En el lenguaje cotidiano del conductor y periodista Nicolás Magaldi hay ciertas frases, devenidas en lemas de vida que además de repetirse, perduran en el tiempo.
Aplicadas a su emprendedor -haciendo de su productora de contenidos un diferencial constante- pero también al camaleónico conductor televisivo, que este domingo 6 de agosto a las 21:30 debuta con el nuevo Intratables por América, un regreso a la que fue su casa “de verano” televisiva tras el auspicioso desembarco -y posterior despedida- de ¡EPA! (Es por ahí).
“Nunca había hecho un piloto, fue una prueba a mí mismo. Y cuando lo hice, pensé: es como ir en una Ferrari a 400 km por hora porque son muchas voces que van de un lado a otro y con mucho ritmo”, admite el sanjuanino y ex C5N.
En vísperas del primer “reconocimiento de cancha” en piso, deja picando que, “Lo que te puedo adelantar es que este domingo mostramos algo que el próximo presidente va a tener y que todavía no lo tuvo. Algo simbólico. Además ya tenemos entrevistas con candidatos súper importantes confirmados”.
Tendrá un panel a punto caramelo con Ceferino Reato, Liliana Franco, Augusto Tartúfoli, Candelaria de la Sota, Fernando Cerolini, Amalia Díaz Guiñazú e Ignacio Fidanza como titulares.
“Igual el hielo se rompe al aire, ahí está la verdad. Podes tener un plan de ruta pero nadie sabe lo que pueda pasar al ser en vivo y mismo tampoco en la Argentina. Nosotros arrancamos el domingo 6 y después de las PASO puede ser otro país”, analiza el nuevo mediador de los clásicos debates del prime-time.
Los cambios en la tele
-¿Es más cuesta arriba mantener un programa ya instalado que empezarlo desde cero y sin referencias?
-En realidad, hoy la tele no sé si es tan permeable a mantener programas o ciclos tantos años. Ha cambiado mucho la composición de la audiencia y la distribución de la publicidad. Me ha tocado estar casi siete años en un talk show de El Nueve, programas de tres meses también, pero valoro mucho la energía del primer programa porque la expectativa está ahí.
-La verdad que no. Mi rol es ser un gran showman. El programa es un gran show de la política argentina, donde el protagonismo está basado en la información y el debate. Quizá esos colegas están centrados en otro perfil de programa, pero es un placer para mí.
“Cuando me dicen que voy a debutar en un programa con recorrido de conductores grosos y la competencia es gente tan importante, me dan más ganas de salir a la cancha. No es que digo: qué bajón”, expone sin rastros de nervio alguno que, por lo menos, se deje advertir al teléfono con Clarín.
-Además de ser un ciclo con mucha incidencia en la opinión pública, al ser año electoral se va a mirar con lupa.
-Ahí está el compromiso de uno a nivel periodístico. Siento que estamos ante una Argentina donde la gente está confundida, no sabe muy bien a quién votar. Está muy dividida la situación y es un momento económico, social y político complicadísimo. Siempre pienso que me está mirando alguien que necesita algo, sea una sonrisa o una información. Y es una responsabilidad gigante.
Además, arrancamos en una fecha donde ya está el fuego prendido. No en marzo, precalentando. Arrancamos, ¡pum!, las PASO, ¡pum!, elecciones generales. Pero lo bueno es que acá van a conocer al próximo presidente de los argentinos, además de ver a los candidatos de otra manera.
A prueba de balas
-¿Estás preparado para atajar las balas que vengan de rebote, siendo un programa que marca agenda política?
-Creo que haber elegido esta profesión te va curtiendo a la opinión pública. Podes estar más alto, más petiso, más gordo, más flaco. La gente siempre habla. Lo único que deseo es dormir tranquilo haciendo lo que tengo que hacer: un gran show. Con la responsabilidad de que no se falte el respeto y cuidar, porque la política en Argentina es como el fútbol.
-Pero vos venís de una escuela de aire un poco “a prueba de balas”, apagando algunos incendios.
-Pero nada se asemeja a nada. En mi etapa de noticieros, me tocaron diferentes horarios y ningún programa era igual a otro. Tocás actualidad, ves a los políticos, vienen a debatir, se enojan y no es sencillo. Este programa es como la gran arena de todo eso.
-Y el formato te pide, naturalmente, moverte por aguas más ásperas.
-Pero en esos movimientos tengo que estar coordinando que toda la orquesta funcione. La Argentina en sí no necesita más kilombo del que ya tiene cada uno y ojalá que el próximo presidente o presidenta sea quien nos permita empezar a estar bien, es lo que más deseo.
Mi rol es estar, mientras, en el fuego cruzado de las ideologías, las pasiones e intereses de cada uno. Tengo formación muy periodística y más allá de entretenedor, vengo de la escuela con Daniel Hadad. Y haber pasado de lo más chiquito, ser “el pibe de Twitter” en una redacción, a estar conduciendo el Big Show político más grande de la región, digo ¡la pucha!. Porque tengo 36 años y no una carrera de 50 años al aire.
-¿Seguís siendo un poco bicho de las redes sociales?
-Todos mis proyectos están vinculados a la tecnología, desde siempre. Mi entrada a C5N fue por ahí; recuerdo el helicóptero virtual del canal que entraba por el techo. Soy un amante de las redes sociales.
De hecho, muchas colegas como Nequi Galotti hoy me agradecen haberles hinchado para que se hicieran Twitter en ese momento; imaginate lo que era la época. Hoy con mi productora hago eventos y hay tecnología, con avatares e inteligencia artificial.
Melómano empedernido
Periodista antes que conductor -además de melómano empedernido- pondera la pregunta con rigurosidad y el compromiso con el oficio.
“Ahí está la responsabilidad que tenemos que exigir. Ese rol de representación de hacer buenas preguntas y estar formado”, dice a la vez que expone su deuda con un programa musical.
“Me lo debo, pero ya va a llegar. Tengo mis guitarras, me encanta cantar y puedo estar tocando desde Los Chalchaleros hasta un rock o una cumbia”, dice el ex chico de las serenatas de madrugada en tevé.
-Generacionalmente estoy más cerca de Santi, con el que hablé hace un tiempito para contarle y me lo agradecía mucho. Siento como algo de cofradía entre conductores, sobre todo porque él arrancó el formato. Me identifica más esa frescura y ese estilo de conductor-entretenedor aunque mi base es periodística.
-¿Qué te dijo?
-Todas cosas lindas. Que la política en sí puede ser un trampolín o una trampa. Son arenas complicadas, donde uno tiene que caminar con la suficiente cautela y respeto.
-Del Moro aterrizaba en el programa como un “outsider” de la política. Me da la sensación que no es tu caso, o que por lo menos no sos apolítico.
-No tengo ningún vínculo con la política. Soy periodista y mi deber es preguntar. Después, lo que la gente defina con la ideología o pensamiento de uno…
No te digo que me siento un outsider de la política, porque uno se siente parte cuando le interesa y está informado. Pero nunca vas a ver que tuve una relación con algún político y en eso estoy mega tranquilo. Vivo los mismos problemas que tienen todos, que vas al super y hay inflación, o te preocupa la seguridad del país y qué va a pasar con tus hijos. Uno no está al margen y nunca tiene que estarlo.
Aquello de «El nuevo Tinelli»
-¿Cómo es reencontrarte con Marcelo Tinelli en una misma pantalla, pero esta vez desde la artística?
-Con Marcelo la mejor. De hecho, me llamó hace semanas para plantearme lo que esperaba del programa y lo veía mucho en mí, esto del show y el entretenimiento.
La pantalla está tomando una temperatura impactante y lo están demostrando los números. No me lo crucé todavía, porque estuve de viaje con mi productora en el sur, pero ya lo haremos para charlar.
-No puedo hacerme cargo de las comparaciones ni títulos. Sé que él tampoco lo hace. Me hago cargo de lo que hago. Soy extremadamente perfil bajo y sigo haciendo mi caminito. Siempre buscamos en la Argentina al “nuevo Messi” o la “nueva Susana”.
Lo de Nico lo escuché, pero no tiene nada que ver. Nico está con un streaming súper exitoso. Con él nos cruzamos en el sur y hablamos de nuestros emprendimientos y lo que significa hacerlo hoy en Argentina.
-La remada en dulce de leche.
-Te soy sincero: me fui de El show del problema, el ante año pasado y me quedé sin trabajo. Estaba con un stream en KZO, que hacía desde mi casa, y luego se cortó. Cuando renuncié a Ideas del Sur también me quedé sin laburo. Pero fueron decisiones para reacomodar mi vida.
Proyectos
-¿Aprovechaste a hacer cosas que la vorágine te come?
-Ahora estoy terminando el estudio donde va a funcionar mi productora; me puse a construir. Tenemos unos ahorros con mi mujer que fuimos generando de la productora misma, que empezó en 2014 con algo chiquito, porque no me sobraba la plata. Después empecé a hacer y darme cuenta que no dependía al cien por cien de la televisión comercialmente. Ojalá siga bien porque no es fácil emprender en Argentina.
-¿Ser padre también? Porque hace rato dejaste atrás la trasnoche, pero fuiste el gran remador de las madrugadas de 1 a 5, en C5N.
-Yo vivía al revés. Me levantaba 11, pero fue una época de mi vida. Cuando nació Bautista, estaba en la primera mañana de la radio y me cambió el valor del tiempo. Con mi familia nos movemos en bloque, viajamos juntos y Bauti se involucra en todo con casi 6 años.
En el último comercial que hicimos para colchones, mi mujer (Betiana Wolenberg, modelo) terminó siendo la protagonista. Yo una vez hice uno para Petri (marca de herramientas para jardinería) que querían que sea la cara, porque de verdad corto el pasto en mi casa, es una terapia.
-¿Te funciona?
-La verdad que sí, lo recomiendo. Gracias a Dios tenemos una casa donde limpio la piletita, lavo el auto, me encanta hacer esas cosas. Con Bauti regamos las plantas, cortamos, limpiamos, reciclamos.
Optimista y constante
Pero en su actual rutina televisiva, queda poco margen para los quehaceres botánicos. “Ahora me tengo que reordenar sabiendo que el domingo es mi lunes, pero es una felicidad enorme la que se vive en casa. De hecho, mi hijo me mira en la tele y ya se aprendió el nombre del programa», dice.
Y agrega: «La televisión sigue siendo un gran soporte de comunicación con una estructura que otras plataformas todavía no tienen. Hay que entenderlo como un complemento, porque si ves una competencia estás mal. Por eso te hago un stream, contenidos creativos y eventos con tecnología”.
Amigo de los nuevos comienzos, Magaldi -que no tardará en preguntarle off the récord a Clarín si le sorprendió encontrarse con su nombre en este rol- dice reiniciarse como una manera de hacer espacio a seguir aprendiendo.
“Hice todo para ganarme el lugar porque lo deseo y me vengo preparando hace mucho”, asegura
-¿Barajaste otras pantallas? Porque hiciste un piloto para eltrece que no prosperó.
-Hicimos un formato a través de Kuarzo, que terminó como una sección de un programa. Pero mejor, porque sino no estaría pasando esto. Uno siempre está abierto a propuestas, pero hoy mi pantalla es América. En un canal que la lucha y hoy está peleando el segundo puesto.
-Da la sensación que sos un optimista nato, siempre mirando el vaso lleno. Con la Argentina de hoy, de cara a las elecciones, ¿también sos optimista o te cuesta un poco más?
-Soy muy optimista, pero eso no significa que sea un falso optimista. Hay situaciones que me pinchan y tiran abajo. Pero al otro día me levanto y hay revancha. Soy un tipo muy constante.
Respecto al país, es complicado porque te empiezan a llenar de expectativas. Te dicen: “La Argentina va a estar mejor o esto va a cambiar con tal candidato, te prometo que vas a tener un plato de comida en tu casa”. Pero ponés el voto y ¡pum!, se pincha ese globo de ilusiones.
Y cierra: “Tenemos un tremendo país, con gente formada y muy interesante, con ganas de hacer y sin embargo un sistema que a veces no permite que esas cosas sucedan. Tiene que ver con plantearte el modelo de país de acá a 30 años. No espero que el país esté mejor de acá a 6 meses. Sí espero que empecemos a diseñar ese país que quiere estar mejor.
Creo mucho en la planificación. Vos me decís: ¿qué vas a hacer el año que viene? No sé, pero planifico lo que puede llegar a pasar. Que mi productora crezca, seguir creciendo profesionalmente y que mi familia se agrande.
MFB