Como si la Negra Vernaci de pronto se hubiera convertido en una actriz de cine Triple X. Piensen voces de locutoras sensuales a las que después hemos visto, maldiciendo la «magia de la radio». Ahora piensen en la Cicciolina.
Suena curioso tratar de entender el fenómeno de alguien que empezó calentando la pava siendo la voz en una radio barrial para metamorfosearse y luego ser la única actriz del mundo en sacar la pornografía del closet.
Nos trasladamos a 1973, Italia, programa de una FM de poco alcance que sólo se escucha en algunas zonas de Roma. Radio Luna revolucionaría el aire para marcar el despegue más insensato de la industria del entretenimiento. Una voz sin tetas, sin cuerpo, con esa cara angelical al estilo de nuestra activista libertaria Lilia Lemoine.
Veintidós años Ilona Staller, próxima Cicciolina. Voulez-vous coucher avec moi? (¿Quieres acostarte conmigo?) fue un programa erótico en el horario todavía marginal de la madrugada. Llamadas por teléfono de gente, 99% hombres, y ella despejando dudas como si fuera el antecedente más guarro de la Rampolla.
A los 22 años recibió el apodo de Cicciolina. Fue en su programa de radio. Foto AFP Un timbre de voz suave, exótico, de alguien con acento extranjero abordando la sexualidad con rebeldía orgásmica y roncarolera. Las transmisiones incluían jadeos y gemidos que después quedaron registrados en un disco sin música que sigue envidiando Yoko Ono.
El programa iba improvisándose sobre la marcha. Para sumar adeptos, la joven podía masturbarse en directo y tomar champán de un zapato de drag queen número 50 que había encontrado tirado en el estudio.
Faltaba una década exacta (1983) para que debutara como actriz porno con todas las letras.
Todavía era una chica húngara que había llegado a Italia y trabajaba bajo el ala de Riccardo Schicchi, visionario que entendió todo y no tardó en hacerse manager de ese diamante en bruto. Riccardo, además fotógrafo y modesto productor de cine erótico, se convertiría en zar de la pornografía local y excéntrico fundador de un partido político que postularía a su estrella porno.
Las primeras lolas que vieron los italianos en televisión fueron las suyas.Siendo Ilona Staller, la Cicciolina había debutado como modelo en una agencia de su país. En Italia se reinventaría para un público alzado que convertía Voulez-vous coucher avec moi? en un fenómeno nacional y popular con repetidoras en todo el país.
En el programa radial surgió lo de «Cicciolina». Allí aparecieron el alias y su inseparable osito de peluche. Quedate despierto, decía el avance. Los oyentes empezaron a llamarla «Cicciolina», algo así como “Queridísima”. Ella les decía «Cicciolini» a los fans.
Estaba en boca de todos, pero nadie le conocía la cara. Era Tangalanga con escote.
La Cicciolina cuando estuvo en el programa de Tinelli, en 2008.“Se trataba de un programa con un erotismo espontáneo y explícito, una idea revolucionaria en ese momento, con llamadas telefónicas de los oyentes”, se escribió en un medio italiano.
Una revista de actualidad le prometió la tapa, prefiriendo la Cicciolina antes que Rafaella Carrà. Era hora de conocer ese rostro. Nadie imaginaría que la voz radial que motivaba a los tanos sería -aún hoy- un formidable ícono de la cultura popular.
¿Cómo es la Cicciolina? Existía un morbo parecido al que alguna vez hemos tenido con Graciela Mancuso. Cicciolina pateó de puntín al medio y, por primera vez, se desnudó hasta el cuello en Le Ore, una de las publicaciones pornográficas más vendidas de la época. El número agota una edición extraordinaria en tiempo récord. La Cicciolina pedía protagonismo a los gritos.
La Cicciolina que ratoneaba a los oyentes en los tempranos ’70. Foto AFP El ascenso mediático fue meteórico: en 1976 introdujo el primer desnudo integral en un lugar público (dentro de una discoteca). Dos años más tarde marcó otro hito comunicacional al mostrar su busto en la RAI. Las primeras tetas que vieron los italianos en televisión fueron las suyas.
En diez años se había convertido en una figura más que competitiva para Laura Antonelli y Ornella Mutti. Y sí, de alguna manera las tres actuaban. En 1983 llegó el salto definitivo cuando actuó en una película hardocore que, ¡feliz cumpleaños!, por estos días sopla 40 años: Telefono rosso (Teléfono rojo), producida por ella misma bajo el sello Diva futura.
Para los amantes del género, ese filme es un clásico equivalente a El Padrino. En su papel de vigorosa amazona sexual demostró que le hubiera sobrado para hacer de Linda Lovelace en Garganta profunda.
“Cuando hice Teléfono rojo se decía que yo había tenido sexo con un caballo. Eso es completamente falso, es una barbaridad. Hice una película, que todo el mundo puede ver en Internet. Al fondo hay otra actriz teniendo sexo con un caballo, pero no soy yo, evidentemente».
La Cicciolina filmó 22 películas porno. Estuvo en la tapa de Playboy de todos los países. En nuestra edición vernácula apareció, por primera vez, en marzo 1988. Faltaba para su espantosa participación en el programa de Tinelli, donde fue anunciada con bombos y platillos en 2008, aunque su participación duró apenas 12 días porque se fracturó dos costillas en un ensayo del Bailando.
Protagonizó más de 50 películas para adultos en una carrera de 30 años. Tuvo relaciones sexuales -sin profiláctico- con John Holmes, célebre por su pene de 33 centímetros, el más largo de la industria del porno. La noticia, en su momento, provocó escozor: Holmes estaba enfermo de sida y se llegó a temer por la vida de la Cicciolina.
Una nota con Clarín: ¿Cuántos hombres tuvo en su vida? “De los que he amado, quizá tres”. ¿Y de los otros? “En el imaginario de la gente son muchos más… 1000, pero por trabajo”.
Illona Staller, por siempre Cicciolina, cumplirá 72 años en pocos días. Su voz suena suena tan juvenil y sensual como hace 50 años. Ultimamente se la ha visto preocupada por el calentamiento global y el efecto invernadero.
POS