Cambiar las formas, sin perder la esencia que llevó a la Selección Argentina a la cima del mundo por tercera vez en la historia. Esa es la premisa que baja el cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni y que los futbolistas repiten, cada uno con su visión personal, mientras caminan por el estrecho laberinto en la zona mixta del estadio MetLife, donde el martes derrotó a Chile sobre la hora por 1 a 0. Y la referencia es clara: las ‘Ferrari’s’ -como inmortalizó el exfutbolista y ahora panelista argentino Jorge D’Alessandro- están en boxes, resolviendo con trucos de magia la difícil misión en que se ha transformado construir juego por el centro del campo, una de las virtudes principales de la Scaloneta.
«Al equipo campeón, todo el mundo querrá ganarle», avisó el DT de la Albiceleste antes de empezar el camino en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026. Y la forma que encuentran los entrenadores rivales es tratar de superpoblar la mitad de cancha, tratando de ampliar el número de piernas para cortar el circuito de gestación que, por calidad y estrategia, suele potenciar las individualidades de la Selección.
Ojo, no es que a la Argentina le faltó juego, le fluyó como siempre, pero sí tuvo que cambiar el enfoque. Los salteos con pelotas elevadas fueron una tentación constante para los generadores de fútbol. Revertir la pelota a un buen ritmo es mucho más importante que correr más rápido.
Por eso, durante esta Copa América, el ‘Gringo’ de Pujato probó variantes. Contra Canadá armó una línea de cuatro mediocampistas con Ángel Di María -por la derecha-, Leandro Paredes junto a Rodrigo De Paul como doble pivote y Alexis Mac Allister por el otro costado.
Rodrigo De Paul, uno de los dos mediocampistas que repitió en los dos primeros partidos de la Copa América. Foto: Mati Arrascoyta – Enviado especial – CLARINEn los hechos, al momento de atacar, el ‘Colo’ se hundía por la zona central del rival para generar una línea de pase directa a la banda para Marcos Acuña, mucho más ‘estirado’ en su posición de lateral. El de la Roma se metía entre los centrales (Cuti Romero y Lisandro Martínez) para dar una mayor claridad en el primer pase.
Paradójicamente, o en realidad no tanto, los dos goles que le dieron el triunfo contra los norteamericanos fueron jugadas que se gestaron por afuera y finalizaron por dentro. Messi asistió a Mac Allister -que tocó al costado para que defina Julián Álvarez- y después a Lautaro Martínez.
Para el segundo escalón de la defensa del título, contra Chile, hubo modificaciones. Alexis Mac Allister se plantó de ‘5’, y volvió el triángulo con De Paul y Enzo Fernández. El mismo que en el Mundial de Qatar, aunque enrocados los hombres del Liverpool y el Chelsea.
Enzo Fernández, contra Chile en la Copa América 2024. Foto: Mati Arrascoyta – Enviado especial – CLARINEl oriundo de San Martín e identificado con River fue el que más sufrió ese muro de camisetas rojas cada vez que tomaba la pelota. Hubo algunas fases de continuidad en la pelota con dos o tres jugadores asociados, pero lo mejor se vio por la banda izquierda con Nicolás González.
En posesión de pelota, se lo notó mucho más paciente al equipo de Scaloni. Tuvo 64% contra Canadá (604 pases) y 61% frente a Chile (551), que se trasladaron en ocasiones de peligro (19 remates primero y 22 en el segundo encuentro).
«Fue un partido muy trabado, que nos costaba encontrar los espacios. No quiero hacer hincapié mucho en eso, pero la cancha tampoco ayuda mucho. Porque no podés jugar de primera, no podés jugar rápido, necesitás siempre un tiempo más, incluso dos. Y se hace difícil encontrar los espacios entre líneas y cuando la movés de un lado a otro, se hace más lento. Pero bueno, lo pudimos sacar adelante, obtener la victoria y, sobre todo, la clasificación para estar tranquilos», explicó, con su habitual claridad, el astro Lionel Messi ante el micrófono de Clarín.
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El capitán de la Selección habló en zona mixta y estuvo lejos de llevar tranquilidad.
«Creo que varios lo dijeron, van a ser todos los partidos complicados, nos van a jugar de una manera que a veces no estamos acostumbrados. Es un lindo desafío para seguir trabajando, cambiando nuestras maneras pero sin perder la esencia de la Selección Argentina», reforzó Nicolás Tagliafico.
«Se nos ponen todos atrás, nos pegan, los árbitros a veces no nos cobran mucho. Pero, al final, teniendo a los jugadores con tanta calidad, 90 minutos no pueden correr», completó Emiliano Dibu Martínez, un actor privilegiado del juego de la Scaloneta, que se reconfigura pero mantiene su hambre de gloria.