6 julio, 2025

Cómo Nike, Adidas y Asics financian los nuevos récords dentro del atletismo

El 6 de mayo de 1954 es considerado una fecha clave en la historia del atletismo. En aquella jornada, sobre la pista de ceniza de la Universidad de Oxford, uno de sus atletas más famosos llamado Roger Bannister —quien luego se convertiría en una eminencia de la medicina británica— corrió una milla (1.609,4 metros) por debajo de los 4 minutos. Exactamente, en 3:59.4. Desde entonces, centenares de corredores lograron esa marca sobre una distancia que es un clásico del atletismo de mediofondo. Pero en 1954 se consideró una auténtica hazaña, tanto que los medios británicos lo compararon con la conquista de la cima del Everest, concretada un año antes por la expedición de Edmund Hillary.

Roger Bannister en 1954 bajó los cuatro minutos en una milla (3:59.4).

Hace pocos días, en el Estadio Charlety de París, una mujer —la keniata Faith Kipyegon— intentó emular aquel logro y convertirse en la primera en correr la milla por debajo de los 4 minutos. Si Bannister lo hizo en la época del deporte totalmente amateur, ahora el intento se hacía en un marco profesional: el proyecto Breaking 4 fue financiado por Nike y aunque no divulgaron las cifras, se estima que la inversión se acercó a los 10 millones de dólares.

Pero esta vez era un intento imposible, al menos, por ahora. Kipyegon es la mejor mediofondista del mundo, y probablemente de la historia. Pero su récord mundial en la milla es de 4 minutos, 7 segundos y 64 centésimas y —más allá de aquella inversión millonaria, de las zapatillas voladoras, su traje aerodinámico y la ayuda de las “liebres”— no tenía posibilidad de mejorar en 7 segundos ese recorrido. Igualmente, corrió por debajo del récord (marcó 4:06.42).

“Lo que puede hacer un hombre, lo puede hacer una mujer. Me despierto cada mañana creyendo en todo lo que hago, creyendo en el entrenamiento, qué hacer para empoderar a la próxima generación, siendo fuerte. No se puede limitar una a sí misma. Hay que soñar y creer en una misma. Eso me ha ayudado mucho a esforzarme al máximo en cada entrenamiento y a soñar con lo que vendrá después”. Así había anunciado Kipyegon su proyecto. Tricampeona olímpica de 1.500 metros, también campeona del mundo y coleccionista de récords, tenía ahora el estímulo para intentar el reto imposible.

Los documentales difundidos por Amazon Prime y una amplia campaña en redes sociales estuvieron alrededor de este desafío, para el cual la Nike destinó a su principal diseñadora, Lisa Gibson, creadora de la indumentaria futurista que lució la corredora. También le dieron la última versión de sus zapatillas Victory Elite FK, un modelo con 3 mm más de la espuma habitual, pero a la vez más liviano: 85 gramos. Según la diseñadora, esa indumentaria “divide el aire delante de la corredora y crea pequeños remolinos detrás para reducir la resistencia del aire a su avance”. Y en cuanto al calzado, estaba equipado con cápsulas Zoom Air que recuperan hasta el 90% de la energía. Trabajaron para que esas zapatillas se adaptaran a la biomecánica de la corredora.

El atletismo mundial no mueve las cifras estratosféricas de otros deportes contemporáneos (fútbol, tenis o fútbol americano, entre ellos). Pero en la última década hubo algunos hechos que modificaron ligeramente su status, al menos para un grupo de privilegiados, impulsados principalmente por las compañías de calzados, peleando por nuevos modelos que, luego de exhibir su valía entre las estrellas, llegan al consumo masivo.

El antecedente de Breaking4 fueron los intentos de la estrella del maratón, el también keniata Eliud Kipchoge, para correr esa distancia (42.195 metros) por debajo de dos horas. Nike financió el primer intento en Monza, cuando el bicampeón olímpico estuvo cerca de concretarlo: 2 horas y 25 segundos. Y para el segundo, el multimillonario británico Jim Ratcliffe —dueño de Ineos— invirtió 11 millones de dólares. Se realizó en octubre del 2019 en el parque El Prater, en Viena, y Kipchoge recibió un millón de dólares como premio por correr en 1 hora, 59 minutos y 40 segundos. Claro que esa marca —lo mismo que la de Kipyegon hace pocos días en París— no tienen validez como récord oficial, ya que se consiguen fuera de los reglamentos. Pero igualmente disponen de un despliegue promocional que les interesa a las empresas.

Eliud Kipchoge, al centro, durante un entrenamiento en 2024. AFP

Nike y Adidas, así como las otras compañías que diseñan calzado de los corredores, aceleraron sus desarrollos técnicos, lo que se notó en el período pospandemia, con un reflejo inmediato en las marcas de los atletas de elite. Adidas celebró en el maratón de Berlín 2023 cuando la etíope Tigst Assefa demolió el récord del mundo con 2 horas 11 minutos y 53 segundos, utilizando las ProEvo 1. Al día siguiente, colocaron en el mercado más de 500 pares a un costo de 500 euros cada uno. También lanzaron un comercial de 14 segundos: unas zapatillas blancas —gigantes— con las tres tiras, utilizadas por Assefa, atadas a la famosa torre de televisión (la Berliner Fernsehturn) mientras un helicóptero revoloteaba a su alrededor.

Tigst Assefa tras ganar la maratón de Londres en abril. EFE

Javi Moro, jefe de material deportivo de Corredor, una revista especializada en el atletismo, comentó en El País: “Las anteriores zapatillas de Adidas no eran tan efectivas, pero ahora han cambiado las espumas y tienen una geometría diferente. La misma placa de carbono lleva unas inserciones de espuma para que sea más reactiva en la parte delantera. Como un sandwich. Esas varillas de fibra de carbono actúan más independientemente que una placa de una sola pieza —que es lo habitual en la competencia—, pero con la misma forma curvada”.

La respuesta, en el caso femenino, llegaría un año más tarde cuando la keniata Ruth Chepngetich, utilizando Nike mejoró aquella marca por debajo de las 2 horas y 10 minutos en el maratón de Chicago. En ese mismo circuito —donde el infortunado Kelvin Kiptum había establecido el récord mundial de los hombres— el ganador del 2024 fue otro keniata, John Korir, utilizando Asics Metaspeed y colocando también a esta marca en la carrera por los nuevos modelos.

John Korir y Ruth Chepngetich, ambos de Kenya, con sus medallas tras la maratón de Chicago. Patrick Gorski-Imagn Images

“El primer maratón oficial de un hombre en menos de dos horas se ha vuelto inevitable. Esta nueva zapatilla de Adidas utilizada por Tigist es una demostración, probablemente Nike vendrá con algo, luego serán otros… y será continuo, a menos que se fijen otras reglas”, dijo el Dr. Thomas Allen, del Instituto de Deportes de la Universidad Metropolitana de Manchester.

La indumentaria futurista, las zapatillas voladoras y la ayuda de las “liebres” no fueron suficientes para el esfuerzo de Kipyegon. “Lo intenté”, dijo la atleta, de 31 años y madre de una niña de 8. “Intenté ser la primera mujer en correr en menos de cuatro minutos. Es solo cuestión de tiempo para que suceda; si no soy yo, quizás alguien más. No perderé la esperanza; seguiré intentándolo”.

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