Los nubarrones que se posaron el año pasado sobre la relación entre Cristina Kirchner y Sergio Berni no tenían posibilidad de provocar una tormenta. Al vínculo de más de tres décadas que une a ambos dirigentes, se le suma uno «institucional» que le garantiza al ministro de Seguridad bonaerense una custodia de entre 10 y 12 efectivos de la Policía Federal por un inédito acuerdo.
Es, en verdad, la propia fuerza federal la que le provee este servicio al funcionario por un entendimiento suscripto a comienzos del mandato por el departamento que comandaba el comisario Diego Carbone, el máximo responsable de la custodia de la exmandataria, con la cartera de seguridad bonaerense. Pero esa estructura nacional fue ampliada tras el atentado que sufrió la Vice el 1 de septiembre de 2022 y se convirtió en la Dirección General de Seguridad Vicepresidencial.
La citada Dirección funciona bajo la supervisión de la Cámara alta. Es que desde principios de la actual administración, la Vice ha intentado ordenar su propia seguridad en detrimento de lo que diagramaran las autoridades apostadas en la sede ministerial de Gelly y Obes, a cargo de Aníbal Fernández.
Diego Carbone el custodio de Cristina Kirchner la acompaña tras el atentado que sufrió el año pasado.Carbone, como se sabe, no es un librepensador sino que hace lo que le ordena su jefa política. Fue la propia expresidenta la que lo blindó de las críticas que arreciaban sobre su figura por la deficiente performance que tuvo su grupo de custodios ante el intento de magnicidio perpetrado por Fernando Sabag Montiel. A la mañana siguiente del atentado, no dudó en salir de su departamento de Recoleta junto al mencionado comisario inspector, en un claro gesto de apoyo.
Fue con ese respaldo que se creó bajó su dirección la «División de Coordinación Estratégica con las autoridades policiales de la provincia de Buenos Aires». Fuentes de la fuerza consultadas aseguran que para proteger al ministro provincial se disponen tres efectivos federales por turno y que en ocasiones lo acompañan en sus viajes hasta ciudades interior, como Bariloche.
Uno de los referentes de este grupo es Daniel Domínguez, un especialista en explosivos del Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal, que ganó notoriedad porque salió en la foto que inmortalizó el momento justo en que a Berni lo alcanzaba la trompada de uno de los colectiveros que protestaba por el crimen de un chofer, en abril pasado, en la bajada de General Paz y ruta 3.
En los hechos, esta cesión de efectivos de la fuerza federal para la protección del funcionario bonaerense expone que el vínculo político con la exmandataria no sufrió un daño irreversible cuando arreciaban los pases de factura en el perimido Frente de Todos. Sí Berni mantuvo más de un entredicho, algunos testigos aseguran que hasta con forcejeos, con Máximo Kirchner tras la dura derrota que sufrió el oficialismo en las PASO de 2021.
Hacia dentro de la Policía Bonaerense, en tanto, esta situación genera «malestar» entre los uniformados. La propia institución, observó un comisario retirado que ausculta la gestión del ministro, cuenta con una Dirección de Custodia que «históricamente se ocupó de dar protección al Gobernador y al ministro de Seguridad».
Para muchos oficiales, en verdad, se trata de una situación anómala habida cuenta que el jefe político de la institución «no confía» en la fuerza que conduce para que le brinde seguridad personal.
Para Luis Tonil, titular de la Defensoría Policial, la «custodia paralela» del funcionario bonaerense se suma a otras arbitrariedades registradas durante su gestión, como haber instalado una sucursal del ministerio en sus oficinas de Puente 12, a la vera de la autopista Ricchieri. «También molesta que use a estos oficiales como patovicas para maltratar a todos los ´polis´ de acá, a los que no dejan acercarse para hacer escuchar sus reclamos», dijo a este diario este efectivo retirado.
Berni, en tanto, justifica el acompañamiento de los uniformados de la Policía Federal por la relación de «confianza» que entabló con ellos desde los tiempos en los que se desempeñaba como secretario de Seguridad de la Nación, bajo la última presidencia de Cristina.
También dentro de la Bonaerense circula la versión que el también cirujano militar reclamó una custodia federal luego de haber recibido amenazas tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, en enero de 2015. Aquella madrugada lo encontró coordinando el operativo dentro del lujoso departamento de Puerto Madero, lo que le valió varias críticas de dirigentes de la oposición.