El ex bajista de Pink Floyd Roger Waters se presentará este martes 21 y el miércoles 22, en River Plate, con su nuevo espectáculo This Is Not A Drill (Esto no es un simulacro), donde el artista repasa la música de discos emblemáticos de la banda como The Wall, El lado oscuro de la luna y Wish You Were Here con el estreno de su última composición The Bar.
Son presentaciones rodeadas de una controversia política en relación con el ataque del grupo terrorista Hamas a Israel y con la respuesta israelí que invadió la Franja de Gaza en su persecución con un incalculable número de víctimas entre la población civil.
Mientras Waters no sólo reclamaba que Israel detenga los ataques a la Franja de Gaza y el genocidio palestino, también puso en duda la veracidad del ataque terrorista en la frontera entre Gaza e Israel, lo cual despertó la reacción de diferentes entidades judías que acusaron al artista de ser “un recalcitrante antisemita”.
El músico se preguntaba: “¿Cómo demonios no podían saber los israelíes que esto iba a ocurrir? Quiero decir ¿cómo el ejército israelí no escuchó en esos diez u once campos los estallidos cuando se produjo el ataque? Tampoco entiendo cómo se enteraron tan tarde de que esos grupos estaban cruzando la frontera. Hay algo muy sospechoso en todo esto”, añadió.
La respuesta fue contundente por parte de la colectividad judía en Uruguay y la Argentina, a través de los comités israelitas, tanto en Uruguay como en la Argentina, denunciaron al músico de “misógino, xenófobo y antisemita”.
Inmediatamente, los hoteles Hyatt Centric y el Regency, de Montevideo, el Faena y el Alvear, de Buenos Aires y ahora el Four Seasons, de Bogotá, cancelaron sus reservas, provocando un verdadero estrago en la organización de la gira.
Sus razones
Roger Waters, en su show de Montevideo. Al comenzar, un cartel dice que si no soportás sus opiniones políticas «podés irte a la mierda». Foto: AP/Matilde Campodónico)“Yo sé bien lo que siento en el corazón y no he tenido un solo pensamiento antisemita en toda mi vida. Lo que condeno es lo que hace el gobierno israelí y lo seguiré haciendo porque estuvo mal desde el comienzo. ¡Detengan el genocidio ahora! Lo más fácil es señalarme como antisemita porque no tienen un argumento sólido desde el lado israelí en esta cuestión. Están cometiendo un asesinato, un genocidio, están oprimiendo a otro pueblo”, dijo Waters, en una entrevista con Página 12.
“Tratan de silenciarme porque creo en los derechos humanos y hablo abiertamente del genocidio del pueblo palestino y voy a seguir haciéndolo porque se está cometiendo ahora y todos los días en la Franja de Gaza y en Cisjordania y en todos los territorios ocupados y debe detenerse”, añadió el músico.
En relación con las cancelaciones en el hospedaje, señaló “Me mandan a dormir al establo. Es tan estúpido. Es una locura que la gente en la Argentina acepte este sinsentido del Faena y el Four Seasons y cómo se llamen los otros hoteles. Deberían pensar un poco más y comportarse como adultos”.
Por su parte, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits acusó a Waters de ser un “propagador serial del discurso del odio” y le reclamó a la justicia que esté atenta para que “tenga las consecuencias que corresponde si comete un delito”.
Tras estas advertencias y que la situación entre en un impasse, escaló la semana pasada con la denuncia ante la justicia penal por Segio Zigelbaum y su padre Crlos, sobreviviente del Holocausto, quienes pidieron ser querellantes en la causa radicada ante la fiscal Andrea Scanga.
“Históricamente, el Sr. Roger Waters es conocido por ser un recalcitrante antisemita. Además de sus innumerables declaraciones públicas (donde con especial ahínco denosta a las personas judías atribuyéndoles características prototípicas del ideario antisemita como ser avaros, banqueros que controlan el mundo, etc.) se ensaña con un odio alarmante contra el Estado de Israe, al que compara con la Alemania Nazi”, dice la denuncia.
Cómo son sus conciertos
En su concierto, Roger Waters hace buena parte de su clásico «El lado oscuro dela luna». Foto: AP/Matilde Campodónico)Toda esta controversia atentó contra el espectáculo, que por momentos quedó en un segundo plano. Por cierto, Waters, de 80 años, es uno de los grandes músicos del rock y su trabajo con Pink Floyd es la evidencia palpable de su talento.
Ahora bien, tras el lanzamiento de su propia versión de espléndido The Dark Side Of The Moon (El lado oscuro de la luna, 1971), en donde reinterpreta las canciones del álbum desde la sabiduría de un hombre de ochenta años, dice: “El original se siente, en cierta forma, como el lamento de un anciano sobre la condición humana. Éramos muy jóvenes cuando lo hicimos y ese mensaje, claramente no se ha mantenido, por eso grabé esta versión reimaginada por un hombre de 80 años”, explicó el artista.
Este disco es una parte central de los conciertos de su gira This Is Not A Drill, su nueva gira, junto al histórico The Wall. Un concierto de absoluto tono conceptual, que comenzó en los diferentes escenarios con un Waters de bata blanca, con dos músicos a modo de enfermeros que portan un truculento muñeco mientras comienza Confortably Numb, no como la versión original de The Wall sino con los arreglos adormecidos de su disco The Lockdown Session.
Antes, en una de las gigantescas cuatro pantallas que tiene el escenario, aspecto clave en el desarrollo político del concierto, aparece dos advertencias en castellano: “amo a Pink Floyd, pero no soporto las opiniones políticas de Waters, harías bien en irte a la mierda” y la otra, más complicada: “Apaguen sus celulares”.
La puesta en escena es algo más austera que las de otras giras, aun así la calidad del sonido y de las imágenes le dan al concierto una atmósfera de un potente realismo.
Waters interpretará The Happiest Days Of Our Lives enganchado con Another Brick In The Wall, Part 2, como en The Wall, aunque queda más oscuro sin el coro infantil. El repertorio incluye The Powers That Be, de su segundo disco Radio K.A.O.S. (1987), The Bravery of Being Out Of Range, dedicada originalmente al presidente Ronald Reagan, mientras en la pantalla no sólo aparece Reagan, sino toda la lista de mandatarios estadounidenses hasta el actual Joe Biden.
Una parte del concierto está dedicado a The Dark Side Of The Moon, tanto que hasta tocan la cara B del álbum en el orden original.
Una imagen del show de Roger Waters «No es un simulacro». Hay polémica por sus declaraciones antisemitas. Foto: EFE/ Gastón BritosEn la última parte del concierto interpreta The Bar, una pieza oscura que hace en piano y que está dedicada a su hermano, recientemente fallecido, que se despliega a partir de imágenes del artista, cuando era un bebé con su hermano y sus padres.
En la pantalla aparece la frase. “Cuando muere alguien a quien amas, te das cuenta que esto no es un simulacro”.
Hasta ahora, Roger Waters cerró sus conciertos con una poderosa versión de Outside the Wall, acompañado por una sólida banda formada por Dave Kilminster en guitarra y voz, Jon Carin en teclados, guitarra y voz, Gus Seiffert en bajo y voz, Joey Waronker en batería, Amanda Belair en coros y Seamus Blke en saxo.
Waters llegaría mañana a Buenos Aires y su hospedaje se mantiene por ahora en absoluta reserva. La empresa organizadora local avisó que no se darán detalles de su alojamiento ni de su llegada ni de horarios de la prueba de sonido. También aclaró que no se acreditarán fotógrafos ni cámaras de video en el show.
En tanto, la cadena de hoteles sindicales se ofreció a alojarlo, pero no trascendió si Roger Waters aceptó la oferta.