El partido caliente en el Maracaná le pasó rápida factura a Lionel Messi: el capitán argentinos se acercó dos veces al banco de los suplentes para que le realicen masajes en el aductor derecho.
Ahí, a metros de la mirada de Lionel Scaloni, Leo caminó cuando promediaba la primera parte para que uno de los masajistas del plantel le aplique un pomada. Mientras, el partido seguía su curso.
Unos instantes después, a los 40 minutos, el crack rosarino aprovechó que el local Bruno Guimarães se tiró al suelo para ser atenido y volvió a caminar hasta donde se encontraba el masajistas. Hizo gestos de dolor Leo cuando Luis García, el fisioterapeuta del cuerpo médico le pasaba con fuerzas sus manos.
De todos modos, Messi en ningún momento habló con Scaloni para pedir el cambio en aquel primer tiempo. Igual, al capitán se lo notó con una marcha menos que el resto de sus compañeros y le costó entrar en el ritmo del caliente juego. Datos: no pateó al arco y casi no pisó el área rival.
Es posible que dos factores hayan conspirado contra Messi: la inactividad y la falta de entrada en calor. Se sabe que Leo terminó de jugar en la MLS hace un mes y recién volvió a tener actividad oficial en el duelo del jueves contra Uruguay en la Bombonera. Luego, la Selección realizó los movimientos precompetitivos, pero el juego se demoró 30 minutos por los incidentes en las tribunas del Maracaná. Así, los jugadores entraron un poco más frío que lo habitual.
A los 32 minutos del segundo tiempo, cuando Argentina ya ganaba tras el cabezazo de Nicolás Otamendi -el córner lo ejecutó el capitán-, Messi fue reemplazado por su gran amigo Angel Di María. El 10 ya había dado todo una vez más en el Maracaná por la camiseta argentina.