El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires reiteró su “profunda preocupación frente a los insultos y descalificaciones que ganan cada vez más espacio en el debate público”. Y subrayó que “esta situación se agrava, y mucho, cuando esos insultos son proferidos o hechos propios por el Presidente de la Nación o por funcionarios públicos de distinta jerarquía”.
La entidad remarcó en un comunicado firmado por su Directorio que “la existencia misma de la democracia reclama una amplia libertad de prensa” y que ese vínculo es tan intenso que, conforme lo sostiene la Corte Suprema de modo constante desde 1960, “sin una amplia libertad de prensa existiría tan sólo una democracia desmedrada o puramente nominal”.
“La democracia liberal permite, y en ocasiones exige, que las autoridades se pronuncien en forma activa sobre cuestiones de interés público. A su vez, los funcionarios públicos, y más que nadie el Presidente de la Nación, tienen derecho refutar todas las críticas y acusaciones que se les realicen y llevar ante la justicia a aquél que transgreda los generosos límites que aseguran los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional”, pasó en limpio el Colegio de Abogados de la Ciudad.
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Pero aclaró que “por muy encendida o vehemente que sea esa respuesta, ella encuentra un límite especialmente en las formas“.
“Responder a las críticas con violencia o insultos importa vulnerar ese límite. Ese tipo de respuesta inevitablemente cancela el debate civilizado de ideas y deteriora la convivencia!”, planteó. Y puntualizó que “el insulto, el amedrentamiento, y el intento de deslegitimar a la prensa o a los periodistas cuando manifiestan sus críticas al gobierno, si proviene de funcionarios públicos, adquieren una gravedad particular, la cual se acrecienta cuanto más alto sea el cargo que circunstancialmente esos funcionarios ejercen”.
La entidad profundizó: “Es precisamente la posición de poder de un funcionario la que otorga a sus palabras un peso especial y reclama de él mayor responsabilidad. Pues si él se expresa con lenguaje agresivo o amenazante, esa forma de manifestarse tiene un singular efecto intimidatorio que tiende a limitar o silenciar las voces críticas en el debate público. El daño a la libertad ya se habrá consumado”.
Milei y los agravios contra los periodistas
El comunicado llega días después de que el presidente Javier Milei atacara a los periodista con un posteo particularmente sobrecargado. El sábado previo a la Pascua, subió a su cuenta de X un mensaje con el título, en mayúsculas, de “PERIODISTAS MENTIROSOS”. Empezó diciendo: “Había creído que una gran parte del periodismo había llegado a su máxima expresión como basura mentirosa con el tratamiento de la reducción de la pobreza. Me equivoqué. Me quedé corto”.
Redobló su furia: “Se han superado diciendo que amenacé al campo y se fueron al carajo totalmente diciendo que un tweet festejando la internalización del Principio de Imputación de Menger es comparable a la política de Guillermo Moreno poniendo una pistola en la mesa para controlar precios”.
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Y cerró: “En definitiva, creo que la gente no odia lo suficiente a estos sicarios con credencial de supuestos periodistas. Si los conocieran mejor los odiarían aún mucho más que a los políticos.¡CIAO!”.
En agosto de 2024, el Colegio ya había alertado públicamente sobre este tema, en aquella ocasión por los atques de Javier MIlei contra los periodistas Marcelo Longobardi y Carlos Pagni.
Ahora reiteró su convicción “acerca de que una sociedad abierta presupone escuchar a los demás, pues a ellos debemos nuestra razón; esa sociedad solo puede construirse a partir de aceptar el debate de argumentos y rechazar el insulto”.
Y concluyó que para ello la prensa cumple un papel insustituible, y se debe evitar toda afectación a esta preciada institución liberal, que ha sido una conquista de la cultura occidental, y sin la cual la República se vería seriamente amenazada”.
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