22 marzo, 2025

Un aliado de Macri controla los DNU de Milei

Al gobierno le bastaba con la simple mayoría de votos de los presentes para lograr el apoyo al DNU del acuerdo con el FMI en Diputados. Sacó apenas 129 – la cifra áurea del quórum para sesionar – cuando esperaban por lo menos 140.

No se salva la patria con tan pocos apoyos ni con una media sanción, cuando en el Senado esperaban un rechazo indiscutible. Para convencer al público -inversores de afuera y resignados habitantes de adentro- un gobierno que se juega un pleno en el FMI tiene que mostrar algo más que eso.

Logró 129 gracias a un Congreso perdonavidas que hizo micropolítica para que el número de los Noes no superara los 108 que juntaba la oposición.

A cambio, debió ceder la presidencia de la comisión que controla los DNU (Bicameral de Trámite Legislativo) a un aliado de Mauricio Macri, el hombre del que Javier Milei quiere estar cada día más lejos.

La presidía el riojano Juan Carlos Pagotto, un senador mileísta con ADN menemista. Ahora la preside Oscar Zago, un aliado del oficialismo, pero que en la Capital eligió jugar para los primos Macri. Dicho con rudeza: Macri pudo llevar a un hombre de su demografía a la comisión que controla la principal herramienta de poder del gobierno, que son los DNU. Zago, un hombre del MID, en 24 horas se quedó con la comisión que controla a Milei y firmó la alianza con el PRO porteño para competir con La Libertad Avanza en CABA.

Es la pelea más importante para las dos fuerzas. Quien gane, tendrá futuro. El que pierda llevará a su marca partidaria a la disolución. La gramática parda de este gobierno dirá qué significa esta confluencia, clásica de la política líquida en la cual las paralelas no se juntan ni en el infinito.

Elasticidades legislativas

Dario Nieto fes el vocero de Macri sobre esa pelea: La Libertad Avanza, dijo en estas horas, quiere barrer al PRO de todos los territorios. Es otro capítulo de la pelea por la propiedad del gobierno, que muestra a un Macri cada día más distante de Milei, pero a un PRO cada vez más cerca del mileísmo.

Macri, acusado por el gobierno de haberle desbaratado el principal contrato, que era la concesión de la Hidrovía, ahora llevó a un aliado a la comisión/peaje de Milei. Pudo hacerlo con una ayuda no buscada: Nicolás Massot, diputado nacional por las listas del PRO en 2023, desempató en la elección del presidente de la Bicameral al votar por Zago e impedir que el peronismo de quedase con el cargo, lo que hubiera implicado una derrota descomunal.

El bloque Encuentro Federal mostró una elasticidad propia de su condición de bisagra que articula las sesiones: tenía votos para todas las alternativas posibles ante el DNU. Miguel Pichetto votó por el Sí, Nicolas Massot lideró las abstenciones y Margarita Stolbizer votó por el No.

Para la cuarta alternativa posible, la ausencia, lo tuvo a Ricardo López Murphy, a quien la sesión más importante de los últimos 20 años (según la calificación exagerada de Martín Menem) lo encontró en México, participando de un encuentro con liberales en serio: la conferencia de la Sociedad Mont Pelerin. Compensa su ausencia que haya militado contra la idea del gobierno de pedir un DU y no una ley.

El criptogate, un minué imparable

El filme del irresistible ascenso de Zago al control de la Comisión de DNU es un minué que lo mostró como un astuto tiempista, que se ganó el cargo quedándose callado cuando todos hablaban.

Martín Menem disparó un escandaloso levantamiento de la sesión que discutía la investigación del CriptoGate. Su interés en limitar esa pesquisa que lo tiene como posible interpelado es el origen de este final que exalta a Zago.

Este diputado fue víctima de agresiones por parte de gente del bloque de La Libertad Avanza, que él mismo había presidido fugazmente en 2023 hasta que migró a un bloque propio por inquinas con el presidente de la Cámara. Había manifestado críticas a la inoportunidad de Milei de firmar un DNU por el acuerdo con el FMI. Se había cuidado de adelantar que igual apoyaría el DNU.

Uno de los escultores de Milei

Zago fue ocho años legislador de la ciudad bajo los gobiernos de Macri, con quien tiene una vieja relación. Es un radical del mundo sindical, delegado de Metrogas cercano al gremio del gas que conduce Oscar Mangone.

Perteneció alguna vez al stud de Daniel Angelici, de quien terminó alejado. Ha sido uno de los constructores de la candidatura de Milei, a quien pudo albergar en su departamento del barrio del Abasto cuando el presidente buscada su destino desde los paneles de la TV.

Por esa relación, anterior a la de Milei con los primos Menem, escaló en el armado del nuevo gobierno de 2023 y estuvo a punto de ser elegido presidente de la Cámara de Diputados. Estuvo en la terna que integraban Ritondo –candidato de Macri– y Martín Menem. En ese arbitraje quedó como presidente del bloque de La Libertad Avanza.

Boca corazón

La alianza con Macri para las elecciones porteñas se apoya en que el presidente del MID en CABA es el legislador Edgardo Alifraco, que preside una de las agrupaciones macristas de Boca Juniors.

Tanta afinidad hay que Macri le indicó a Ricardo López Murphy que entrase en negociaciones con Zago para integrar un frente para las elecciones porteñas de mayo próximo.

López Murphy lo hizo y firmó junto al MID de Zago para que integrarse la alianza del PRO en la ciudad. No pudo hacer entrar a su partido porque quedó flojo de papeles en la ciudad, pero el compromiso es firme: el PRO y el MID de Zago apoyarán la reelección de López Murphy como diputado nacional.

El juego de las sillas

El fragor de los incidentes movió a Santiago Caputo a invitarlo el lunes a conversar sobre su posición. El intermediario fue Cristian Ritondo, referente de Zago en el PRO.

Habían quedado en compartir auto para ir juntos desde el Congreso hasta a la Rosada el lunes a mediodía, cuando Ritondo llamó a Zago y le dijo que lo esperaba directamente en Casa de Gobierno. “-Venite, ya estoy acá-“. Al ingresar al salón, Zago se enfrentó con el presídium supremo que compartían Caputo el Joven con la hermana Karina, Sebastián Pareja, Ritondo y Diego Santilli. Ya había pasado de manera fugaz Javier Milei para sacarse una foto en donde se mostró en una silla lateral, lejos de la cabecera. Fue un torneo de gestos de sorpresa de todos.

Aceitando el engranaje en La Rosada

Zago, listo como pocos y atento a que lo peor para un político es la foto equivocada, esperó que a que se retirase el grupo para charlar a solas con Caputo. Nadie puede saber de qué hablaron, pero es seguro que Santi le preguntó sobre su apoyo (o no) al DNU.

Zago le pudo responder que ya había adelantado su apoyo en declaraciones durante el fin de semana. Algún edecán podía advertir que el vozarrón persuasivo de Zago se quejaba del destrato del gobierno hacia el PRO, que ayuda al gobierno en todo y nunca le agradece.

Caputo quería saber la posición del midista, porque sabía que Zago era el diputado de LLA con más experiencia como para disputar la presidencia en la Comisión de DNU en el relevo del senador Pagotto. En ese encuentro pudo aceitarse el engranaje que lo puso a Zago en el cargo.

MileiI, resignado, bancó al aliado de Macri

El minué del empate con el peronismo en la Bicameral siguió con las propuestas de Pagotto para seguir, la del macrista violeta Santilli y, finalmente la de Massot.

Había que desempatar y alguien dejó caer el nombre de un tal Zago. “- Conmigo, no, ¿eh?”, respondió éste con cara de póker. Lo apuró Gabriel Bornoroni, presidente del bloque de LLA que lo había reemplazado a Zago cuando lo destituyeron en una anterior crisis pagana. “- Tenés que ser vos”, le rogó. Zago: “- ¿Quieren eso? Andate afuera, hablá con la Casa de Gobierno y preguntales si están de acuerdo”. Poco minutos después volvió Bornoroni: ” – Están de acuerdo, adelante”. Se votó, y Massot respaldó a Zago, que desde ese día tiene una sonrisa que no puede ocultar. Nunca nadie logró tanto con tan poco.

Lo barato sale caro

La fragilidad del resultado fuerza al gobierno a imaginar lo antes posible algunas realizaciones que le den un contexto airoso a este logro. Para llegar a los 129 pagó carísimo una exhibición de debilidad que no tiene una explicación plausible. Apeló al clientelismo de los gobernadores.

Todo para pagar que Luis Caputo no compareciese en el Congreso y para no mandar un proyecto de presupuesto. Si hubiera admitido esos reclamos del Congreso podría haber conseguido los 140 o más apoyos que le dieran más calidad y sustentabilidad al resultado.

A una norma que sale raspando la puede resentir un cambio del viento. Un principio sano que asegura gobernabilidad dice que solo hay que promover leyes y decisiones que resistan un cambio de gobierno.

Murmuraciones canallas

Las razones del empecinamiento del gobierno en resistirse a dialogar con el Congreso navegan por el mar de las murmuraciones. La explicación más pedestre y canalla es que el Congreso tiene mala fama y que contagia a quien pasa por ahí.

Otra murmuración afirma que el gobierno teme abrir la boca sobre un plan económico en prevención de que los mercados interpreten por las suyas y disparen anticuerpos para prevenirse de daños eventuales.

El secretismo es pésimo consejero y revela debilidad: adelantar lo que van a hacer es prueba de fortaleza. El gobierno teme que Caputo hable en público porque puede agravar las cosas con afirmaciones fuera de control. Como admitir que eluden la ley porque el Senado no les vota nada.

Pichetto describió ese riesgo cuando dijo: “el ministro de Economía, que tendría que haber venido acá, estuvo paseando por canales de televisión y le gusta ir a encontrarse en reuniones con el “círculo rojo”.

Sus palabras ayer en un programa de televisión por la mañana movieron nuevamente el dólar para arriba y el Banco Central tuvo que vender; y el viernes tuvieron que vender 500 millones”.

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