Firmes en sus primeras mesas, un lugar ganado a fuerza de trayectoria y de acuerdo de partes con APTRA, Mirtha Legrand y Susana Giménez fueron figuras casi excluyentes de la gran fiesta de los Martín Fierro, pero ninguna de las dos está haciendo televisión: una quiere y no puede, la otra puede y no quiere.
Mirtha no encuentra canal y Telefe quiere que Susana haga algo, pero ella ya aclaró que recién volverá el año que viene (no hace TV desde antes de la pandemia). ¿Por qué no se da en la conducción femenina el recambio generacional que sí se dio en los varones, con Guido Kaczka, Darío Barassi y Santiago del Moro como ejemplos?
Hay conductoras mas jóvenes, como Verónica Lozano o Mariana Fabbiani -que vuelve el próximo lunes, por la pantalla de América-, pero todas quedan como por debajo de las dos figuras emblemáticas que están sin estar.
Hasta la propia Marcela Tinayre, hija de la Chiqui, creía que la estatuilla iba para Georgina, a la que le va muy bien con sus mañanas de A la Barbarossa y es quien eligió Telefe para «salir al toro» en reemplazo de Jey Mammón, desplazado de La peña de morfi por las acusaciones en su contra de abuso de un menor. Y se desenvuelve bien frente a cámaras seis días a la semana.
¿Se ganan o se merecen?
Se sabe que los premios suelen tener mucho de merecimiento y algo -a veces termina siendo lo decisivo- de caprichoso. Nadie se animaría a decir que esta distinción sea injusta o inmerecida, pero ¿alcanza sólo con ser Mirtha o Susana para ganar?
Pero había que garantizar la presencia de los popes, más allá de lo que hayan hecho o no en el 2022. Sin embargo, uno de ellos, Marcelo Tinelli, podría haber ido ya que Canta conmigo ahora (El Trece) estaba nominado como big show y no fue, y también se lo podría haber ternado como conductor y no lo hicieron. Ni le inventaron un premio o una «performance» para seducirlo.
También es cierto que Susana está contratada por Telefe, el canal que transmitió la ceremonia del domingo, y que su figura tracciona, como tracciona la de Mirtha. A tal punto que, más allá de las quinientas veces -por poner un número- que Santiago del Moro le preguntaba desde el escenario a una y otra cómo estaban, la mayoría de los que subió a agradecer su premio las nombraba. Como una reverencia a sus majestades.
Y Telefe no sabe qué hacer para que Susana vuelva a su pantalla, y ella lo estira: la otra noche, frente a los 600 invitados, reconoció que piensa su regreso para el 2024.
Cumbre de divas
Antes de subir a recibir su premio como conductora, Mirtha fue convocada por APTRA para entregarle a Susana el Martín Fierro a la Trayectoria: «Nos vamos entregando este premio la una a la otra (ya había sido para Legrand), para mí es un honor. Que hayas dicho cosas tan lindas, tan cariñosas. Somos parte de la historia de la televisión, somos familia”, reconoció Su.
Luego, a su turno, la Chiqui dijo: «Tengo ganas de hacer televisión (…) Ahí está Nacho, pregúntenle a él… que va a América, que va a El Trece, que va a Telefe… no sé nada, me parece que no voy a ninguno. ¿Quieren que vaya o no?«, jugó con los invitados. «Ya es hora de que trabaje, me encanta mi trabajo, me hace mucho bien», soltó, casi a modo de súplica.
Y mientras la TV de aire supo apostar por el recambio generacional para la conducción masculina, las conductoras que merodean los 50 o están por debajo de esa línea se lucen, pero tienen en ellas dos una suerte de techo conceptual.
Tanto es así que, sin estar en televisión, como ahora, juegan a seguir estando. Y, las que están, juegan a ser sus herederas, pero lejos están de que las consideren para hacer prueba de coronita, siquiera.