El motociclista argentino de 9 años Lorenzo Somaschini sigue internado en la terapia intensiva del Hospital Albert Einstein de San Pablo como consecuencia del grave accidente que sufrió el pasado viernes en los entrenamientos de la cuarta etapa de la Copa Honda Junior que se corrían en el autódromo de Interlagos.
«Lo importante era pasar las primeras 48 horas que se cumplieron hoy a la una de la tarde (por este domingo). Su corazón está fuerte, sus signos vitales están bien. Sigue estable. Pero es un minuto a minuto», le dijo Diego Perluigi, instructor de Lorenzo, al diario La Capital de Rosario.
«Sigue grave y está siendo controlado por los médicos. Pero hay que esperar para ver si empiezan a haber mejorías. Tenemos fe de que Lorenzo va a evolucionar para bien. La parte médica, la ciencia, dice que en un caso como este no se puede saber nunca, que puede pasar cualquier cosa. Es un minuto a minuto. Pero que haya pasado las 48 horas era lo que necesitábamos para empezar a creer que puede mejorar», agregó Perluigi con el diario santafesino.
Tras el accidente, Lorenzo fue atendido de urgencia en la sala médica del circuito. Una vez estabilizado, el pequeño fue trasladado en una ambulancia de alta complejidad hasta el Hospital General de Pedreira. Allí permaneció hasta la mañana del sábado, cuando fue derivado Hospital Albert Einstein, especializado en emergencias.
Quién es Lorenzo Somaschini
Somaschini, nacido el 17 de julio de 2014, es un apasionado por las motos. A los cuatro años, su papá le regaló una minimoto y desde entonces no paró de mostrar un talento innato que le permitió incursionar prematuramente en competencias de su categoría. Se formó en la escuela de Diego Pierluiggi y en abril pasado había debutado en la Junior Cup del Superbike Argentino.
«Mi sueño es llegar al MotoGP, ser campeón del mundo”, le había dicho el pequeño al medio especializado Paseo Tuerca tras su primera gran experiencia deportiva. Lorenzo cursa actualmente el cuarto grado en la escuela primaria y es el orgullo de sus padres, Alfredo y Carolina, y de su hermana, Juana. Antes de meterse de lleno en el mundo motor, el chico practicaba básquetbol.
Por aquellos días, en diálogo con La Capital de Rosario, había profundizado: “Un día mi papá me llevó al súper a cargar nafta, no me acuerdo bien, pero dimos una vuelta en una 125 centímetros cúbicos que era de mi abuelo y me encantó. Ahí me agarró eso que no sé cómo explicarlo. Me gustó mucho y bueno…me empezaron a fascinar las motos y acá estoy, listo para correr”.
En esa misma nota le preguntaron si sentía miedo ante una posible caída. Y respondió: «No, pero al principio lo tuve. Cuando veo que me voy al piso trato de hacerme una bolita y pienso en que no será nada…»
La última semana, luego de haber participado en una prueba en San Nicolás, Lolo había viajado a Brasil para tener su primera experiencia en el exterior.
«Cumpliendo sueños… Primer entrenamiento en Interlagos, Brasil, preparándome para la Junior Cup”, había posteado en su cuenta de Instagram Lolosomaspro con una foto en la que mostraba una enorme sonrisa.
La Honda Junior Cup es una de las competencias juveniles más reconocidas en el continente americano que reúne a corredores de entre 8 y 16 años en motocicletas de 160 centímetros cúbicos con pedales y manillares adaptados a la talla de cada participante.