Aunque aún no está confirmada la visita del Papa Francisco a la Argentina, más allá de que el pontífice manifestó su deseo de viajar al país tras las elecciones, la cúpula de la Iglesia local, a través del presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Oscar Ojea, salió a decir este lunes que el eventual viaje ayudará a cerrar la grieta.
“El profundo deseo que tenemos de que el Papa Francisco visite nuestro país se traducirá sin duda en un encuentro muy esperado entre el pastor y su pueblo”, comenzó diciendo Ojea en la misa de apertura del segundo y último plenario de obispos que sesiona hasta el viernes la casa de retiros El Cenáculo, en Pilar.
En ese sentido, consideró que esa visita “nos ayudará a sanar heridas, a crecer en el aprendizaje del diálogo y a renovarnos en el espíritu misionero así podremos tender una mesa generosa en la que haya lugar para todos como insistió tanto en agosto en la Jornada Mundial de la Juventud, de Lisboa”.
Las palabras de Ojea otorgan verosimilitud al demorado viaje papal, no sólo porque es el presidente de la institución que agrupa a todos los obispos del país, sino también porque acaba de estar un mes en Roma con motivo de un sínodo en el que conversó más de una vez con el Papa.
A lo largo del año Francisco manifestó en varias ocasiones su anhelo de venir al país tras los comicios y la última vez lo dejó subordinado a un estudio final de factibilidad, en una fecha que, según fuentes eclesiásticas, correspondería al primer semestre de 2024.
Todo viaje de un Papa requiere no sólo de la invitación formal de la Iglesia católica del país a visitar, sino también del presidente de la Nación respectiva, convite que en el caso argentino aún no se concretó por escrito.
Eso implica que el presidente que resulte electo en el balotaje del 19 de este mes -Sergio Massa o Javier Milei- deberán enviarle una carta de invitación a Francisco si tienen el deseo de que finalmente concrete la visita.
Massa ya anticipó que está dispuesto a “hacer todo lo posible” para que venga el Papa, mientras que Milei adelantó que si viene lo va a recibir “con todo respeto como jefe de la Iglesia y jefe de Estado”.
Los obispos harán este martes el habitual intercambo de la realidad nacional desde la óptica religiosa y tratarán en los días siguientes una nutrida agenda de temas internos.
Si bien el cónclave finalizará ocho días antes del balotaje, no parece que vayan a pronunciarse sobre los comicios para no quedar involucrados en la campaña.
De todas manera, la decisión será tomada en el recinto entre el centenar de participantes.