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24 noviembre, 2024

El día que Martín Karadagian se retiró de Titanes en el ring y se terminaron miles de infancias

Martín Karadagian peleó por ultima vez el 30 de diciembre de 1983. En mayo de 1984, pocos meses más tarde, el titán de Titanes en el ring perdió una pierna. Diabetes de base, complicaciones imprevistas y una intervención quirúrgica que resultó todo un shock. Dicho de otro modo, 40 años atrás bajaron las defensas de la cultura popular y hubo un punto final gigantesco. Y no sólo para la televisión.

Karadagian era una usina fundamental de personajes y fantasías. En ese momento, la amputación fue la noticia más desagradable que podían recibir miles de infancias.

“En el almanaque del catch, el 30 de diciembre debería ser considerada una fecha bíblica”, dice Daniel Roncoli, autor del monumental Gran Martín, libro definitivo donde demuestra lo cerca que estuvo de Martín y de los protagonistas de Titanes en el ring. Un baldazo de agua helada. “Ni en el ámbito artístico o en el mundo de sus relaciones comerciales se advertía algún indicio de su retiro”.

La época de oro había sido en 1972 y 1973. Los comienzos de la democracia, sin embargo, no tenían nada que envidiarle. En términos de rating, facturación y posicionamiento del producto, 1982 había sido muy bueno y 1983 cumplió con los objetivos de mínima y la imposición de personajes tales como Dink C y lo que para Roncoli fue «un villano de antología» en la troupe: Nerón.

Karadagian estaba tan, pero tan adelantado a su tiempo que ni siquiera sabía el significado de la palabra competir: inventó la publicidad subliminal, sin tampoco saber qué quería decir subliminal.

Martín Karadagian, rodeado de dos de sus máximas creaciones: la Momia Blanca y la Momia Negra. A su hija Paulina le dijeron: Martín Karadagian, rodeado de dos de sus máximas creaciones: la Momia Blanca y la Momia Negra. A su hija Paulina le dijeron: «Tu papá inventó el marketing».En el mejor momento del programa de televisión, en los ’70, la compañía lechera Kasdorf había llegado a un acuerdo extraño: la creación de un personaje a partir de un yogurt. Karadagian lo hizo. El producto se terminó convirtiendo en Yolanka, un extraterrestre que «luchaba en son de paz». En los ’80, Dink C (jugo en polvo) se sumaba a la saga de Yolanka, Gran Pan (pan lactal) o STP (aceite para autos).

«Una vez una persona me dijo: ‘tu papá inventó el marketing’», contó Paulina, hija del noble Martín. Nerón era la cara del antagonista del momento. Un nombre importante en el desenlace artístico del Armenio. Juan Domingo Vera, luchador profesional y actor que interpretó al último villano célebre de Titanes en el ring. Se lo conocía como «Juan Domingo Nerón”. En la efeméride triste aparece para siempre como contrafigura imborrable. Nerón fue el último rival del Armenio.

Roncoli lo cuenta mejor que nadie: «A Martín le gustaba mucho ese personaje y había logrado que el luchador y actor interpretara con genialidad lo que él y Rodolfo Di Sarli le solicitaban. El Armenio eligió dirimir el título con la reencarnación del piromaníaco. En ese combate, Nerón derramó sobre la lona algunos rebusques de gladiador con espíritu de payaso».

Di Sarli: el cerebro

Martín Karadagian y Rodolfo Di Sarli, una dupla imbatible para Martín Karadagian y Rodolfo Di Sarli, una dupla imbatible para «Titanes en el ring».Rodolfo Di Sarli era el cerebro por detrás del Campeón del Mundo. Su relato significaba el 50% del espectáculo. Desde su voz no sólo transmitía la acción, sino que también oficiaba de coreógrafo. Paulina da fe de esto regalándonos una infidencia: sin que el público lo notara, y a falta de la cucaracha, “Rodolfo era una guía a lo largo de todo el programa”. Relataba mirando el monitor y cuando sentía que la lucha se ponía pesada, reclamaba acción. “Ellos, mientras peleaban, tenían la obligación de escucharlo”.

La efervescencia democrática se colaba en la trastienda del personaje y los aficionados que veían a Juan Vera entonaban la marchita cambiando el apellido: «¡Nerón! ¡Nerón…!».

Vera llegaba temprano al estudio de Canal 11 porque antes de Titanes se grababa Operación JaJa y el luchador se moría de risa viendo el mítico programa humorístico creado por los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich.

“Nene, tengo un personaje para vos que me pone la piel de gallina”. Eso le habría dicho Karadagian cuando le propuso hacer de Nerón. “No quiero que seas luchador, quiero que seas actor. Vos me tenés que actuar a un tipo cobarde, traicionero, cínico. Tenés que hacerte odiar, si no luchás, no me importa”.

Y Vera lo llevó a cabo a la perfección: siempre custodiado por cuatro centuriones, ensayaba sus triquiñuelas y las festejaba amargamente tirándole besos a un público que lo abucheaba.

Nerón, el personaje de Nerón, el personaje de «Titanes en el ring» que hizo Juan Domingo Vera y que fue el último contendiente de Martín Karadagian.Se enfrentaron varias veces y en YouTube aparecen algunos de esos cruces. Los especialistas coinciden en que ninguna de las imágenes responde a la última pelea, y hasta dudan de que ese enfrentamiento -en el Luna Park- haya sido grabado.

Ganó Karadagian. Roncoli escribió que la lucha tuvo «hasta ribetes dramáticos» para un hombre de 61 años (Martín) acostumbrado a resolver casi todo con el ilustre «cortito». Hubo recursos técnicos, «largos toma y daca». Fue una pelea de cabina telefónica.

Karadagian y su dolencia en el pie derecho

En los medios la tristeza rebotaba aquí y allá: Adiós sueños de campeón. El creador de Titanes sufría una dolencia en su pie derecho por problemas circulatorios, pero con el paso del tiempo su estado se complicó y después de varios intentos por evitar lo peor, no hubo más remedio que amputarle la pierna.

Pero Karadagian no se rendía y adelantaba que pensaba reaparecer como «El Pirata Martín». Mezcla de piedad y entusiasmo, se publicaba que «en agosto» debutaría en teatro y que volvería «con su eterno Titanes en el ring«. Él declaraba: «Los chicos me tienen como ejemplo de fortaleza. Me alientan para que no baje la guardia«. Y sonreía.

Consultamos a Paulina: «La fecha en que le amputaron la pierna fue el 24 de mayo de 1984. Papá había terminado la temporada en el viejo Canal 11 el viernes 30 de diciembre de 1983. Ya venía con algunos problemas de salud. Nos fuimos de viaje él, mamá y yo. En la segunda parte del viaje, ya en Río de Janeiro, vimos que le salió una especie de herida entre los dedos de un pie. A raíz de eso empezamos a adelantar la fecha de regreso, pero él quería que mamá y yo viéramos el Carnaval. Volvimos al día siguiente. Ahí empezó todo un derrotero de médicos».

«Le dolía todo», suma Roncoli. Dolores que lo llevaron vergonzosamente a la morfina. Para ese entonces, la pierna derecha emitía síntomas extraños. Hace rato se hablaba de arterias obstruidas, pero la salud de Martín, un personaje querido y mimado, no tomaba estado público.

«El Ancho» Rubén Peucelle y Martín Karadagian. También protagonizaron combates memorables. Paulina: «Podía caminar y al principio le atribuyeron los problemas al estrés. Había sido un año con muchas giras más la película», Titanes en el ring contraataca (1983). La hija y albacea de la obra y el legado de su padre recuerda que durante los últimos programas, Karadagian no se sentía bien y acostumbraba hacer luchas en la modalidad «australiana». En vez de hacer uno contra uno, eran tres contra tres, donde él podía hacer de «relevo» y exponerse menos.

Con el libro El Gran Martín en circulación, hace cosa de diez años, Roncoli fue a visitar a Nerón. Juan Vera estaba en cama y con la salud deteriorada, cuenta el biógrafo. Quería obsequiarle uno de esos ejemplares de casi 800 páginas y testimoniarle su agradecimiento.

Como era de esperar, salió el tema de la finalísima entre Karadagian y Nerón: “Martín ya estaba grande, enfermo, pero se la rebancó», contó su último rival.

«Hicimos una pelea larguísima donde me pedía que le diera con todo. ‘No me tires, pero dame fuerte’, me pedía. Y me metió cada cortito que me dejó tarado. Cuando pasé a saludarlo al camarín, me felicitó y me mostró el hombro: estaba con la clavícula afuera. No me di cuenta cómo pasó. Pero lo soportó sin chistar. Fui a cobrar la función y noté que el toco era muy abultado. Lo conté adelante suyo y había dinero de más así que le dije: ‘Martín, se equivocó’. «No, Vera, yo nunca me equivoco«.

No se cuidaba en las comidas. Martín llegó a fumar hasta dos atados diarios -y a veces tres- desde la adolescencia hasta el 6 de agosto de 1981, cuando a los 59 dejó por una promesa que le hizo a su hija. Para Roncoli, los últimos 20 años de carrera del Armenio fueron la inercia de una juventud trabajada en gimnasio y el estado físico del último guapo en camiseta.

Martín Karadagian, el campeón del mundo, como se promocionaba en Martín Karadagian, el campeón del mundo, como se promocionaba en «Titanes en el ring».Después de ganarle a Nerón, con el verano y el viaje a Brasil por delante, Karadagian no dejó de hacer planes para el año en curso: 1984 terminó siendo más distópico que la novela de George Orwell.

“Ojo de gallo”, nos dice Roncoli. Esa es la clave y el diagnóstico. Martín empezó a renguear por la lesión, un tipo de callo que puede salir en alguna zona ósea del pie. Había una enfermedad de fondo que era la diabetes. El resultado del cóctel terminó en catástrofe.

El 24 de mayo de 1984 entró al quirófano y salió con la pierna derecha amputada a la altura de la rodilla. Demasiado para un hombre que se sentía todopoderoso. Por supuesto que esto significó el final inesperado de su exitoso ciclo televisivo.

La ironía de esta historia es increíble: Nerón, su último rival, un doble de riesgo que también estuvo mucho en las películas los Super Agentes, enfermó de diabetes como su ex patrón. Y como Karadagian, supo lo que fue una mutilación en un pie.

Karadagian murió en 1991. Nerón, en 2006.

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