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23 noviembre, 2024

Naoya Inoue, el «Monstruo» japonés lo hizo de nuevo: noqueó en el séptimo al irlandés TJ Doheny y ratificó que es el rey absoluto de los supergallos

Con una actuación sólida y un final anticlimático, Naoya Inoue extendió su hegemonía indiscutida en la división supergallo y ratificó su pertenencia al podio de los mejores boxeadores libra por libra del planeta. El nipón derrotó por nocaut técnico en el séptimo asalto al dignísimo y valiente irlandés TJ Doheny en el Ariake Arena de Tokio y conservó por segunda vez los cuatro cinturones de las 122 libras.

Favorito a niveles estratosféricos, Inoue planteó un pleito paciente, inteligente y de desgaste ante un adversario que, pese a ser un noqueador (había logrado 20 de sus 26 triunfos por la vía rápida), en los primeros rounds se mostró cauto y pasó demasiado tiempo con la espalda contra las sogas.

Con pocos pero certeros golpes, el japonés se embolsó cómodamente los primeros capítulos. Después de seis minutos en los que casi no sacó las manos, ante el riesgo inminente de un contraataque, el irlandés comenzó a soltarse en el tercer capítulo e incluso acertó algunas combinaciones interesantes. De todas maneras, los impactos del local siempre eran más certeros.

Ya conviviendo con un corte en el puente de la nariz, sufrido en el cuarto asalto, el zurdo Doheny, de 37 años, se lanzó al ataque en el quinto, pero recibió unos cuantos vueltos de Inoue. Para colmo, el desgaste que le habían generado la movilidad constante para defenderse y los golpes quirúrgicos del nipón le había conectado comenzaron a pasar factura en el excampeón supergallo de la Federación Internacional de Boxeo (fue propietario de ese título entre agosto de 2018 y abril de 2019).

Con muy poca energía en el tanque, el sexto round fue un suplicio para el visitante, que había llegado a este combate con el respaldo de tres victorias categóricas en suelo japonés en los últimos 14 meses. Con dificultades llegó el visitante a su esquina después de esos tres minutos de actividad. Los 16.500 espectadores que abarrotaban el Ariake Arena empezaron a palpitar el final.

El desenlace se produjo efectivamente en el séptimo asalto, pero con una definición muy poco vistosa. Doheny salió a pelear notoriamente disminuido y luego de solo 10 segundos y de haber recibido una combinación al cuerpo, se señaló la cintura y le indicó al árbitro húngaro Bence Kovacs que no continuaría combatiendo. Así se selló el 28° triunfo consecutivo de Inoue y el 25 por la vía rápida, y la primera derrota antes del límite del irlandés radicado en Australia.

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