En mayo de este año, David Lebón lanzó una poderosa versión del clásico Despiértate nena de Pescado Rabioso, donde convocó como guitarrista invitado a Baltasar Comotto.
Un mes después, Comotto hizo estallar a 45 mil personas en el estadio Unico de La Plata, cuando cantó Masacre en el puticlub, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros temas, en el gigantesco recital de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
Es el guitarrista más buscado por los grandes artistas del rock local, como Luis Alberto Spinetta, Indio Solari y Andrés Calamaro, que lo llamaron para integrar sus bandas durante algunas grabaciones y giras. Sin embargo no se comporta como estrella sino que en paralelo a los grandes shows sigue adelante con su carrera como solista, a todo pulmón y humildad.
Baltasar Comotto con su guitarra eléctrica. Foto de prensaActualmente, a los 50 años, Baltasar Comotto está en un gran momento de su carrera, con un flamante quinto álbum propio titulado El exilio del jaguar, donde da rienda suelta a su estilo para tocar y cantar, que describe como «un sonido neo rock con detalles pop».
Y aunque sus discos anteriores contaron con invitados de lujo como Ricardo Mollo, el Indio y Spinetta, esta vez quiso hacer algo diferente: sin invitados. Eso sí, contó con la coproducción artística de Macabre, conocido por su trabajo en Catupecu Machu. Juntos, desde abril de 2023 fueron dando forma a 14 temas, como War, que salió como primer single, con un video.
Hitos y anécdotas
Sentado en un bar cerca de Chacarita, Baltasar charla con Clarín, recuerda sus primeros pasos y menciona un bar que quedaba bastante cerca: Tobago, donde a mediados de los años ’90 se armaban grandes zapadas de una nueva generación de músicos criados bajo la influencia del rock y el jazz, por ejemplo Hernán Jacinto, Ezequiel Kronenberg y Sergio Verdinelli. Ahí lo vio Spinetta, pero nunca se imaginó escuchar su voz en el contestador, como ocurrió en 2003.
Baltasar Comotto tocó con figuras como Calamaro, Spinetta y el Indio Solari. Foto Maxi Failla «Fue un flash -recuerda- porque me encontré con un mensaje donde decía que necesitaba contactarse conmigo para las presentaciones de un nuevo disco, Para los árboles, en el 2003. Lo llamé, hablamos, después fui a su sala y tuve el primer ensayo, con el Tuerto Wirzt y Claudio Carbone. Creo que me recomendó Javier Malosetti».
-¿Y con el Indio Solari quién te recomendó?
-Eduardo Herrera, ingeniero de sonido de Los Redondos y del primer disco solista del Indio. Me invitó a grabar, previo a armar Los Fundamentalistas.
-Con esa banda tocó Andrés Calamaro como invitado en La Plata.
-Sí, pero eso fue después, con Porco Rex, y se dio una conexión que mucho después desembocó en que me llame para su banda en la época de Bohemio, en 2013.
-En el medio estuviste en el Vélez de Las Bandas Eternas, de Spinetta.
-Fue inolvidable. Lo vi sentado al lado del escenario y con el público, además de subir a tocar. Fue una noche perfecta, llena de estrellas y con un clima un poco frío. Fue un paseo por 40 años de rock en vivo con sus bandas. Me acuerdo que el día anterior al primer ensayo estaba regresando de tocar en Venezuela, y nos agarró un temporal donde el avión casi se viene abajo. ¡Y al día siguiente estaba tocando con el Flaco y viendo a todas sus bandas juntas! Fue nacer de vuelta.
Baltasar Comotto acaba de lanzar un nuevo disco solista, «El exilio del jaguar». Foto Maxi Failla -¿Cómo compararías el estilo de trabajo de Luis y el Indio?
-Si bien ambos eran en el marco del rock o pop-rock, como quieras llamarlo, tenían metodologías diferentes en cuanto a los ensayos y las grabaciones. Ambos eran ordenados, con horarios establecidos, y muy comprometidos con su música y con su público. Así que tuve la suerte de poder compartir con músicos increíbles en distintos proyectos.
Con Andrés Calamaro también fue una banda tremenda que se armó para ese disco y esa gira con Germán, Julián y Mariano. Tuve la posibilidad de estar rodeado de músicos increíbles y todo se enganchó naturalmente.
-Todo se dio naturalmente y nunca tuviste que elegir entre uno y otro.
-¡No todo! He tocado en simultáneo con Luis y con el Indio. Una anécdota muy divertida fue cuando tocamos con el Indio en Tandil e hicimos Post-crucifixión, de Spinetta. ¡Y yo estaba tocando con Luis, pero no le decía que lo estábamos ensayando con el Indio, porque quizás después no se hacía en el show! Era muy loco estar ensayando con Luis y en la cabeza saber que iba a tocar un tema de Pescado Rabioso con el Indio.
Las nuevas canciones
Los Fundamentalistas son: Gaspar Benegas (Voz y Guitarra), Baltasar Comotto (Voz y Guitarra), Pablo Sbaraglia, (Voz, Teclados y Guitarra), Fernando Nalé (Voz y Bajo), Deborah Dixon (Coros), Luciana Palacios (Coros), Sergio Colombo (Voz y Saxo), Miguel Angel Tallarita (Trompeta) y Ramiro Lopez Narguil (Batería). Foto de prensa-En el nuevo disco cantás más relajado, ¿será por la experiencia de estar cantando en vivo con Los Fundamentalistas?
-Todo ayuda; cualquier tipo de situación siempre viene bien. Creo que un cantor se hace todos los días, interiorizando la voz, conociéndose uno mismo. Todo eso fortalece el carácter de la interpretación. En el caso de Los Fundamentalistas está buenísimo que hacemos muchos coros y nos dividimos los roles, porque reemplazar al Indio es imposible.
Siento que estas canciones nuevas salieron más redondas por el material que tenía. Es bastante directo, de estructura simple y salió rápido el disco. También quise como sintetizar un poco toda mi carrera. Hay cosas industriales, tesituras electrónicas, cosas más vinculadas al pop, y canciones más tipo soundtrack de Morricone, super vaquero.
-¿Sentís que algunos de ese público masivo luego se acercan a tus shows como solista?
-Sí, pero tampoco creas que tanto. Es una mezcla de todo, porque también hay gente que me vio en otros proyectos, incluso como invitado de David Lebón, con quien se generó una relación súper linda.
-¿Cómo se dio el encuentro con Macabre?
-Se dio en pandemia. Después lo invité a un show y se armó una sociedad. También empezamos a tocar seguido por el interior del país y en Uruguay. Un día le planteé que tenía algunas canciones que me habían quedado del disco anterior y algunas ideas nuevas, así que arrancamos.
Calculo que armaremos una banda para las presentaciones que haremos acá en Capital Federal y en el interior, aunque también tenemos un formato en dúo con programación, en un concepto más de electro rock. Tocamos mis temas y algunos clásicos del rock argentino, incluso puede ser un tema de los Redondos. Me encanta regenerar las listas y no puedo estar tocando la misma música porque me aburro automáticamente. Un músico tiene que estar todo el tiempo renovando repertorio y mostrándole a la gente cosas nuevas.