El candidato a presidente buscó cerrar la interna con uno de sus enemigos en el oficialismo, pero no hubo ofrecimientos de futuros cargos. El ministro propuso «consolidar la unidad» pese a las diferencias que aún existen.
“Para la etapa que viene necesitamos de todos”. Dicen quienes lo rodean que Sergio Massa baja este concepto desde mucho antes de que se definiera su precandidatura a Presidente. La frase también fue parte del repertorio del ministro de Economía en la primera reunión de Gabinete de la que participó este miércoles en la que pidió “terminar con las internas” en el oficialismo.
Con esta misma premisa, recibió a Daniel Scioli, uno de sus principales adversarios en la última década, con quien tuvo un gesto: bajó a la explanada del Palacio de Hacienda para recibirlo y juntos se dirigieron hasta el quinto piso, donde se reunieron durante una hora.
Fue una escena bien distinta a la que había generado Massa cuando asumió a fines de julio del año pasado y lo dejó solo en la conferencia de prensa en la que Scioli debía explicar su salida de Desarrollo Productivo, la cartera que precisamente absorbía el tigrense.
Massa, aseguran quienes lo escucharon en las últimas horas, baja línea a su tropa de “no caer en triunfalismos” tras el cierre electoral que lo benefició y pide cuidar “la armonía del frente”. En criollo: que sus dirigentes, envalentonados por su precandidatura, no atropellen a otros sectores de Unión por la Patria.
Algo similar a lo que, como contó Clarín días atrás, planteó su pareja y titular de AySA, Malena Galmarini, cuando en un chat interno del Frente Renovador pidió “humildad” y “generosidad”.
Hay una excepción en ese clima armónico que pretende sembrar: el intendente de Tigre, Julio Zamora, quien vinculó al ministro con una supuesta “presión para que no sea candidato” de modo de favorecer las pretensiones de Galmarini, precandidata en el distrito.
“No lo va a soltar nunca, es un caso aparte”, admiten allegados a Massa, que consideró una traición que el alcalde se quedara con el distrito que ganó de su mano.
La idea de Massa de convocar a Scioli al ministerio fue conversada con Cristina Kirchner, quien mostró su “respeto” por el gesto del embajador en el cierre de listas y lo llamó a su despacho. El miércoles se reunieron en el Congreso y ella anticipó en las redes que Scioli y Massa se iban a reunir este jueves.
Según fuentes de ambos lados, Massa no le hizo ningún ofrecimiento a Scioli en caso de que le toque ganar la elección: tampoco está claro si seguirá en la embajada en Brasil. “No es momento de hablar de cargos. Hay que trabajar para que el peronismo siga gobernando, después se verá”, dijeron desde un sector.
En las últimas horas, parte del equipo de comunicación del oficialismo se encargó de viralizar las declaraciones de ambos dirigentes de JxC para amplificar mediáticamente la confrontación.
Desde el massismo, tras asegurarse el respaldo de Cristina Kirchner y calmar el malestar que se advirtió en La Cámpora luego de la declinación de la postulación de Eduardo “Wado” de Pedro, expusieron que un eje de cara a las PASO será ponderar “la cordialidad de la unidad, que incluye a políticos, sindicalistas y empresarios, versus las peleas e internas de la oposición”.
“El peronismo está ordenándose. Y esto nos pone muy competitivos para la elección, ya lo muestran las primeras encuestas tras el anuncio de la fórmula”, refuerzan.