría.

«Este bronce significa mucho para mí. Es el fruto del trabajo duro que vengo haciendo con el equipo, del sacrificio, de dedicarme cien por ciento a este deporte. A veces dejás todo y no te quedás conforme con el resultado, pero bueno, esto es así. Son cosas del deporte. Creo que hice un buen papel en los Panamericanos y por eso estoy contento», comentó emocionado.

El salteño se emocionó cuando recordó cómo era su vida antes de cruzarse con el boxeo y con Juan Carlos Videla, quien lo formó y se convirtió en una figura paterna para él. Es que a Ramón lo crió solo su mamá, sordomuda, que se las ingenió para sostenerlos a él y a sus siete hermanos (es el sexto). Pero Ramón, a veces, se iba por «caminos equivocados».

«Mi vida era medio complicada, porque andaba en malas situaciones y malas amistades y consumía algunas drogas. El boxeo me ayudó a salir adelante, a superarme, a ponerme objetivos y metas en la vida. Me sacó adelante, me hizo cambiar como persona, me hizo valorar muchas cosas de mi familia. Estoy muy agradecido con este deporte», comentó en charla con Clarín.

Ramon Quiroga (derecha) cayó con el brasileño Michael Da Silva. Foto: APRamon Quiroga (derecha) cayó con el brasileño Michael Da Silva. Foto: APCuando tenía 18 años, por consejo de Videla, se fue a vivir a Mendoza, donde conoció a otra persona que se transformó en un pilar en su vida, Pablo Chacón. Como pupilo del ex campeón mundial pluma de la OMB, Quiroga ganó un bronce en los Odesur de Cochabamba 2018, se colgó la medalla del mismo color en Lima y hasta se dio el gusto de ser olímpico en Tokio 2020.

«Tanto Pablo como Juan Carlos son personas fundamentales porque me enseñaron a crecer en lo deportivo, pero también como persona. A ponerme objetivos y a no rendirme nunca», afirmó quien tuvo su debut profesional en 2021.

Buonarrigo ya le había bajado el telón a su etapa en el seleccionado argentino, por el que tuvo un paso fugaz. En 2018 comenzó su carrera profesional y a trabajar en búsqueda de un objetivo: un título mundial. En 2021 dio un paso adelante en esa meta cuando se consagró campeón Fedebol de la Asociación Mundial de Boxeo.

Por eso, cuando recibió un llamado de Fabricio Nieva, Director Técnico Nacional del seleccionado, para sumarse este año a los entrenamientos del equipo de cara a Santiago, su primer impulso fue decir que no. Pero terminó aceptando la invitación y el tiempo demostró que la decisión fue la correcta.

Abraham Buonarrigo no pudo llegar a la final y debió conformarse con el bronce. Foto: APAbraham Buonarrigo no pudo llegar a la final y debió conformarse con el bronce. Foto: APAl igual que Quiroga, el mendocino de 28 años se quedó con el bronce en su categoría, los 80 kilos, luego de perder por puntos en fallo unánime (5-0) con el cubano Arlen López Cardona.

«No estaba muy convencido al principio. Para mí esa etapa había quedado atrás. Me hice profesional para ganar plata porque en el campo rentado podés tener una mejor vida. Y de repente… A veces uno propone y Dios dispone. Se dio así», contó.

¿Qué lo terminó de convencer? «Una vez que me dieron una bequita, me sirvió mucho», afirmó entre risas. «Yo no quería quitarle la chance a un chico más joven. No soy viejo, pero ya había dejado esta etapa atrás. Pero me dijeron que la plaza estaba libre. Y además, hablé con Pablo, que lo vivió en carne propia, y me dijo ‘Es algo hermoso representar a tu país. No es como en el profesionalismo, es diferente. Andá y vivilo’. Entonces dije, voy, ¿qué voy a perder?», explicó.

Pablo es Chacón, que también es entrenador de Buonarrigo y fue medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

«Pablo tenía razón», reconoció con una enorme sonrisa. «Le agradezco muchísimo porque siempre me da buenos consejos. Y también estoy agradecido con toda la gente de la selección. Esta fue una experiencia hermosa. Me voy un poquito angustiado, porque quería el oro. Pero enfrenté a un gran rival. No se dio, por algo será, si Dios así lo quiso. Igual estoy feliz», comentó «El Turco».

Las derrotas en semis evitó que los argentinos sacaran pasaje a los Juegos Olímpicos de 2024, porque los Panamericanos clasifican a los dos finalistas de cada categoría. Pero no quebró la ilusión de los dos de llegar a París.

«Ese es mi objetivo. Tenemos dos clasificatorios el año que viene, así que voy a dejar todo ahí», comentó Quiroga.

Buonarrigo no dudó, la búsqueda del título mundial deberá esperar. «Todavía hay sueño olímpico. Voy a seguir, mientras que no le saque el puesto a nadie. Sé que nada es imposible», aseguró.

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