A las nueve de la mañana de ayer, Javier Milei por fin pudo cortar su celular para abordar lo que tanto anhelaba. La taza de té caliente que tomó a poco de despertar. Detesta el té frío. Pero el teléfono sonaba y sonaba y le dio prioridad. Lo esperaba un día largo y difícil.
Como todos los que vendrán hasta la noche del 19 de noviembre. El balotaje. El día en que se sabrá si es será electo Presidente de la Nación. O si lo será su ahora su única rival en los comicios, el actual ministro de Economía, Sergio Massa. Su nuevo objetivo a demoler. Milei volvía ayer a las calles, a las caravanas proselitistas después de las elecciones generales donde Massa le sacó seis puntos de ventaja.
Pero, sobre todo, volvería a verse con su militancia tras recibir el apoyo oficial de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, y una sector del PRO. La coalición Juntos por el Cambio (JxC) se fracturó por él. ¿Volverá a ser Milei el mismo Milei de siempre? ¿O el ascenso de Macri, el avance del PRO sobre su campaña y los intentos de sus nuevos «socios» por imponerle sus ideas y copar parte de su Gabinete cambiarán la esencia del candidato libertario?
En la reunión con “El Presidente”, como llama Milei a Macri en persona, no se discutió un reparto de cargos en el Gabinete. Pero Macri le aconsejó lo que debería hacer en organismos “como el PAMI, el ANSES, en todo el sector que maneja la Energía, en el ministerio de Justicia, Defensa, o la AFI (Agencia de Inteligencia). Vas a asumir y La Cámpora te va a querer boicotear como me lo hicieron a mí. Vas a tener que hacer algo con eso, Javier. Y nosotros podemos ayudarte. Yo tengo la experiencia de haber pasado por todo aquello”, le soltó Macri, diciéndole, sin decir, cuál cree que son los entes públicos más sensibles para él.
Milei no miente cuando afirma que no hizo un “pacto” con Macri. Porque fue así como se lo dijo aquella noche de la polémica “al Presidente”. Según fuentes que participaron de ese encuentro, Milei le explicó a Macri que no era conveniente para su performance electoral que se llegue a un acuerdo explícito de gobierno entre hasta que él ganase o no las elecciones: “Un acuerdo así nos complicaría a todos. Pero, Señor Presidente, por supuesto que vamos a necesitar de dirigentes con experiencia en la gestión”, concedió Milei. Su hermana, Karina, escuchaba a su lado, siempre hablando poco, pero oyéndolo todo.
El manejo del Milei mediático fue uno de los principales ejes de ese largo diálogo al que se fueron sumando dirigentes en la casa de Macri en Acassuso, y que duró varias horas. Quedó implícito que, de vencer en los comicios, habrá dirigentes del PRO que se sumarán al Gabinete.
El estratega de la campaña del libertario, el escribano Santiago Caputo (un familiar lejano del amigo de Macri, Nicolás Caputo, con quien ni siquiera se ve a pesar del lazo de sangre), coincidió con el análisis de Diego Santilli, por ejemplo, que propuso que Milei deje por un tiempo de ir a los medios audiovisuales para achicar el margen de errores que podrían cometerse.
“Basta de políticos nuestros hablando por todos lados”, pidieron del lado de Macri, pero aludiendo a los libertarios también.
Milei tuvo una primera semana tras elecciones que le trajo problemas tras exponerse de nuevo a la tevé. Se puso nervioso en una entrevista con Esteban Trebuq en A24. Sus rivales aprovecharon para castigarlo e intentar instalar que sufre de inestabilidad emocional. Milei explicó qué le había pasado en un segundo reportaje con Luis Majul en LN+.
Desde entonces solo se comunicó vía redes sociales. También para responder a críticas de Massa.
Pero varias declaraciones de quien es su vocera y posible Canciller, la economista Diana Mondino, sobre todo respecto al “mercado de órganos” que incluyó LLA en su plataforma electoral, y sobre el “matrimonio igualitario”, generaron críticas entre los propios asesores de Milei y Macri y el PRO.
Massa volvía a tener con qué alimentar su tesis sobre su rival frente a la militancia del peronismo y los «independientes».
El viernes, Milei salió feliz de la que quizás haya sido la entrevista más extraña que concedió desde que es candidato. Habló con la ex vedete Amalia “Yuyito” González, por el canal Magazine. Ella lo elogió porque era “mas bonito» en persona. Debatieron sobre espiritualidad, lujuria, codicia. «Es humano», celebró «Yuyito».
Milei acotará ahora sus salidas en los medios. Le dará una entrevista a Jaime Bayly, el magnífico periodista y escritor que transmite su programa desde Miami al mundo. Y luego tiene agendado otro reportaje televisivo más. Al menos hasta ahora.
Cambió todo en la campaña de Milei. “Nos acostumbramos a que se hablara siempre de nuestras ideas, y ahora nos enfrentamos a otra cosa”, dijo a Clarín uno de sus principales asesores.
Resta por saldar las internas, tanto en LLA como en el que PRO, generadas por su acercamiento con Macri.
Por ahora, lo único concreto entre ambos espacios es la organización conjunta de la fiscalización de la elección en todo el país.
Tras las recorridas y caravana callejeras de ayer, el balance que hicieron ambos «socio» ante el balotaje fue bueno.
Milei recorrió San Isidro y Tres de Febrero. Miles de personas volvieron a vivarlo. En la Plaza del Avión, Ciudad Jardín, Palomar, Milei dio un discurso subido a un camión como escenario. Una pantalla detrás suyo decía Milei 2023 y debajo el nuevo slogan de esta etapa: «La única solución». El libertario agitó a su público como siempre. Saludó: «¡Hola a tooodos!», y entonces cantó: «Yo soy el Rey/ De un mundo perdido/ Soy el Rey, te destrozaré/ Toda la casta es de mi apetito». Y tres veces gritó: «¡Viva la libertad carajo». Y tres veces le devolvieron el eco: «¡Vida la libertad carajo!».
Milei estaba acompañado por su candidata a vice, Victoria Villarroel, la ex candidata a gobernadora bonaerense, Carolina Píparo; la diputada electa Marcela Pagano y el ex candidato a jefe porteño Ramiro Marra. Nadie del PRO. Nadie cercano a Macri. Milei no pidió esta vez que la militancia asustara a la dirigencia tradicional al grito del «¡Que de vayan todos!». Habló pausado. Contó la historia de la Batalla de Caseros, librada entre Urquiza y Rosas en esas tierras. Y reveló que vivió toda su vida en el distrito que gobierna Diego Valenzuela, de JxC. El jefe comunal había chateado con él para garantizarle que en su territorio no habría problemas. La seguridad del acto estaba cubierta. Son viejos conocidos: fueron juntos a la Facultad.
Milei se dedicará ahora al proselitismo, a la campaña diseñada por Caputo. Habrá recorridos callejeras en todo el país.
La motosierra, símbolo del ajuste del Estado, no volverá a encenderse.
Además de enfrentar a Massa, Milei sabe que seguirán criticándolo desde la cúpulas de la UCR, la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y que nunca jamás contará con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta.
La noche en la que se reunió en secreto con Macri, y otros dirigentes del PRO y de La Libertad Avanza (LLA), “El Presidente” pidió varias veces que reprimiera su habitual carácter confrontativo, hablar gritando, o el enojo como instrumento de comunicación. Milei sigue habló varias veces más con Macri. Esa cercanía genera, en ciertos sectores de LLA, fastidio.
Desde que se reunió con Macri, Milei hasta debió ratificar que cumplirá dos de sus promesas más emblemáticas. La dolarización y la eliminación del Banco Central.
Se prepara ahora para el debate final con Massa. Sabe que el candidato oficialista buscará ponerlo nervioso, sacarlo de su eje.
Desde el PRO le advirtieron que, además, el oficialismo no movió el feriado del 20 de noviembre, el día siguiente a la elección, porque Massa analizó que muchos votantes del PRO-mileísta viajarán a disitintos puntos turísticos. “Nosotros alguna vez hicimos lo mismo y perdimos tres puntos de votos”, se lamenta uno de los fundadores del partido de Macri.
Los actos de ayer, se dijo, serán tomados como tests para conocer qué pasa entre los votantes “orignales” de Milei tras su acuerdo con Macri.
“Estaba más moderado, es verdad. Pero nadie, y hablé con un montón de personas, se preguntaba qué pasa con Javier después de que se acercó Macri. A mí no me importa nada de eso. Le le creo todo”, le dijo a Clarín Sergio Grosso, vecino de Ciudad Jardín, presente en el acto, libertario total.
Pero el acuerdo con Macri sigue su dinámica propia entre las cúpulas dirigenciales de de LLA y el PRO.
Uno de los interlocutores más antiguos que Milei tiene con Macri, Alberto Benegas Lynch, lo dejó claró tras un escrito que difundió en las redes: “No traten de domar a Javier Milei”.
Los enemigos podrían ser ahora no solo los rivales electorales, si no también los descontentos de la interna propia.
Macri se reunió esta semana, a solas, con la candidata a vice de LLA, Victoria Villarroel. “Solo por diplomacia”, minimizaron cerca del libertario. ¿Será?
Karina Milei, la hermana de Javier, continuará siendo la absoluta jefa de LLA.
La noche que se vieron con Macri ella vive en el mismo complejo de edificios de Vicente López que ella. “Por eso decían que nos veíamos nosotros. En realidad vos ibas a ver a tu familia”.
Milei dice estar tranquilo a pesar de todo. La explicación que da a sus íntimos es particular: “Mi vida fue una mierda, man. Muy dura. Mi papá me volvía loco después de cada examen. Me pegaba de chico. Cuando era arquero tenía atás toda una hinchada insultándome. Lo que te quiero decir es ésto: trabajo mejor bajo presión. Yo me preocuparía más si estuviera en una campaña tranquila y no como ésta”.
Milei es Milei.
Macri es Macri.
La fusión de dos personalidades fuertes empieza a verse reflejada en una elección donde el resultado será a todo o nada. La pelea final por el poder total.