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25 noviembre, 2024

Isabel Sarli, del primer desnudo frontal del cine argentino a ser símbolo sexual

“Me habían bautizado ‘la higiénica’ porque siempre aparecía bañándome”. Eso recordaba Hilda Isabel Gorrindo Sarli, que para todo el mundo era la Coca Sarli. Y hoy se cumplen cinco años de su muerte, a los 83 años. Falleció en una cama del Hospital Central de San Isidro, donde en marzo de ese año, 2019, la habían operado tras una fracturado de cadera.

Los problemas de salud ya acosaban al símbolo sexual por excelencia de la Argentina. En 1992 la habían operado de un tumor cerebral, del que se recuperó, y en 2011 también salió adelante luego de haber sido hospitalizada por un edema pulmonar.

Idola para muchos, denostada y burlada por otros, las críticas sobre sus actuaciones solían ser demoledoras, con cierto grado de razón. La Coca se erigió en un personaje único, que compitió en sus mejores épocas con Libertad Leblanc (“la diosa morocha” vs. “la diosa rubia”).

Los títulos de algunas de las películas que rodó con Armando Bó, que era 15 años mayor que ella, hablan por sí mismos. Carne, Fuego, Fiebre

Isabel Sarli, la Isabel Sarli, la «Coca», viajaba a promocionar sus películas con Armandó Bó por todo el mundo.Después de todo, algunas de sus películas llegaron a ser consideradas “de culto”. Por ejemplo, en 2010 la Sociedad Fílmica del Lincoln Center de Nueva York organizó un homenaje en su nombre y armó un festival con la exhibición de seis de sus películas, pero aclarando que eran «un ejemplo del cine kitsch de los años ’60 y ’70». En su momento, la edición estadounidense de Playboy le dedicó 4 páginas.

Nacida en Concordia, Entre Ríos, Isabel se había casado con Ralph Heinlein. El matrimonio duró un año. Fue antes de conocer al amor de su vida: Armando Bó. Sabido es que don Armando tenía su familia (su hijo Víctor Bó participó en varias de sus películas) y la Coca no formaría parte de ella, por lo que tuvo dos hijos adoptivos, Isabelita y Martín.

Su primer desnudo en el cine fue el primer desnudo frontal del cine argentino. Lo filmó en El trueno entre las hojas. Nadaba sin ropa en un arroyo, que dejaban con la boca abierta, cómo no, a unos hombres que la miraban.

Isabel Sarli y Armando Bó, un idilio marcado por la clandestinidad hasta la muerte del cineasta el 8 de octubre de 1981.Isabel Sarli y Armando Bó, un idilio marcado por la clandestinidad hasta la muerte del cineasta el 8 de octubre de 1981.Se decía que el primer desnudo había sido el de Olga Zubarry, quien posaba sensual, de espaldas, en los años ’40, en El ángel desnudo. Pero el cuerpo de la actriz no estaba desnudo, sino cubierto por una malla color carne.

Armando Bó le prometió a la Coca que utilizaría el mismo dispositivo para filmar El trueno entre las hojas, algo que no hizo.

La película se estrenó en noviembre de 1958, con guion de un joven paraguayo que se convertiría en un grande de la literatura latinoamericana: Augusto Roa Bastos. Por supuesto que la carga erótica que terminaría teniendo el filme no estaba más que insinuada en el libreto de Roa Bastos. Y Bó lo filmó como quiso.

La Coca era La Coca era «la diosa morocha» argentina.Otra versión asegura que, ante la negativa de la Coca de filmar desnuda, Bó la convenció de que la cámara estaría lejos y que apenas se la vería. Y que el director le habría servido whisky para animarla y ella, que hasta entonces no había bebido una gota de alcohol, se mareó. Así habría recibido órdenes: “Andá sacándote la ropa… Metete al agua, Coca”.

En varias entrevistas, Sarli contó que, al ver la película, estaba tan indignada que rompió el escritorio de vidrio del director, con un cenicero.

Cuando los censores vieron El trueno…, la calificaron prohibida para menores de 18 años. “Su cuerpo es demasiado insinuante, provocativo, casi indecente por los sentimientos que provoca”, indicaba el informe.

Isabel Sarli abrazando las medias reses en Isabel Sarli abrazando las medias reses en «Carne» (1968)Su origen fue humilde. Nacida en Concordia, Entre Ríos, en una fecha patria (el 9 de julio de 1929), comenzó a trabajar como secretaria para ayudar a su madre, luego fue modelo, y participó de un concurso de belleza que le cambiaría la vida: en 1955 se consagró Miss Argentina, conoció a Juan Domingo Perón y llegó a las semifinales de Miss Universo.

Fue con ella que comenzaría una práctica habitual el cine argentino erótico. Como durante muchos años en nuestro país había censura (se cortaban o prohibían películas), Armando Bó filmaba algunas escenas con ella totalmente desnuda y, por las dudas, otra con algo de ropa.

“En Fiebre, por ejemplo, yo me tenía que tirar desnuda y revolcar en la alfalfa. Armando me decía: ‘Coca, vos ahora te sentís yegua. ¡Sos una yegua! ¡Tenés que comer alfalfa, vamos, comé alfalfa! ¡Las yeguas comen alfalfa!’. Esa era una versión. Después filmamos otra, para la Argentina, en la que yo me retorcía entre gasas blancas. Para la versión nacional yo era una señora desesperada entre tules. Para la versión exterior era una yegua que comía alfalfa”. Sus películas eran un éxito en México, Paraguay, Panamá, llegando hasta los Estados Unidos, Japón y Rusia.

La mirada de Juan Carlos Altavista a Isabel Sarli en La mirada de Juan Carlos Altavista a Isabel Sarli en «Carne».La crítica en su momento, al margen de que la reconocía como un ícono popular del erotismo, les pegaba sin vueltas a la dupla Bó-Sarli, no así cuando Leopoldo Torre Nilsson la eligió para protagonizar Setenta veces siete (1962).

Mucho antes del #MeToo, la Coca sufrió situaciones de acoso durante las filmaciones. En México, por ejemplo, en el rodaje de La diosa impura. “Había una toma en la que Julio Alemán, el galán más famoso de México, tenía que darme un beso. Llegado el momento, puse la cara para fingir ese beso, y él me metió la lengua en la boca. Por supuesto, no me la aguanté y le crucé la cara de un cachetazo. Fue un sinvergüenza y poco profesional”.

Como símbolo sexual que fue, la Coca tuvo una carrera intensa, en la que Armando Bó la dirigió en unas 30 películas, hasta que el cineasta falleció, el 8 de octubre de 1981. Tuvo una depresión y prácticamente se retiró del cine.

Con Víctor Bó actuó en varias películas, dirigida por el padre del actor, el amor de su vida.Con Víctor Bó actuó en varias películas, dirigida por el padre del actor, el amor de su vida.“Mi relación con Armando se caracteriza así: fue el padre que no tuve, el hermano que perdí porque murió siendo chico, el compañero, el amante… Todo”.

En La leona “yo interpretaba a la mujer de un magnate petrolero -recordaba-. Me raptaban negros. Me violaban, ¡me hacían de todo! Y el estreno en los Estados Unidos fue un escándalo: había gente que protestaba frente a los cines donde se exhibía. Protestaban por mis escenas con actores negros».

La dama regresa

Fue en 1996, cuando tenía 67 años, y aceptó la invitación de Jorge Polaco para volver al cine. El director de Kindergarten y En el hombre del hijo logró convencerla tras varias charlas en la casona de la Coca en Martínez, rodeada de sus mascotas, y filmó La dama regresa.

Desde 1958 y hasta 1980, Sarli participó en 27 filmes Desde 1958 y hasta 1980, Sarli participó en 27 filmes «subidos de tono» bajo la dirección de Bó. En ella, después de ser despreciada en su pequeña ciudad natal, Aurora regresa como una millonaria con la idea de vengarse de quienes la humillaron. Cubrí un día de rodaje en el que se filmó en La Boca y ahí ya se preveía que La dama regresa no iba a ser el regreso esperado de la Coca. Todo lo contrario.

Su última película fue Mis días con Gloria (2010), dirigida por Juan José Jusid, y un elenco que incluía a Luis Luque, Nicolás Repetto y Carlos Portaluppi.

Pero no sólo haría cine. La Coca pisó por primera vez el escenario de un teatro cuando debutó en el teatro de revistas con la obra Tetanic. “Con el debut teatral de Isabel Sarli” se promocionaba la obra con Nito Artaza, Miguel Angel Cherutti y Moria Casán, allá por 1999. Y también trabajó en televisión: en 2004 tuvo una participación especial en Floricienta. Era Coca, la madre de Malala (Graciela Stéfani) y Beba (Mirta Wons).

Con Nito Artaza, Moria Casán y Miguel Angel Cherutti debutó en el teatro con Con Nito Artaza, Moria Casán y Miguel Angel Cherutti debutó en el teatro con «Tetanic». Para el final, repasemos tres de sus títulos más recordados. En Carne (1968) tuvo su papel más polémico y famoso. Es Delicia, joven empleada de un frigorífico, que es interceptada violentamente por un grupo de hombres, comandado por Romualdo Quiroga, y sometida a una violación sobre una res de carne. De ahí la célebre frase “carne sobre carne” que dice su atacante.

Una de las frases más famosas del cine nacional es atribuida a una escena de Carne, pero es falso. Cuando encerrada en un camión repleto de medias reses, está por ser violada por el personaje de Romualdo Quiroga, le grita: «Canalla, ¿qué pretende usted de mí?». La Coca nunca dice esa frase, sino “Canalla, se va a arrepentir toda la vida de lo que hace».

Tal vez sea porque hay otra película de Armando Bó, Y el demonio creó a los hombres (1960), donde el personaje de la Coca dice en un momento: «¿Por qué me persigue? ¿Qué pretende de mí?». La confusión entre la escena del camión y esta frase construyeron el mito.

Isabel tenía una belleza exuberante, sin pasar por el quirófano.Isabel tenía una belleza exuberante, sin pasar por el quirófano.Un año después, Fuego (1969) es todo un hito en la historia del cine argentino. Filmada parcialmente en Nueva York, y estrenada un par de años más tarde, la Coca es Laura, ardiente, ninfómana y atormentada por no poder ser fiel a su marido Carlos (Armando Bó). Fue exhibida en road show, en una única sala de Manhattan, el cine Rialto, y llegó a recaudar cerca de un millón de dólares, cifra impensada para esa época.

Por último, Fiebre (1972). Sandra tiene flashbacks con recuerdos de su fogoso amante muerto (Armando Bó, obvio), mientras sublima todo a partir del sexo entre caballos. Entre la zoofilia y los paisajes oníricos, fue rodada en los campos de Pergamino. Y a nivel mundial, estuvo entre las 50 películas taquilleras de aquel año.

“En los Estados Unidos, con Fiebre, tuvimos un problema que nunca nos había pasado. La Aduana no nos dejaba entrar la película por las escenas del caballo, es decir, no permitían que se vea el sexo del caballo”. Debieron ir a Panamá, donde la dupla había filmado Desnuda en la arena, tijeretearon el filme y estrenó sin problemas…

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