El idioma del fútbol da para todo. Hay leyendas o mitos que se siguen repartiendo con el correr a los años. A propósito de la muy floja actuación de Boca ante Nacional por la Libertadores, aparecieron las versiones encontradas.
06/08/2023 13:02
Clarín.com Deportes Actualizado al 06/08/2023 13:02
El idioma del fútbol da para todo. Hay leyendas o mitos que se siguen repartiendo con el correr a los años. A propósito de la muy floja actuación de Boca ante Nacional de Montevideo en la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, aparecieron las versiones encontradas. La primera de que un empate de visitante «es un buen resultado». Porque en realidad son «partidos de 180 minutos» y todo será diferente en la revancha en la Bombonera con el fervoroso público de Boca como respaldo.
Como uno cree en los avatares de este juego maravilloso, pleno de sorpresas, puede recurrir a un viejo axioma que decía -en tiempos de orgullos que ya escasean- «nunca es buen resultado un empate. Un buen resultado es ganar». Es tan pretencioso como antiguo decirlo en estos días. El DT Jorge Almirón armó un equipo y un esquema como para empatar 0 a 0 con un equipo repleto de volantes y defensores y sólo Merentiel como solitario delantero. En el banco quedaron los jóvenes «atrevidos» Zeballos y Barco. El partido salió 0 a 0 (se vio que Nacional es un equipo con poco vuelo) y todos contentos. Si se dice que el equipo uruguayo pudo ganar con un tiro libre muy propicio a 20 metros del arco, que desperdició Bocanegra, o que también tuvo un remate que pegó en la parte externa de la red en los instantes finales, cuando Rojo (después de una ausencia de 10 meses) ya integraba la línea de CINCO defensores, el éxito del 0 a 0 se hubiera transformado en una crítica virulenta por la mezquindad de la propuesta futbolera. Pero fue 0 a 0.
Foto: AP / Matilde Campodónico. Parece muy probable que Boca pueda ganar en la Bombonera el miércoles y que logre su paso a cuartos de final. Pero nada es seguro en el fútbol antes de tiempo. Jugará a atacar sin tanto prejuicio, claro. Hará algunos cambios el entrenador. No se sabe si podrá contar con Alan Varela, vendido al Porto, (un jugador que extrañará) pero sí con el uruguayo Edinson Cavani, formidable contratación de un jugador con larga experiencia europea (tiene 36 años) y gran goleador, reconocido internacionalmente. Y ése puede ser -además- un empuje psicológico importante. Habrá que ver, por supuesto, si la «lógica» funciona. Aunque la lógica en el fútbol suele tener vaivenes.
La pregunta que surge, de todas maneras es ¿tiene Boca posibilidades ciertas de llegar lejos en esta Copa? Una Libertadores esquiva desde 2007. River -el campeón y el mejor del fútbol argentino- ganó 2 a 1, en el Monumental, ante Inter de Porto Alegre. «Es un buen resultado. Pero corto…» si se sigue la rutina de localías y visitas. Se verá en Brasil.
Fotos Emmanuel Fernández – CLARIN Racing era el probable rival de Boca en Cuartos si pasaba la prueba de Atlético Nacional en Octavos. Perdió en Medellín 4 a 2, en un encuentro sin «lógicas». Perdía 0-3, achicó con dos penales a 2-3 («un buen resultado de visitante», según los modernos expertos) pero en el largo descuento le «embocaron» el cuarto. Y se complicó. Ahora tendrá que ganar por tres goles en Avellaneda o por dos y acertar en los penales. ¿Cuál sería la lógica?
Foto: EFE/ Luis Eduardo Noriega A. ¿Y la de Argentinos Juniors? Estaba sacando una victoria concreta en La Paternal ante el poderoso Fluminense. Hasta que ocurrió la desgracia de Luciano Sánchez, gravemente lesionado por Marcelo (sin intención). Parecía que ganaba ante un equipo disminuido. Pero el arquero Alexis Arias fue expulsado sobre el final por una infracción a Barbosa y como Milito había realizado todos los cambios Leonardo Heredia tuvo que ir al arco. Y no pudo contener un disparo de Samuel Xavier que -tal vez- un arquero natural hubiera podido. Y fue empate. «No es buen resultado, de local», norma actual. En Río deberá demostrar Fluminense si está para seguir. Es cierto, ya no valen los goles de visitantes más que los locales. Entonces, la consigna es «resguardarse» en cancha ajena, más que nunca.
Foto: EFE/ Luciano González Leyendas, mitos. Cálculos matemáticos. Cinco cambios posibles por equipos en cada partido, la mitad de las formaciones (?). El VAR que sumó -como se preveía- más incertidumbres que justicia plena. Son pocos los que se animan a jugar libremente y sin tantas ataduras. Parece otro juego. Pero la «dinámica de lo impensado» (dixit Dante Panzeri) suele aparecer seguido. Y derrumba planes sofisticados.