Entre la experiencia y la juventud. A River, de mal partido en la cancha de Lanús, lo salvaron un grande y un pibe. Cuando el equipo de Martín Demichelis había entrado en una nebulosa, Miguel Borja abrió la cuenta y Agustín Ruberto sentenció el partido para el triunfo del conjunto Millonario sobre Barracas Central.
“Adentro del área es una bestia”, coinciden quienes más conocen a Borja. Y el gol al equipo dirigido por Alejandro Orfila anoche dan muestra de ello. El Colibrí se desmarcó en una pelota parada y cabeceó a la red el centro de Esequiel Barco. Así le dio respiro a River y volvió a anotar como el domingo contra Argentinos.
Con esos dos tantos, alcanzó los 25 goles con la banda roja, en 63 partidos, lo que le da un promedio de 0,40. A su vez, quedó a uno de ser el máximo goleador del ciclo Demichelis con Lucas Beltrán.
La experiencia también la aportó Franco Armani desde el arco. El casildense también fue clave para el triunfo de River, dado que con sus varias atajadas, sostuvo el cero en la valla riverplatense.
Pero no solo el triunfo se construyó con grandes. También con los pibes, quienes les dieron frescura al equipo. Ruberto entró por Franco Mastantuono (jugó de titular y tuvo un buen partido) y al ratito tomó la pelota y metió un fierrazo de derecha para el 2-0. El mismo lo describió: “Hubo un rebote y agarró la pelota Rodri (Aliendro), me la dio y quedé de frente al arco, miré y le pegué”. Y agregó: “Cumplí un sueño, desde chico estoy peleando por esto y haber convertido en mi segundo partido en Primera es un orgullo muy grande”.
Ruberto llegó a River en 2012. Le tomaron una prueba y enseguida quedó. “Tengo como modelos a Julián Álvarez y a Beltrán. Son jugadores muy buenos y trato de copiarlos”, comentó el juvenil de 18 años nacido en San Fernando. Y que tiene más sueños. “Quiero salir campeón con esta camiseta”, afirmó. A principios de este año, el delantero que fue goleador en el Mundial Sub-17 renovó su contrato con el club hasta diciembre de 2027, con una cláusula de rescisión de 30 millones de euros.
Y la frutilla del postre con respecto a los pibes la dio Ian Subiabre, de 17 años, quien debutó en Primera al ingresar cerca del final del encuentro.