El gobierno de Javier Milei apura el envío al Congreso de un proyecto de reforma electoral que incluiría la eliminación las Primarias Abiertas Simultaneas Obligatorias (PASO). Pero ese punto no tiene aval ni siquiera de sus aliados más cercanos, aunque sí hay propuestas de modificaciones para «mejorarlas». Entre ellas evalúan que no sean obligatorias.
El oficialismo enfrenta la dificultad extra de que necesita un alto consenso -al ser una reforma electoral requiere mayoría absoluta de 129 votos afirmativos sobre los 257-, pero además tiene poco tiempo. Debe hacerlo en los cinco meses que quedan del año porque el que viene es electoral y no se votan cambios a las reglas de juego.
La historia de las PASO indica que todos los partidos cuando son oficialismo quieren eliminarlas pero si están en la oposición se niegan.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ratificó la última semana la intención del Gobierno. «Las PASO no han servido para nada desde que se implementaron, solamente un gasto más. En las últimas PASO se gastaron 52 millones de dólares. No sirvió para nadie, salvo para la elección de Juntos por el Cambio, que debatían dos propuestas diferentes», sentenció el funcionario durante su exposición del jueves en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP).
Siguiendo esa línea planteó que «la elección de los candidatos de un partido es un problema de los partidos individualmente y no de la sociedad en su conjunto», y que por eso proponen eliminarlas.
En el Congreso están a la espera del proyecto. En el oficialismo dice que ya lo tienen listo, pero quieren cerrar algunos diálogos previos con las bancadas aliadas antes de enviarlo. Hay una reunión prevista para los próximos días entre Francos y los jefes de los bloques dialoguistas con la apuesta de definir toda la agenda parlamentaria, pero en el PRO esperan antes un guiño de la Casa Rosada por el reclamo por el pago de la deuda por la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo cierto es que en los tanteos informales, tanto desde la UCR como el PRO le adelantaron al Ejecutivo que el grueso de sus miembros no van a apoyar la eliminación total, aunque sí están dispuestos a discutir cambios.
«No hay que eliminarlas, hay que mejorarlas. Tienen que ser optativas, y tiene que ser una herramienta útil de democratización de los partidos o frentes», aseguró una legisladora radical de peso en la bancada. En la misma línea se expresan desde el PRO.
Eliminar la obligatoriedad significaría, por ejemplo, que el Gobierno mantenga la estructura, la organización de las escuelas y la seguridad, pero deje de financiar la publicidad y la impresión de las boletas.
En Hacemos Coalición Federal hasta ahora solo Miguel Angel Pichetto se inclinó por la positiva. «Personalmente creo que habría que dejarlas sin efecto», aseguró esta semana a la salida del acto por los 70 años del Partido Demócrata Cristiano, que encabezó el diputado Juan Brügge.
Pero en su bancada hay legisladores con distintas miradas, entre ellos los socialistas santafesinos. Sin olvidar que el ex ministro de Interior Florencio Randazzo, es uno de los autores intelectuales del proyecto de las PASO sancionado en 2009.
En La Libertad Avanza, aunque hay temor sobre «el dedo de Karina» para el armado de listas, aseguran que todos están para votar a favor de la eliminación. «Prometimos reducir los costos de la política y eliminar las PASO va en esa línea», aseguraron desde la bancada.
Otros temas de la reforma electoral
El oficialismo ya había incluido en la primer versión de la Ley Bases un capítulo sobre reforma electoral que debió eliminar por falta de consenso.
Esa ambiciosa iniciativa incluía establecer un sistema de circunscripciones uninominales para elegir a los diputados nacionales. Ese punto, hoy pareciera descartado, por falta de acuerdo. «¿Está seguro el Gobierno que quiere ese sistema? Que mire los resultados de Le Pen en Francia», advirtió un opositor.
El texto también pretende incluir una reforma para recortar el financiamiento público. Otro punto que la oposición más cercana tampoco observa con buenos ojos. «Lo van a plantear como bajar el gasto de la política, pero la contracara es que las empresas compren las decisiones del Estado, lo cual nos cuesta carísimo», sentenció un asesor clave de la UCR.
«Constitucionalmente la vida democrática depende de los partidos políticos. En todos los países del mundo tienen sistema mixto privado y estatal», afirmó un hombre clave de la bancada PRO.