Con el aumento de su fama, el candidato presidencial más votado en las primarias, Javier Milei, va mostrando las diferentes facetas de su vida personal y profesional. Su flexibilidad o sus contradicciones entre lo que promete y lo que muestra.
Una es su relación estratégica y de conveniencia con el millonario líder del gremio de gastronómicos, Luis Barrionuevo, mientras sigue manifestando ante su feligresía el repudio a la “casta” y a los “políticos corruptos”.
Otra, con una repercusión pública similar tiene que ver con su joven vínculo afectivo con Fátima Florez. Es que el libertario dice estar enamorado de la famosa imitadora de Cristina Kirchner que, en su experimentado curriculum de formación en danza, cuenta con estudios con la mismísima Alicia Alonso, nada menos que en Cuba.
Fátima Florez, la novia de Javier Milei.Fátima fue becada a fines de los noventa por el régimen cubano, objeto de uno de los mayores repudios del diputado y economista.
Milei siempre dijo que no tendrá relaciones con “los comunistas”. Tampoco quiere relacionarse con los políticos que tienen vínculos, aunque sea comerciales, con los países que rechaza, como Brasil y China.
Para el caso, en una de las emisiones del programa Intratables, por América TV, donde en algún momento se desempeñó como panelista, Milei buscó desacreditar a esta periodista mandándola a “vivir a Cuba” con “los comunistas”.
Sin embargo, el corazón parece haberlo ablandado. Si bien son detalles de la vida personal, Milei hace la vista gorda de la amplitud de Fátima, que nunca dudó de hacer lo mejor para su exitosa carrera profesional. En ese caso, estudiar con los mejores profesores de Cuba.
Becada en La Habana
Aunque pasó desapercibido, de eso habló en varias oportunidades la bailarina y humorista, que lejos de ser agresiva en sus palabras como su actual pareja, es atenta en sus respuestas. Por cierto, en el archivo fotográfico también se la vio sonriente con políticos que su novio repudia en insulta. Es el caso de Maria Eugenia Vidal, que siendo gobernadora fue a ver el show que hacía Fátima Florez en el Teatro Roxy
“Mis padres estuvieron juntos hasta mis 9 años, después se separaron, me dolió y me costó sobrellevarlo, pero los dos estuvieron siempre muy presente en mi vida. Los dos me formaron, de ellos heredé la capacidad de trabajo. El deporte me dio disciplina y me ayudó a saber compartir en grupo. Querían federarme, pero yo preferí volcarme a lo artístico. A los 15 empecé a prepararme, nunca quise ser una improvisada. Empecé a estudiar baile, canto, actuación y volcarme de lleno a formarme para esta profesión. Comencé estudiando actuación con Doria y hasta fui a Cuba a tomar seminarios de baile preparándome con todo porque sabia que, en algún momento, la oportunidad la iba a tener y quería estar preparada», contó hace unos años la artista a Radio Rivadavia.
En esa entrevista también confesó que la anorexia que sufrió de joven fue uno de “los momentos más dolorosos” de su vida. Su papá era arquitecto, y su mamá, profesora de geografía.
De los pocos datos que hay de aquella época, y de lo poco que habla Fátima de ello, Clarín pudo saber que, con 17 años, en 1998, y usando todavía su nombre de nacimiento, María Eugenia Florez, se fue a vivir dos meses a La Habana.
Allí estudió con en la escuela de la mítica bailarina Alicia Alonso, del Ballet Nacional de Cuba, fallecida en 2019. “La mejor escuela de Ballet”, destacó la mismísima Fátima.
Volvió de Cuba y ya con 19 años se fue de la casa materna. A los 20 viajó a Perú, para trabajar en la televisión y conoció a su primer novio, primer marido, Norberto Marcos. Fue él quien la condujo al éxito comercial.
Visita. Fátima Florez con María Eugenia Vidal, que fue a ver uno de sus shows en 2018, cuando era gobernadoraHoy, la más versátil imitadora de la Argentina ya casi no habla de esos primeros años de formación en Cuba y Perú. Y asegura que no hay ni recuerdos fotográficos porque “en esa época no había teléfono celular”.